Capítulo 13: El hechizo

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Lucario toma el camino de regreso al laboratorio, pero durante su camino presiente que su conejita estaba en riesgo. Era una inquietud que hizo que se apresura para llegar y comenzar a buscarla por todos lados.

La conejita, por otro lado, iba camino al laboratorio, tomada de la mano de Inteleon. Se sentía un poco confundida después de lo que había pasado hace un rato con él, ya que no tenía sus sentimientos claros hacia él, pues también tenía en su mente a Lucario... aún.

Antes de llegar al laboratorio, Inteleon se detiene y jala ligeramente del brazo a la conejita para que se detenga también y voltee a verlo.

I: Te tengo que dejar aquí.

C: ¿Por qué?

I: Te dije que tengo una sorpresa para ti. No seas tan curiosa y regresa a casa, por favor. [le da un beso en la mano]

C: Está bien... mientras estaré con Lucario.

I: Espera... ¿por qué con él? Después de lo que platicamos... ¿Lo prefieres a él?

C: Pues sí... lo amo y es mi pareja. [cara extrañada]

I: -Algo no está bien- Entiendo... entonces date prisa para que no sospeche que te fuiste. [la gira forzosamente para que camine hacia casa]

C: Buen... ¡Auch! [pisa mal una rama]

I: ¿Qué pasa?

C: Es... mi pata.

I: ¿Qué tiene tu pata?

C: Hmm... bueno hace unos días me lastimé la pata con una roca y tenía una herida algo profunda. Por eso tengo una hoja amarrad... [dirige su mirada a la pata que se había lastimado] ¿Dónde está la hoja?

Cinderace tenía su pata descubierta, y la herida que tenía aún no había sanado por completo. Inteleon observó la herida para pensar en una posible solución al problema que tenía gracias a ello.

I: -Así que es eso... tengo que hallar una manera de sanar esa herida, ya que de ahí escapa la magia de la flor, y por eso todavía quiere estar con Lucario.- Regresa con cuidado al laboratorio para que no te lastimes más tu pata. Iré por tu sorpresa y algo para que sanes.

C: Está bien, te veré después. [sonrisa cálida e inocente]

I: -Tengo que ver a Braixen urgentemente, no sé de qué es capaz si algo sale mal en el plan. Maldita sea la hora en que esa tonta coneja se hirió de esa manera la pata.-

Inteleon se vuelve a dirigir al bosque, mientras que la conejita se dirigió al laboratorio cojeando para no apoyar tanto su pata lastimada. Pero justo al llegar, comienza a marearse, su vista se torna roja poco a poco. 

Llegó un punto en el que pierde el equilibrio y choca repentinamente con Lucario, ya que éste se había aparecido de la nada. Por otro lado, Lucario se sorprende al chocar con ella, pero su instinto hizo que reaccionara abrazándola.

 Por otro lado, Lucario se sorprende al chocar con ella, pero su instinto hizo que reaccionara abrazándola

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