Capítulo 7

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No había muchas personas que rechazaran a sus parejas destinadas, y, a pesar de ser muy pocos en comparación con los enlazados que se amaban, existía esa pequeña posibilidad de vivir sin tu otra mitad. No era nada fácil; en todos los casos, siempre había uno que realmente se enamoraba. Pero de eso se trataba ir en contra del destino; era como una prueba. Si amabas tanto a tu destinado y, por más que lo intentases, no fueras correspondido, entonces lo mejor sería dejarlo ir.

Esa era una de las pruebas de amor más grandes que podían existir en este mundo porque no se trataba de uno mismo, sino de la otra persona. Sería muy doloroso para los no correspondidos, pero todo valía la pena por sus amados. Aunque también existían esas personas que, por más que los rechazaban, no lo aceptaban.

Los alfas siempre fueron por naturaleza muy posesivos, celosos y egoístas, sobre todo con sus parejas. Muchos aún veían a sus parejas destinadas como su propiedad y se sentían con todo el derecho de tomarlos en todos los sentidos.

La marca, considerada la prueba de amor más grande e importante del mundo, también era usada para atar tanto a omegas como alfas. Las probabilidades de que un omega sobreviviera a una separación después de ser marcado eran nulas; ningún omega sobreviviría a eso jamás.

Es muy importante la decisión de marcar y ser marcado; uno debía tener mucho cuidado con esas cosas porque después no había vuelta atrás. Los alfas lo sabían; por eso, marcaban a sus omegas destinados que los rechazaban. Los omegas lo sabían; por eso, drogaban a sus alfas destinados que los rechazaban para que, en ese momento de inconsistencia, fueran marcados por sus alfas y ya no hubiera vuelta atrás.

- ¿En qué piensas? - Preguntó el alfa con una sonrisa curiosa.

- Estaba pensando en la marca que se les hace a los omegas.

- ¿Por? - Frunció un poco el ceño.

- No me gusta - Confesó - No me gusta la idea de pertenecerle a alguien y que después pueda ser lastimado - Dijo con temor. No deseaba que eso le pasara.

- Entiendo.

- Sí llego a tener un alfa, me gustaría que respetara mi decisión de no querer ser marcado - Taehyung había escuchado muchas historias de omegas que sufrían debido a sus marcas. La idea de ser marcado le aterraba.

- Bueno, si yo fuera tu alfa, respetaría la decisión que tomes sobre tu cuerpo y tu vida - Dijo Bogum.

Ambos amigos estaban sentados en medio del césped del enorme campus. Sus cuerpos estaban muy cerca, pero no lo suficiente como para que sus respiraciones chocaran.

- Jungkook es el claro ejemplo de lo idiotas que son los alfas - Habló casi en un susurro - Pero Hoseok y tú son muy diferentes a lo que se acostumbra ver en los alfas.

El alfa soltó una pequeña sonrisa. El omega a su lado le parecía muy adorable, y algo en su interior le pedía acercarse al omega tanto como para juntar sus cuerpos.

- Sé que Jungkook te ha estado causando problemas - Soltó un suspiro cansado - Quiero que sepas que puedes contar conmigo tanto como cuentas con Jimin.

- Lo siento - Se disculpó avergonzado - No quería que te metieras en problemas por mi culpa; es por eso que no te dije nada.

- Taehyung, en el poco tiempo que te conozco, me has llegado a importar mucho - Juntó sus manos - No pasamos tiempo juntos fuera de la escuela; deberíamos salir. Quizás, si pasamos más tiempo juntos, puedas tenerme mayor confianza.

- Me gustaría mucho, pero...

- Vamos, te he notado cansado últimamente y necesitas despejarte - Insistió.

Castillo de naipes [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora