O.Y

6

JUNGKOOK

—¡Papi estoy en casa! —Escucho a Taehee gritar mientras atraviesa la puerta principal de nuestra casa—. ¡La abuela y yo salimos de nuevo!

Es viernes y yo no he podido recogerla de la escuela toda esta semana. Mi mamá me ha estado ayudando y se ha quedado con ella hasta que salgo del trabajo, pero extraño a mi pequeña.

—¿A dónde fueron? —le pregunto mientras salgo de la cocina y me encuentro con ella en la sala de estar.

—Ella me llevó a tomar un helado otra vez —su enorme sonrisa lo dice todo.

La levanto del suelo, y la cargo, abrazándola con fuerza.—Tu abuela siempre te está mimando.

—Eso es porque soy una princesa —dice resueltamente.

Asiento con la cabeza.—Sí, eso es cierto.

—Y una guerrera —agrega y sonrío.

—También es verdad —le digo, besando la parte superior de su cabeza.

—Y una luchadora —me río de ese último.

—¿Pero no te metes en peleas, verdad? —Eso no es algo que nunca quisiera que hiciera. Defenderse a ella misma, sí. Le enseño a defenderse siempre. Pero no a buscar peleas. Quiero criarla para que sea mejor que yo.

Ella niega con la cabeza.

—No, papá. Lo que quiero decir cuando digo que soy una luchadora es que no me rindo.

—Ohhh, entonces no eres una cobarde —le aclaro y ella asiente.

—¡Exactamente! —Sus brazos me abrazan con fuerza mientras la levanto y nos acerco a la cocina—. Entonces, ahora que te has comido tu helado, ¿crees que tienes espacio en tu estómago para cenar?

—En unos minutos volveré a tener hambre.

La dejo en el suelo cuando llegamos a la cocina.

—¿Quieres subir, ducharte y ponerte el pijama? Entonces tal vez tengas suficiente hambre para comer.

—¿Y luego podemos ver una película, papi? —pregunta.

Al igual que mi madre, tampoco puedo decirle que no, así que supongo que todos estamos malcriando a Taehee. Ella es buena niña, se merece todo lo que pueda darle y más.

—No lo sé —le digo, poniendo una resistencia que sé que no durará.

—Por favor, por favor —suplica, mirándome con los ojos de cachorro que sabe que le dan lo que quiere cada vez. Me agacho para estar cara a cara.

—Dame tres razones por las que deberíamos ver una película —le digo—. Y luego veremos si eso me convence.

Leí en algún lugar que permitir que los niños prueben y usen argumentos para convencerte de que hagas lo que ellos quieren les ayuda a desarrollar su inteligencia, así que he estado haciendo que Taehee lo haga.

Miro el rostro de mi hija mientras piensa en las tres mejores razones que podría usar para convencerme. La realidad es que no tiene que esforzarse tanto, definitivamente estamos viendo una película. Sin embargo, mi mamá siempre decía que todo es un momento de enseñanza, así que la dejo continuar.

—Primero, hoy es viernes. Entonces, es el inicio de fin de semana —comienza a contar sus razones con los dedos—. El fin de semana significa tiempo para descansar de una semana larga.

—Está bien, esa es una. —Todavía tenemos que levantarnos temprano mañana. Tengo que dejarla de nuevo en casa de la abuela e ir a la escuela para otra sesión de práctica.