—Te digo que no cabezón.
—Pero...sólo será esta noche y te prometo no molestarte más...por favor...—supliqué con suavidad, juntando mis manos.
—Aver tontito—Hablo con pezades—¿Cómo voy a saber que dices la verdad?, dame una razón para confiar en tí.
—Yo....
Sin saber que responder, baje la mirada unos segundos, segundos que fue donde un portazo en la nariz me nego la entrada de aquel castillo en medio del comienzo de la oscuridad en Karmaland.
Preocupado suspire, dando media vuelta en la entrada del gran castillo de Vegetta.
Ya no sabía que hacer para no estar sólo en mí casa, cada vez que estaba en silencio unos balbuceos invadian mis orejas, llegando a aterrorizarme un poco...
"...Rubius..."
Un susurro invadió una de mis orejas, bajandolas al instante, alzando la mirada en pánico por aquello, viendo hacia donde estaba él ascensor, notando una muy oscura noche que apenas era visible por las pocas antorchas colocadas.
—¿Qué...cajones...?—Susurre, tratando fijar bien mi vista por si alguna rata me estana jugando una broma—¿Hola?...
Dando un paso al frente y parandome derecho, trate de mirarme intimidante, pero una silueta se iba acercando, provocando que sacara una espada de piedra que traía guardada en mi inventario, cosa que callo al instante de notar quien era él que se acercaba.
Oh no, no, no, no, no, no....
Me cago en todo.
Ahora tenía otro maldito semblante. Un semblante que proporcionaba erizar cada bello de mi cuerpo al ver aquella enorme hacha llena de sangre en una de sus manos, su rostro era borroso y aquella sonrisa inhumanas emanaba un color escarlata brillante...no parece una máscara...
Guantes de látex amarillos y un delantal manchadas de sangre...
¿Se está acercando?...
Dio dos pasos al frente, arrastrándolo aquel instrumento, haciendo sonar aquel metal arrastrarse por las rocas, dejando caer gotas espesas de todos rojizos.
¡Se acerca más!.
Dando mediavuelta hacia la puerta de vegetta, toque con desesperació, escuchando suspiros pesados acercarse cada vez más detrás mío, mis puños dolían ante tantos golpeteos recurrentes, pero era más fuerte mi desesperación por entrar a un lugar de refugio.
—¡Vegetta! ¡Déjame entrar por favor!.
El sonido metálico arrastrarse hacia arriba me dejo helado, esperando a mi ya muy cercana muerte, dando media vuelta recargando mi cuerpo en la puerta como si pudiera fusionarme, al estar apunto de ser golpeado por aquella enorme hacha, un "click" detrás mío hizo que cayera de espaldas contra el piso, golpeando mi cabeza con fuerza.
—Ru....estas....pero....paso...¡Tontito!—Era la voz de vegetta distorsionada hablándome, cayendo inconsciente en contra de mi voluntad.
"Rubia..."
BUENAS BUENAS!!
NUEVO CAPITULO DE ESTA HISTORIA.
ESPERO QUE HAYA GUSTADO.
BUENO SIN MÁS QUE DECIR ME RETIRO.
ATT: MILITARROOSE.
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MI PEOR ERROR [Rubius]
Fiksi Penggemar"Lo había logrado..." . . . "¿¡FUISTE TÚ GILIPOLLAS, VERDAD!?" . . . "Lo extrañaremos" . . . "Titi..." . . . "¡Ya no puedo más!" "¡Me estoy volviendo loco!" ¿Qué hubiera pasado si en vez de tener una bonita amistad después de sus primeras intencio...