never mine; mariostián

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-Veo que estos últimos días haz estado mejorando cuéntame, te haz dejado de autolesionar?.-

En ese momento el silencio habló por mi.

No tengo idea de que era lo que tanto anotaba en su libreta

El ya no me daría más antidepresivos, ya no iría a más estupidas citas, ya no escucharía las mismas preguntas de parte de el una y otra vez. Pero si estaría entre cuatro paredes siendo tratado como un loco.

Me podrías dar la libreta?-. lo mire desconcertado

-La que te di para que escribieras sobre tus emociones durante un mes-

Mierda.

-Oh- le extendí el cuaderno.

-Es necesario que respondas mis preguntas y pongas de tu parte sino jamás mejoraras, entiende que yo solo quiero ayudarte.- Asentí, aunque sabía que a el no le importaba en lo más mínimo solo lo hacía por dinero, mi madre le pagaba bastante bien y me obligaba a ir a todas las citas.

-Bueno entonces eso es todo por hoy, conforme lo que vea decidiré si te internan o no.- fueron las últimas palabras que me dijo el antes de que yo saliera de aquel lugar con un nudo en la garganta y conteniendo las lagrimas

No me importaba estar internado en un hospital psiquiátrico por un par de años, ni tampoco lo que el mundo pensara de mi, de su "ídolo", solo me importaba Mario ya que básicamente el era mi mundo y no puedo estar sin él por mucho tiempo.

Me dirigía al edificio en el que se encontraba el departamento y al llegar abrí la puerta para encontrarme con algo que definitivamente provocó que las lagrimas se me escaparan, Mario estaba con mi ex en el sofá besándose. Sabía perfectamente que Mario no era nada de mi y no tenía por que sentirme así y sobre mi ex no hay mucho que decir ya que nuestra relación duro un par de semanas y la verdad es que no significo nada para mi. Pero realmente duele tener que pretender que no siento nada por el y que no me importa que se bese con cualquiera que se le ponga en frente, sabía que el beso que me había dado para el no significo nada cuando para mi había sido lo más Preciado que nunca nadie me puedo dar.
Quería terminar con todo ya que la única razón que tenía para seguir respirando me había roto el corazón, pero lo único que pude hacer fue llorar.