Comenzaba a salir el sol y los pokémon aun estaban dormidos. Lucario fue el primero en despertar, y se dio cuenta de que Cinderace se había dormido recargada en el árbol. Tenía que ser cuidadoso al bajar para no despertarla y que le preguntara sobre lo ocurrido ayer, tanto lo del combate como lo que le dijo antes de dormir. Ahora menos que nunca quería pensar en esas cosas, pero al bajar...
L: [observa con un sonrojo a la conejita, sin mostrar una sonrisa] -No sabía lo tan bonita que se ve dormida, debió estar muy cansada después de su entrenamiento de ayer, no la quiero despertar. No debo hacer ningún ruido-
El pokémon de acero/lucha fue a caminar un poco a los alrededores, pero pasando el tiempo los pokémon comenzaron a despertar, al igual que los entrenadores Ash y Goh. Al levantarse y salir, el profesor Cerise les informó que en la ciudad Castelia había nuevos bocadillos para probar, Goh fue invitado exclusivamente al ser un novato en las competencias de comida Pokémon y ganar en su primer intento, y podía llevar a un amigo, así que sin pensarlo llevaría a Ash. Ambos felices y deseosos por volver a visitar esa ciudad, desayunaron y llamaron a Cinderace y a Lucario a sus pokeballs para que los volvieran a acompañar y se asegurarían de que probarían de todo esta vez sin desaparecer misteriosamente.
Una vez que llegaron a la ciudad Castelia, los Pokémon fueron liberados y los 4 juntos fueron en búsqueda de esas nuevas delicias. Lucario en ese momento recordó lo que había pasado hace unos días en esa ciudad, y mantenía una actitud apartada hacia las cosas dulces; sin embargo, sabía que pronto la conejita se acercaría a él para invitarle uno de los nuevos bocadillos.
L: -No tengo ganas de enojarme con ella, pero tampoco quiero probar todas esas cosas dulces. ¿Tenían que elegirme a mí otra vez?-
Sentado en una banca, observando a los entrenadores y a la conejita pidiendo unos muffins con forma de Slurpuff, Lucario estaba deseando no probar nada de esas cosas, pero si Cinderace insistía, tendría que hacer un pequeño sacrificio. A lo lejos veía a la bella conejita acercarse con un muffin y con un panecillo diferente.
C: Ya sé que no toleras las cosas dulces, así que te traje esto. Es un panecillo con cubierta de mantequilla. [muestra una cálida sonrisa] Vamos, tienes que probar algo de aquí, te pierdes de mucho... además no es muy empalagoso, pruébalo.
L: -Hmm, supongo que podría darle una oportunidad, al menos a ese bocadillo. Solo así me evitaría un interrogatorio- Gracias, puedes sentarte aquí si quieres.
Cinderace le dedicó una sonrisa y muy contenta se sentó junto a aquel pokémon azul. Por otro lado, él nervioso, le da una primera mordida al panecillo... su sabor era lo más delicioso que había probado, pero nunca demostró esa emoción, al menos no frente a ella. Pero por dentro estaba encantado con ese bocadillo.
L: -¿Será que en serio me gusta por el sabor? ¿O simplemente por la conejita que me lo dio?... ¿Por qué me preguntó esto?-
Tras esto, Lucario antes de terminarse el panecillo soltó un pequeño sonrojo y una ligera sonrisa, no muy notoria. Cinderace casualmente voltea a verlo y lo ve de esa manera...
C: Al parecer sí te gustó, tú no sueles sonreír a menos que hayas ganado un combate. Pero veo que estás un poco rojo de la cara... ¡Ay no! ¿Será que aun estaba caliente el panecillo y te quemaste?
L: No, no. Para nada, está en la temperatura perfecta. Es solo que... estaba pensando hace un momento, y creo que tienes razón, me estoy perdiendo de sabores que muy probablemente me puedan gustar. Y el hecho de que esto lo compartas conmigo, me brinda un poco de confianza.
C: Quizás no toleres lo dulce porque te empalaga, y lo entiendo. Yo me he logrado empalagar en algunas ocasiones, pero depende mucho del bocadillo que elijas comer. No solo es juzgar por cómo luce estéticamente, por eso hay que probar las cosas para que sepas cuáles te empalagan y cuáles no.
L: Sí, creo que tienes un punto en esa idea, pero yo no soy fan de probar cosas nuevas, al menos no algo que esté derivado de lo que no tolere. Así que me cuesta un poco darle una oportunidad a esto.
C: Algún día le encontrarás gusto a estas cosas, o mínimo las toleres un poco. Voy con Goh, quiero que guarde estos otros bocadillos para después. [le muestra una bolsa de papel]
Cinderace se levanta de la banca y va con su entrenador. En ese momento Lucario volteó a su derecha y vio el camión donde Goh le pidió el helado que después le aventó al suelo, y vino a su mente ese recuerdo.
{FLASHBACK}
C: ¡Oye! ¿Quieres un poco, Lucario?
L: No, gracias.
C: Ay, vamos, ¡pruébalo! [le embarra un poco]
C: Perdón por eso... A ver, déjame limpiarte la mejilla...
L: [le aleja su brazo bruscamente] ¡Quita tu pata de mi mejilla!
C: ¡Mi helado! ¡¿Por qué diablos hiciste eso?! ¡Está en el suelo y no puedo comerlo ahora! ¡¿Por qué estás tan gruñón?!
L: Te lo dije, no quería ningún helado.
C: Solo estaba tratando de alegrarte, ¿de acuerdo?
{FIN DEL FLASHBACK}
L: -Supongo que estuvo mal lo que hice. Estaría bien si yo...-
Cinderace vuelve a la banca donde estaba Lucario, pero se dio cuenta de que no estaba.
C: -¿A dónde se habrá ido? Supongo que en realidad no le gustó el panecillo que le dí...-
L: Oye...
Cinderace voltea rápidamente, y se lleva una pequeña sorpresa al ver a Lucario
L: Suponía que te quedaste con las ganas de comerte tu helado aquella vez. Te quiero pedir perdón por habértelo tirado, pero a veces eres muy necia. Como tú me ofreciste el panecillo, ahora quiero darte el helado que no probaste por mi amargura. [extiende su brazo para darle el helado]
La conejita mostró un ligero sonrojo, que era notorio por su pelaje blanco.
C: ¡Muchas gracias! [abraza a Lucario] ¿Quieres un poco?
L: No, gracias.
C: Por favor, pruébalo...
L: No me hagas tirarte este helado también.
C: Esta bien, tú ganas. [suelta una risita tierna]
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𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓸 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽𝓸
FantasiEsta historia está un poco basada después del capítulo 48 de Viajes Pokémon, donde Cinderace y Lucario tuvieron que trabajar en equipo para salir del embrollo en el que se metieron por tratar de rescatar a Pikachu, quien no sabían que en realidad se...