Capitulo 50

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Lucrecia: -¡Carla!- Se emocionó y miró a Valerio quien estaba boquiabierto.

Carla: -Lucrecia, ¿Cómo pudiste hacerme esto?

Lucrecia: -¿Hacerte esto? ¿Hacerte qué?

Carla: -Valerio- dije en un hilo de voz.

Lucrecia: -¿Se conocen?- miró a Valerio.

Valerio: -Te dije que no iba a esperarte.

Carla: -Púdranse ambos- salí corriendo mientras las lágrimas rodaban por mis mejillos.

Azoté la puerta y salí en mi auto lo más rápido que pude, puse mi velocidad a 200 km y aumentando.
Muchas cosas empezaron a correr por mi mente:

Lucrecia: -¿No te parece demasiado revelador?
Carla: -¿Revelador? ¿Te refieres a mí?

Lucrecia: - No sé ni para que me molesto.
Carla: -Ya sabes lo que dicen... Si el producto no se exhibe no se vende.

XxX: -Hola ¿Está la señora Caleruega?
Carla: -¿Tú quién eres?- estaba atontada, este chico estaba como quería, me hipnotizó en un segundo, sus ojos verdes, sus rulos, sus labios, esa sonrisa coqueta. Sea quien sea esta noche iba a tener una noche divertida con él.
XxX: -Me llamo Samuel García, los señores me contrataron para cuidar a su hija Carla esta noche.

Carla: -¿Y qué harán?- me crucé de brazos.
Teo: -Enviarte a un internado.
Carla y Lucrecia: -¡¿Qué?!
Lucrecia: -Señor, usted no puede hacer eso. ¿Qué voy a hacer yo sin ella?
Samuel: -¡Pero que dependencia sicólogica tan enferma tienes con Carla!
Lucrecia: -Ella es mi mejor amiga y la defiendo con uñas y dientes- dijo molesta.

¡Maldito recuerdo! Fue el que más me dolió, cerré mis ojos por unos segundos, conducía a ciegas, los recuerdos seguían fluyendo.
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Josh: -¡Malditas perras!- gritaba.
Lucreci lanzó una carcajada y yo... bueno yo sólo me asomé a la ventana y le saqué el dedo de medio.
Ya llevábamos algunas calles adelante por lo rápido que conducía Lucrecia, me lancé al asiento del copiloto.
Carla: -Dame esos cinco, mi amor- Lucrecia alzó su mano y las chocamos

Recepcionista: -Buenas noches, Señoritas. ¿En qué podemos atenderlas?
Carla: -Mi novia y yo queremos pasar una noche candente. Dénos una pinche habitación.
Recepcionista: (tecleando) -¿Con registro o anónimas?
Lucrecia: -Anónimas.
Carla: -Pero que tímida eres mi reyna, así no te portas en la cama.
Lucrecia: -Es que mi lado salvaje sólo es para tí.

Carla: -¿No era más fácil que lo bajaras tú?
Samuel: -Si- sonrió.
Carla: -Yo no me enamoro- le dije mirándolo a los ojos.
Samuel: -Yo tampoco.

Como no, los dos caímos redonditos.

Carla: -¿Qué pasó anoche?- mi cabeza estallaba, la sentía de 500 kilos.
Samuel: -¿Qué paso anoche? ¡Te escapaste a la calle! ¡Trajiste alcohol, hiciste una fiesta, trajiste hombres al internado, emborrachaste a todo el mundo, todos estaban desnudos, te desnudaste frente a todos, te embriagaste, destruíste el prestigio de este internado! ¿Quieres que siga?- gritaba muy furioso.
Carla: -¡No me grites, imbécil! Me duele más la cabeza con tus gritos.
Samuel: -Es lo menos que te mereces ¡Eres un desastre! ¡A saber con cuantos te acostaste anoche y ni lo recuerdas!
Carla: -¡Mi vida íntima no te importa, inepto! ¡Yo hago lo que quiera y que quede claro de una vez!
Samuel: -¡Es que... no puedo creerlo! Intenté confiar en ti, darte una oportunidad de que ibas a ser diferente y mira.

Carla: -¡Samuel!
Samuel corrio y me hallo en la piscina.
Samuel: -¿Que haces?
Carla: -¡Me ahogo!- fingi hundirme.
Samuel se quito la camisa y se lanzo a la piscina con todo y zapatos, me tomo en sus brazos y me elevo hasta la superficie, me hice la desmayada, él me saco y me recosto en el suelo.
Samuel: -Carla, respondeme.
Tomo mi rostro en sus manos y comenzo a darme RCP, pero justo al juntarse a mi boca tome su cabeza con mis manos, abri mis ojos y comence a mover mis labios para besarlo, el me miro a los ojos y correspondio mi beso, ambos cerramos los ojos y el beso siguio. Sus labios eran suaves y estaban frios por el agua, eran tan exquisitos, todo un manjar. No queria soltarlo nunca, el beso era suave e intenso, como ningun otro que haya tenido en mi vida... luego de unos segundos nos apartamos, ambos quedamos en shock viendonos.

niña mal [carmuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora