Mavis se sentía viva, por primera vez en muchos años, sentía que era capaz de cualquier cosa. Y con ese pensamiento, volaba alrededor de las montañas. Visitando países que siempre quiso conocer. Era solo ella ni nadie más, a pesar que recibía comentarios un tanto desagradables por parte de los humanos por ser un "monstruo", era de lo menos. Podía ver los atardeceres, comer lo que se le antojaba y lo más importante, se sentía feliz.
Las siguientes semanas fueron algo parecido a lo que había pasado en aquella canoa. Ambos conversaban sobre sus vidas, de cómo se sentían, y eso, de algún modo, hizo que la confianza entre los dos creciera. Era como si nada más importara y eso era más que suficiente.
No supieron ni como o cuando fue que terminaron las semanas de las cuales se iría Mavis. Pero cuando ella regreso, no solo había cambiado de emocionalmente, sino también físicamente. Su cabello era más largo, se veía incluso un poco más joven y tenía su piel mucho más pálida de lo normal, y, aun así, su apariencia era de alguien fuerte y hermosa.
Y tan pronto que llego, lo primero que hizo fue buscar a su padre. Necesitaba hablar muy seriamente con él, porque no, la carta aun no la había olvidado.
- ¿Papá? -, toco la puerta solo una vez, esperando a que su padre se encontrara en su habitación. Drácula ni siquiera lo pensó dos veces para abrir la puerta y abalanzarse hacia su hija, en verdad la había extrañado.
- ¡Cariño, volviste! -. Mavis le correspondió el abrazo, extrañaba tanto a su padre que, por un momento, olvido por completo a que venía. Sin embargo, tan pronto que se separo de su padre, amargamente lo recordó todo.
-Papa ¿puedo preguntarte algo? – Dijo Mavis con nerviosismo, algo se sentía mal en tener que preguntar, pero en verdad necesitaba una respuesta.
-Lo que sea, mi pequeña-. Respondió su padre muy alegre, era ajeno a lo que venía después.
-No sé por donde empezar, la verdad tengo miedo de tu respuesta-se sentó en uno de los sillones de la sala y trato de seguir continuado-. Necesito que seas sincero, papá-. Esta vez, su voz no tembló, era clara y directa a lo que venia a preguntar,- ¿Estas enamorado de alguien más, que no sea Erika?-. Su padre, que había mantenido una sonrisa hasta entonces, no dijo nada. Ahora su semblante era de alguien serio y confundido a la vez ¿cómo era posible que ella lo supiera?
- ¿Leíste la carta? -. Fue lo primero que vino a su mente cuando se dio cuenta de donde había sacado tal pregunta.
-Sí-, respondió Mavis.
El Condé tan solo suspiro, no sabia en que se había metido. Se regaño mentalmente por no haberla quemado junto a todas las demás. Por una parte, quería regañar a su hija por meterse en sus asuntos personales, pero por el otro lado, sabía que no había escapatoria.
-Sí, estoy enamorado de alguien más-
- ¿Puedo saber de quien se trata?
-No-. Estaba claro, no era capaz de decirle de quien se trataba, tenia miedo de perder a su hija.
Mavis por otra parte, lo entendió. Si su padre no estaba listo en decir de quien estaba enamorado, no lo iba a presionar ni mucho menos a obligarlo. Aunque claro, aun si le dolía, algo le decía que la respuesta estaba más cerca de lo que creía.
-Este bien papá, no tienes el porque decirme- y con la mano derecha, la apoyo en la barbilla de su padre, haciéndole saber que tenía su apoyo -. Pero, hay algo más que tienes que saber-
- ¿Mavis? -. lo que sea que le digiera su hija, iba a apoyarla. Aun que sí, ahora más que nunca estaba algo asustado.
-No es fácil de decirlo, papá- pronuncio Mavis algo alterada, la sola idea ya le causaba miedo-y necesito que seas fuerte-.
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Una estaca a tu ataúd (DráculaxJohnny)
FanfictionEs normal que el ser humano enferme, al menos, claro, que seas mitad vampiro y se traté de una enfermedad crónica. Y para Mavis, su madre, sabe bastante bien que no le queda mucho de vida, pero si lo suficiente para hacer algo al respecto para salva...