I WANNA BE YOURS - freenbecky - sammon (omegaverse)

CAPITULO 4

Mi mente estuvo dando vueltas durante toda la tarde, una parte de mi sabia que no iba a salir ilesa del lugar, podía sentirlo, el extraño magnetismo del que hablaban los alphas y omegas, pero había un error en la ecuación y era que yo era una beta y nunca podría sentir esa conexión espiritual de la que tanto hablaban ellos, entonces ¿por que me sentía ase? al menos tenia seguro de que no era la única que se sentía de esa forma, sin embargo a ciencia cierta nunca se sabia lo que pasaba por la cabeza de freen principalmente por que se salía del molde de los omegas lo cual hacia que caminara en territorio totalmente desconocido. me sorprendía como podía destacar tanto en mi rendimiento cuando al mismo tiempo pensaba en todo esto y tal vez eso se debía a mi naturaleza, los alphas tenia cualidades físicas extraordinarias como fuerza y agilidad mientras que los beta teníamos esa amplia multifuncionalidad cerebral que me permitía analizar mi situación con Freen al mismo tiempo en que analizaba los datos con la esperanza de encontrar alguna irregularidad. tal vez no era buena idea ir a su casa, sentía que era presa y ella seria quien me cazaría lo cual era irónico pues si alguien estaba biológicamente mas cerca de ser un cazador era yo, analicé las alternativas y solo pedía a Dios por una señal divina así que salí de la oficina para ir al baño encontrándome a Song en el camino quien como dato nunca dejaba el celular a un lado lo cual probablemente afectaba su productividad.

- hola srta Armstrong - saludó cortésmente.

- buenas tardes Song, ¿Qué haces aun aquí? - pregunté pues hace una hora había terminado su horario laboral y ella no se caracterizaba por ser precisamente dedicada a su oficio.

- estoy esperando a que vengan por mi, hace poco cerca de mi casa asesinaron a una mujer, dicen que es un crimen de odio, así que no estoy dispuesta a salir sola de aquí siendo una omega, definitivamente los beta se están saliendo de control - contestó evidentemente asustada.

fue cuando detuve mi lavado de manos para mirarla fijamente, entonces se dio cuenta de su comentario poco inclusivo.

- oye lo siento, no quise decir eso pero tu sabes los cazadores existen- explicó sintiéndose peor.

- ¿y que te hace pensar que fue un beta? - comenté mientras poca importancia le daba al comentario de una simple omega - ella también es una omega - pensé.

- pues fue contra un alpha, pobre dicen que quedo horrible - no pude evitar soltar una carcajada ganándome una mirada extraña por parte de Song.

- ¿desde cuando un beta puede hacer eso? de ser así muchos depredadores no estarían libres - comenté burlonamente mientras terminaba mi lavado de manos - que tengas buena tarde - me despedí con total naturalidad dándole una sonrisa que mas que tranquilizarla pareció asustarla.

Algo podía deducir de ese curioso encuentro que había sido muy conveniente, no era un secreto que últimamente estábamos viviendo momentos históricos, el caos mundial se estaba desatando desde teorías conspirativas de la radicación de lo que conocíamos como jerarquía biológica ( alphas, betas y omegas) como también aquella rivalidad entre betas y alphas que venia desde hace siglos así que en resumen la seguridad en general era mala, yo en efecto era uno de los puntos de odio, y ya había visto ese odio a los ojos salvándome milagrosamente a una corta edad, situación la cual no estaba dispuesta a repetir, cada vez el numero de depredadores y cazadores iba en aumento y en el medio quedaban los omegas, era como una guerra silenciosa de la que nadie hablaba abiertamente pero todos sabían, ni siquiera los gobiernos hacia algo al respecto sin embargo lo civiles seguían cayendo en las calles, así que dejando a un lado esta pequeña clase de historia moderna en definitiva no estaba en condiciones de andar desfilando en las calles al altas horas de la noche, no en esta jungla de concreto así que lo mas malo que podía pasarme en casa de Freen era que pasara lo que quería que pasara.

Había llegado el momento así que tome mis cosas y me dirigí al parqueadero para esperar a Freen, no tenia por que estar nerviosa, si un alpha no podía ponerme nerviosa ¿por que una omega si? era absurdo así que respire profundo para relajarme pero entonces sentí aquel olor embriagante cerca de mi, era ella.

- ¿Cómo estuvo tu día? - pregunto directamente.

- productivo ¿y el tuyo? - respondí fingiendo que no me afectaba su presencia.

- perfecto, vamos tengo hambre - dijo mientras quitaba sus lentes negros de manera imponente.

condujo rápido por la ciudad con mucha habilidad, me limite a mirara por la ventana pues era mejor eso que estar distraída con sus labios, en definitiva estaba perdiendo la cabeza y todo por una omega que ya esta comprometida...

ayyy por DIOSSSS

no había caído en cuenta, sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo, tenia nauseas y frio. Freen pareció notarlo.

- oye ¿estas bien? - preguntó mientras tomaba mi mano para acariñarla con su pulgar, gesto el cual me hizo sentir mas enferma y angustiada, mis emociones estaban saliéndose de control y no lo entendía, tenia que calmarme.

- estoy bien - logré decir con mucho esfuerzo mientras giraba mi cabeza hacia otro lado.

El resto del viaje fue en silencio pudiendo escuchar mis propios latidos y la angustia en mi pecho, me sentía adolorida por algo que ni siquiera tenia que afectarme, era hora de detener esto, este había sido la señal para saber que debía poner un alto pero como hacerlo si tendría que trabajar con ella todo el tiempo, verla seria una tortura, maldecía el momento en que esta absurda locura inicio. llegamos a casa y corrí rápidamente al baño para lavarme el rostro, estaba pálida, tenia que controlarme y sacar esa idea de mi cabeza así que retome mi postura y salí.

- estas pálida - comentó Freen acercándose a mi - sus suaves manos acariciaron mi rostro y sentí mis rodillas flaquear. me aparte rápidamente.

- estaré bien - contesté.

- haré algo ligero para comer no quiero que vayas a enfermar - dijo antes de ir hacia la cocina.

tome ese tiempo para respirar profundo y meditar las cosas con calma, a lo mejor ella era de las personas que tenían sus tradiciones muy marcadas y aun no había...

- mierdaa a mi que me importaaa- dije para mi misma, era obvio que si, ella no era una niña, era mayor y su prometido aun mas mayor, sabían lo que querían y lo que hacían así que rápidamente la respuesta vino a mi...

Ella ya había sido marcada...