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Ya todos estaban en sus camas acomodándose para dormir y algunos profundamente dormidos. Eugene se dirigió a su pequeña habitación en la que dormía sola, tomó sus cosas de aseo personal y se dirigió al baño, que para su sorpresa este estaba ocupado.

- Qué...

- Noona, lo siento - la voz de Ni-ki se escuchó desde el interior. - Dame un segundo.

- Niño, es muy tarde para que estés despierto, mañana tienes escuela. - lo regañó Eugene.

Sin embargo no obtuvo respuesta. Pasaron 5 largos minutos para Eugene hasta que la puerta se abrió de pronto y vio a Ni-ki con una diadema de gato y una mascarilla colgando de sus manos.

- Noona, ¿Me ayudas a ponerla en mi cara? - le preguntó Ni-ki, con una sonrisa inocente.

- ¿En serio? ¿Te tardaste tanto por no saber usar una mascarilla? - Eugene frunció el ceño y Ni-ki puso un dedo sobre sus labios.

- Silencio, si Jungwon o Jay despiertan nos van a regañar. - susurró el chico.

Sin dejarla pensar demasiado le quitó a Eugene los productos de sus manos y las dejó sobre el lavabo, para luego entregarle la mascarilla y sentarse sobre la tapa del inodoro para quedar más a su altura. Eugene tragó saliva un poco nerviosa, pero la expresión de su cara le hacía imposible a Ni-ki adivinar lo que estaba pensando o sintiendo.

- ¿Compraste mascarillas? - preguntó Eugene, para mantener una conversación que ahuyentara sus pensamientos al tener a Ni-ki tan cerca, mientras colocaba la mascarilla sobre la frente del menor con suma delicadeza.

- Si, compré para tí también porque noté que las tuyas se acabaron - Ni-ki mostró una sonrisa.

- No sonrías, que se mueve la mascarilla - le dio un leve golpe en el hombro.

Ni-ki se concentró en mantenerse serio mientras miraba fijamente el rostro de Eugene, quien mantenía un semblante serio y concentrado en lo que estaba haciendo. Cuando terminó Niki se puso de pie y abrió otra mascarilla.

- Bien, es mi turno. - dijo entusiasmado, mientras estiraba la mascarilla.

- Gracias - dijo Eugene quitándosela de las manos y poniéndola ella misma sobre su cara.

Ni-ki borró la sonrisa de su rostro al instante en que vio su acción.

- Yo tenía que hacerlo - le reclamó.

- Ni Jake lo ha hecho por mi ¿Acaso eres mi novio? - lo regañó en voz alta.

- ¿Podría ser tu novio entonces y hacerlo yo mismo? - habló Ni-ki con valentía.

Lo cierto era que ni Seohan había hecho algo así con ella nunca, y se arrepentía de haber dicho algo de lo que Ni-ki pudiera aprovecharse para tensar la situación y tantear terreno nuevamente.

- ¿Por qué le hablas así a tu noona? Niño insolente - lo regañó Eugene dándole un par de golpes en el brazo.

- ¡Auch, noona! - se quejó Ni-ki alejándose un poco de ella. El baño de pronto se inundó de silencio, Eugene continuó acomodándose la mascarilla mientras Ni-ki de pronto se sentía molesto. - Deja de verme como un niño, ¡no soy un niño! ya no quiero que me llames niño - habló firmemente con cada palabra que pronunciaba.

Eugene se volteó a verlo sorprendida y medio sonrió. - Si me dices eso con una mascarilla en la cara no puedo tomarte en serio, niño.

Pronunció la última palabra con todo el afán de hacer que Ni-ki se molestara, y por supuesto que lo consiguió. El chico salió del baño en dirección a la sala y se sentó en uno de los sillones con los brazos cruzados, notablemente molesto. Eugene mientras tanto ahogó una risa y trató de calmarse antes de seguirlo, cuando lo vio en la sala con la cara más seria que ha podido ver en Ni-ki, pensó que no estaría mal ser algo amable con él, seguramente ya no estaría molesto con ella, se acercó y se sentó junto a él en el sillón.

- Riki-ah - murmuró Eugene, quién al instante pudo ver como una leve sonrisa se coló en los labios de Ni-ki.

- Qué. - respondió él, mirando hacia otro lado donde Eugene no pudiera ver su rostro.

- Ya no te llamaré más niño ¿Si? Creo que es lo justo ya que en unas semanas cumplirás los 18.

- Ya no soy un niño. - recalcó.

Eugene estiró su mano para quitarle la mascarilla a Ni-ki, luego se quitó la suya y tomó la mano de Ni-ki, provocando que la mirará sorprendido.

- Te daré el beneficio de pensar que estoy actuando en base a mi personalidad cultural australiana ¿ok? - aclaró Eugene mientras le mostraba sus manos tomadas, a lo que Ni-ki asintió frenéticamente. - Eres un niño- digo, un chico muy lindo ¿No?

- ¿Lo soy? - preguntó Ni-ki, convenientemente.

- Si lo eres - Eugene rodó sus ojos. - Así que seguramente le gustas a muchas chicas.

- Le gusto a Engene - afirmó Ni-ki. - Y Engene me gusta a mi, porque me apoyan.

La manera en que los nombres Eugene y Engene se parecían le daba escalofríos - ¿Hay una Engene en la escuela? - preguntó la chica.

- Hay una Engene en casi todas partes. - respondió Ni-ki con una sonrisa. - ¿Tu eres Engene, noona?

Sus miradas conectaron cuando Ni-ki hizo la pregunta, Eugene sentía que esa pequeña conversación tenía un significado mucho más profundo del que parecía, estaban hablando de Engene, una parte muy importante para Ni-ki y los chicos, y Eugene se sentía muy cercana a Engene, más de lo que ella misma sabía.

- Yo soy Engene, Ni-ki, amo a Enhypen. - contestó apretando un poco más su mano.

- Y yo amo a Engene. - murmuró Ni-ki sin apartar su mirada de ella.

Eugene sintió muchas cosquillas en su estómago, pero supo contenerse perfectamente, soltó la mano de Ni-ki y se puso de pie.

- Bien, ahora vete a dormir, si no te levantas de la cama cuando te despierte mañana, te arrastraré de un pie hasta la ducha. - lo amenazó.

Ni-ki sonrió y finalmente se levantó del sillón para ir a su cama, dejando a Eugene en la sala a solas, quién esperó a que no hubiese nada de ruido. Cuando por fin comprobó que era la única en pie se dejó caer en el sillón agarrando una manta cercana y la mordió para evitar gritar mientras pataleaba de la emoción, sentía su corazón tan agitado que su pecho dolía. En todo ese tiempo jamás se había sentido así de cerca de Ni-ki, pero al mismo tiempo era porque ella impedía que esa clase de acercamientos ocurrieran, incluso hubo un tiempo en que pensó que ya no le gustaba más, solo porque no lo veía tan seguido en épocas de comeback, hasta que de algún modo lograban reunirse todos y comprobaba que su corazón seguía agitándose cada vez que lo tenía cerca.

𝟣𝟢 𝖬𝗈𝗇𝗍𝗁𝗌  ›  𝙣𝙞-𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora