💀. . .2. . .💀

132 29 13
                                    

Caminaba con tranquilidad por el pueblo, apesar de estar en luto, sabía perfectamente que todo seguiría yendo como si nada, claro, no todo podía parar al perder a un simple "héroe".

Aunque, aún estaba un poco liado con la cosa que vi entre la lluvia al esta en la puerta de la iglesia, no sabía si era una alusión al ver tantas fotos y recuerdos del menor o era porque era real...

Pare mi andar en medio del pueblo, observando aquel lugar donde lo habia divisado, analizándolo unos segundos, determinando una sola cosa.

—A lo mejor lo alucine...—me encogi de hombros en mi lugar dándole poca importancia.

Retomando el camino al comedor del pueblo, donde servían unos maravillosos desayunos.

Emocionado llegue a la entrada del local, suspirando, para después mostrae la cara más triste que podía dar, adentrándome y sentándome en una de las mesas cerca de la salida.

—Buenos días. ¿Qué le puedo ser-...—una hermosa camarera había llegado atenderme, pero al notar quien era su rostro cambi a uno melancólico—Señor Rubius, disculpeme, la casa paga. ¿Qué va ordenar— Volvió a preguntarme.

¿¡Comida gratis por lo sucedido!? ¡Dios! ¡Debí haberlo hecho mucho más antes!

Esperando unos segundos, espere poder controlar mi emoción, pidiendo al final unos panqueques con miel y té, notando cómo aquella chica se marchaba lo más rápido posible.

Esperando mi comida, empecé empecé notar mas con detalle aquella establecimiento, notando lo tranquilo que es, volteando a ver por aquella vitrina como la gente pasaba su maravilloso día.

Todo tranquilo hasta que empece a sentir un repentino ambiente pesado, junto con una sensación de mirada penetrante, observando a todos lados para divisar aquel sujeto que tanto me incomodaba.

Hasta que un grupo de adolecentes llamó mi atención, pues entraban al lugar entre risas y bromas, viendo como entraban uno por uno, hasta que lo vi.

. . . ¿Cómo?. . .

Ahí estaba al frente mío, tenía una vestimenta tan distinta a la de antes, y ahora su rostro traía una enorme cicatriz que lo deformada de alguna forma, en su mano jugaba con una ficha de ¿Casino?...rojo, dorado y negro, mostrándome una sonrisa burlona lanzandola una y otra vez.

Acomodandome mejor en mi lugar me removi con incomodidad, notando cómo su sonrisa aumentada, provocandome un temblor en mis orejas, apunto de levantarme un plato junto a una voz femenina me desviaron de aquella atención.

—Su desayuno, Señor Rubius.

—A-Ah...gracias..—Desconcertado volte a verla.

—Un placer, disculpe y con su permiso.

Regrese con rapidez al lugar donde estaba él híbrido pato, viendo que se había vuelto a esfumar. . .

Cosas mías, cosas mías....

Comencé a comer lo más rápido que podia, y al terminar deje un karma de oro, saliendo lo más rápido posible del lugar.

MI PEOR ERROR [Rubius]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora