—Yo conduzco. —Declaró Taehyung.
Tan pronto como Seokjin volvió de la oficina del Capitán Taehyung anunció que era la hora de comer.
—¿Por qué? ¿Jihyo ya no te deja conducir el coche? —sacudió la cabeza fingiendo pena—. Es triste cuando no puedes ni llevar los pantalones de tu propia familia. —La esposa de Taehyung era una contable de impuestos que mantenía a su marido con una correa apretada pero lo quería mucho. La combinación del despreocupado detective y su inquieta esposa nunca dejaba de divertir a Seokjin. Su juego favorito era tomarle el pelo a Taehyung sobre su esposa aunque la adorara como a una hermana.
Taehyung rió mientras abría la puerta del conductor. —¿Y cómo funciona eso con dos chicos? ¿Quién lleva los pantalones entonces?
Seokjin se metió en el coche y le dio a su compañero una sonrisa traviesa. —Si alguno de los dos lleva pantalones entonces estamos haciendo algo mal.
Taehyung gruñó mientras salía del aparcamiento. —Eso es tan malo. No me extraña que no puedas conseguir una cita.
—¿Quién dice que no puedo conseguir una cita? —preguntó Seokjin con el ceño fruncido—. Solo soy quisquilloso. —Imágenes de un hombre caliente con cuero con un sexy tatuaje pasó por su cabeza.
—Quizás seas demasiado quisquilloso.
Seokjin se encogió. —Quizá. —O quizá tenía gustos que nunca había examinado hasta ahora.
Siguieron con las bromas ligeras todo el camino al restaurante por lo que Seokjin supo que cuando llegaran tendría que explicárselo todo. No podía meterse de incógnito sin decirle a su compañero que pasaba. Solo confiaba un poco en los otros detectives. Si se metía en verdaderos problemas contaba con que Taehyung lo sacara de ellos. Durante años había dependido del consejo del otro hombre y si alguna vez necesitó uno, ese era el momento.
Acabaron en el local de comida Lila, conocido por sus grandes raciones y mejores tartas.
Entre una comida de hamburguesas y patatas explicó a Taehyung que estaba pasando y que le habían pedido que hiciera.
—Wow, ir de no tener citas a ser el sub de alguien es un gran salto incluso para ti. —Dijo Taehyung en un tono bajo mirando alrededor para asegurarse de que nadie más podía escucharlos.
Seokjin se encogió. —Es por una buena causa.
—¿Te gusta el tipo?
—No lo sé. Hablamos cinco palabras. Es caliente como el infierno y no es precisamente una gran carga hacer ver que soy su sub por un tiempo.
Taehyung se encogió. —No entiendo la cosa de los látigos y las cadenas, pero si te metes en problemas sabes que puedes contar conmigo. Y será mejor que acabes rápido compañero. Sabes que no soporto a Dawon. Es un idiota homofóbico. Si dice una palabra más sobre ti estará en el hospital cuando su compañera vuelva de su baja por maternidad.