Una persona que no eres tú

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Recuerdos en tu cabeza que no se amoldan a tus verdaderos sentimientos.

Alguna vez escuche a alguien decir que la esencia de las personas está en sus recuerdos, que lo que te hace a ti ser tú es el conjunto de tus experiencias vividas, del entorno en el que creciste y las personas a quienes conoces. Eso tiene sentido, después de todo, eres quien eres por lo que has vivido y cada nueva experiencia te enseña algo creando de esta manera tu visión del mundo. Pero al mismo tiempo algo no está del todo bien dentro de esta lógica.

Si tomaras un cuerpo inerte, sin recuerdos ni vida pasada, para después llenar su cabeza con los recuerdos de alguien más, ¿sería la persona de los recuerdos? ¿Mantendría la misma actitud y personalidad? Todo ese conjunto de experiencias que forjaron su personalidad están ahí, todos los sentimientos que ha experimentado, las personas que ha conocido, las noches de insomnio en donde reflexiona sobre la existencia humana, todo se encuentra dentro de los recuerdos así que debería ser la misma persona.

Para Katsuki no es así.

Katsuki recuerda observar la nuca de Yami durante las clases de literatura mientras sus ojos brillaban con emoción al comentar su opinión sobre su libro favorito, recuerda sentir un cosquilleo en su estómago cada vez que sus manos se rozaban, recuerda que a pesar de la actitud fría de su amigo los días se sentían más felices solo con estar junto a él, recuerda la emoción que sintió cuando Yami lo invitó al parque en una cita y recuerda las fantasías en su cabeza en donde ambos terminaron juntos por el resto de sus vidas. Katsuki recuerda todo eso y aun así cuando ve a Yami justo ahora no puede evitar sentir que hay algo diferente.

Camina con Yamikumo, la calle está tranquila y no se escucha más que el sonido de un par de grillos. Regresan de lo que tal vez podría ser su primera cita, Katsuki no está seguro de poder llamarlo cita, no quiere que haya sido una cita y ese sentimiento contradice años de recuerdos suspirando por su mejor amigo.

Ambos se detienen a mitad de la calle frente a la Casa de Katsuki, o frente a la casa de Yami, viven uno frente al otro así que es básicamente lo mismo.

—Fue un buen día—comenta Yami.

Mentira.

O más bien, Katsuki cree que es una mentira. La incomodidad que sintió el día de hoy solo se compara con el primer día luego de que Katsuki despertara del coma. Durante todos sus días estando con Yamikumo ha tenido la constante sensación de que no está haciendo o diciendo lo que Yami espera, pero este día en particular se siente como si simplemente fuera incapaz de cumplir con las expectativas. No fue un día terrible, pero tampoco bueno.

—Extrañaba salir contigo —prosigue.

Eso es verdadero, es la primera vez que salen desde el accidente y se siente algo refrescante, ambos disfrutaron poder estar fuera.

—Yo también.

—Podemos, podemos ir a otro lugar, otro día, tal vez la semana que viene. Tu decides a donde ir esta vez—. Trata de no prestar demasiada atención al hecho de que Yamikumo se ve inseguro y sus palabras titubean.

—Está bien.

—Bueno, yo—Yami lo mira como si estuviera esperando algo—, supongo que iré a mi casa.

—Sí, supongo que yo igual.

—Adiós.

—Adiós.

—Nos vemos mañana.

—Nos vemos.

Finalmente Yamikumo parece estar a punto de dar media vuelta e ir a su casa así que Katsuki decide hacer lo mismo. Entonces, cuando empieza a dar el primer paso escucha nuevamente la voz de Yamikumo.

Obsolescencia ProgramadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora