Bienvenido al taller de Deku

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Un recorrido por el hogar de un chico lindo de cabello verde y pecas.

A las afueras de la Merropoli, lejos, muy lejos de los grandes edificios y los avances tecnológicos, existe el pueblo de Musutafu.

No te diré que es un pueblo particularmente pobre, puede que no tengan tecnología de punta, las casas más ostentosas, las escuelas con mejores profesores o el sistema de transporte más eficiente, pero no viven mal. Si le preguntas personalmente a cualquiera de los pobladores te encontrarás con que la mayoría son felices con su vida. Simplemente es un lugar olvidado; cuando te encuentras a unos cuantos kilómetros de la Metrópoli es fácil centrar tu atención en aquella ciudad grande, brillante, utópica y olvidarte de un poblado más modesto y común.

Dentro de Musutafu, en la carretera que sale de la Metrópoli, se encuentra una construcción simple de dos niveles; en la parte de arriba un espacio acondicionado con dos habitaciones, un pequeño baño, sala y comedor juntos y una cocina de apenas dos metros cuadrados; en la parte de abajo un pequeño taller de reparaciones. Para cualquier persona proveniente de la Metrópoli el lugar le podría parecer rústico y descuidado, sin embargo te puedo decir que es un establecimiento bastante bonito.

Las vitrinas del taller que dan al exterior exhiben algunas máquinas reparadas, piezas de repuesto y engranajes que te dan la sensación de estar en una novela al más puro estilo steampunk. En la entrada se encuentra un enorme letrero, inclinado de forma intencional, que reza:

El taller de Deku

A decir verdad, lo que originalmente decía ahí era "El taller de Izuku". Pero una mala lectura por parte de los niños de preescolar provocó que que las personas de la zona comenzaran a pronunciar "Deku" en lugar de "Izuku" eventualmente decidieron que Deku no era un mal nombre y el letrero fue cambiado reemplazado la palabra "Izuku" por el nuevo apodo.

Ahora, puede que fuera "El taller de Izuku", pero el dueño original del establecimiento no es Izuku. Quien construyó ese lugar no fue otro más que un hombre llamado Yagi Toshinori que decidió que sería buena idea llamar a su negocio en honor a su hijo.

Ya que estamos hablando de Izuku Midoriya, es el chico de cabello rizado y ojos verdes con el rostro cubierto de pecas y manchas de grasa (producto del trabajo) que se encuentra en la barra del establecimiento con un desarmador y una pieza de metal en las manos.

Lo primero que debes saber es que no tiene familiares vivos, además, si te preguntas la razón por la cual su apellido no coincide con el de su padre la respuesta es bastante simple, no es su padre biológico y se negó a perder el apellido de su madre.

Tras el fallecimiento del hombre que lo acogió y lo cuidó como hijo decidió hacerse cargo del negocio que creó.

Lo siguiente que debes de saber es que no tiene amigos. Quiero decir, la gente del pueblo lo ama y siempre es amable con él y de vez en cuando sale al parque a jugar con los niños pequeños, siempre saluda a los chicos del pueblo que cursan la preparatoria cuando va a hacer las compras semanales, pero no tiene a ese amigo al que le cuente sus penas y pesares, que lo acompañe una tarde al cine y con quién se desvele la noche hablando por mensaje de temas irrelevantes y dudas existenciales.

Permíteme hacer una corrección: no tiene amigos humanos, en realidad si tiene algo parecido a amigos. Izuku ama la robótica, un amor que fue heredado por su padre. Así que ha construido por sí mismo pequeñas máquinas que cumplen con la función de acompañarlo, ayudarle con pequeñas tareas y, por qué no, de escucharlo durante horas cuando tiene un día particularmente malo.

Lo tercero que debes de conocer de él es que es una persona perseverante. Es ese tipo de personas que a pesar de no poseer habilidades innatas se esfuerzan al máximo por lograr lo que quiere, tanto que, el solo ver como se levanta una y otra vez tras cada fracaso cada vez más decidido a cumplir su objetivo, te hace querer esforzarte cada día más.

Obsolescencia ProgramadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora