D I E Z

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El incesante pitido estaba poniendo nervioso a Seokjin. ¿Por qué nadie lo apagaba? Alguien seguía mascullando en su oreja y le llevó unos momentos antes de que el sonido creara palabras para su nublada mente.

—Vamos bebé. Tienes que despertar. Quiero ver tus hermosos ojos de nuevo. No dejarás que ese idiota de Jungkook gane, ¿verdad?

La voz de Namjoon sonaba extraña. El sexy tono áspero era más desesperado y suplicante que caliente.

—Namjoon, ¿por qué no vas a casa? Has estado aquí durante tres días. Si se despierta te llamaré.

¿Por qué estaba Jisoo ahí? ¿Y por qué su cama era tan dura?

—¡No! No voy a dejarlo hasta que se despierte. —La voz de Namjoon tomó un borde duro familiar.

Seokjin intentó hablar y decirle a Namjoon que fuera más amable con su hermana pero su garganta estaba demasiado seca y no podía empujar el sonido a través de ella. Se lamió los labios.

—¿Lo has visto? —Preguntó Namjoon con emoción en su voz.

—Dale trocitos de hielo. —Dijo Jisoo.

Frío hielo tocó sus labios. Le costó toda su fuerza abrir sus labios y aceptar el hielo. Los trozos congelados se sentían fantásticos en su seca boca como el desierto.

—Se amable. —Susurró.

Namjoon rió. La risa sonó teñida con histeria. —Lo juro bebé, si abres esos ojos, seré el mejor cuñado del mundo. Solo levántate.

—¿Cuñado?

La sorpresa hizo que Seokjin abriera los ojos.

Su normalmente afable amante se veía despeinado y tenía bolsas lo suficiente grandes para meter un maletero dentro.

¡Jesús! Dolía.

—¿Estás bien? —Se las arregló para decir a través de su seca garganta. De repente algo horrible tenía que haber ocurrido a su amante porque se veía espantoso.

—¿Estoy bien? —Namjoon se restregó los ojos con las palmas —. Le disparan y está inconsciente en el hospital durante tres días y su primera pregunta es si estoy bien.

Jisoo se inclinó y le dio a Seokjin un suave beso en la frente. — Namjoon lo ha pasado mal. Te dispararon y no estábamos seguros si saldrías de esta. No creo que haya dormido desde entonces.

—¿Jungkook?

—El cabrón está muerto. —Dijo Namjoon con una voz baja—. Algo bueno porque si no lo estuviera lo mataría.

—¿Estoy bien? —Seguramente este montón de dolor no era normal.

—Estás bien. O lo estarás. —Dijo Jisoo apartando el cabello de su rostro—. Los polis llegaron a tiempo y Jungkook olvidó todas las partes importantes del cuerpo.

—Duele como el infierno.

—Lo sé bebé. —Namjoon acarició la cabeza de Seokjin—. Siento que discutiéramos y siento que te hirieran. Pero te amo y quiero que las cosas funcionen entre nosotros. Concéntrate en ponerte mejor y yo me concentraré en no ser un idiota controlador.

Seokjin no pudo evitar la sonrisa que se esparció por su rostro aunque hiciera daño a sus secos labios. —Yo también te amo.

Namjoon alzó la mano de Seokjin y la besó. —Sé que te encanta ser un poli pero no me hagas esto de nuevo.

—Lo intentaré.

—Bien. Cuando estés levantado y preparado para casarte en el estado que sea que permita que los gays se casen te voy a dar la mitad de todo lo que tengo.

Seokjin sacudió la cabeza.

»—Sí, lo haré porque si intentas divorciarte de mi puedo hacer que sea un proceso eterno hasta convencerte de que no te vayas. Además no es bueno para el bebé tener tíos divorciados, he escuchado que eso puede causar traumas.

Jisoo rió tras él.

—Bueno supongo que tendremos que estar juntos por el niño. —Dijo Seokjin con una sonrisa.

—Supongo que sí. —Namjoon se giró para mirar a la hermana de Seokjin—. ¿Trajiste la caja?

—Sí. Estaba esperando que la necesitaras.

Jisoo le pasó una pequeña caja negra a Namjoon. —No voy a pedirte que te cases conmigo porque eso te da la oportunidad de decir que no. —Abrió la caja que contenía un anillo de hombre hecho con una banda ancha que parecía una cuerda retorcida por los bordes. Dentro de las líneas había una enredadera de rosas. Entre cada rosa había un pequeño diamante cuadrado.

—¿Cuándo hiciste que hicieran esto?

Namjoon le dio una dulce sonrisa totalmente diferente a su habitual expresión que normalmente conseguía del hombre con demasiada testosterona. —Lo pedí el día después de que vinieras a por Jungkook.

—Ni siquiera nos estábamos viendo. —Dijo Seokjin.

—Sabía que estaríamos juntos. —Dijo Namjoon deslizando el anillo en el dedo de Seokjin y dándole una sonrisa complacida cuando encajó perfectamente—. Siempre consigo lo que quiero y nunca he querido nada como te quiero a ti. No había duda en mi mente de que estaríamos juntos. —Namjoon pasó su pulgar por el anillo, ahora en la mano de Seokjin—. Solo era cuestión de cuanto tiempo tomaría. Mi madre me envió saludos. Dice que quiere planear nuestra boda. Le dije que podría hacer lo que quisiera mientras tú fueras mío. Le gustaron las flores, dijo que eras una buena influencia.

—Eres un bastardo prepotente. —Dijo Seokjin.

—Sí, pero soy tu bastardo prepotente. —Namjoon dijo dándole un suave beso a Seokjin en los labios—. Y siempre lo seré.



















 Y siempre lo seré

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扭曲的金 [ NamJin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora