Capítulo 8

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No tenía idea del tiempo que se tardó. Con Jungkook solo sabía que, si no se apuraba, lo más seguro es que Jimin hiciera muchas preguntas. Corrió a la salida de la escuela y, una vez afuera, se subió al lujoso auto de su amigo. Se sentó en el asiento del copiloto y notó a su amigo mirarlo con una mueca de disgusto.

— Hueles diferente — Taehyung quedó inmóvil — Hueles a alfa y no cualquier alfa — Continuó hablando mientras se acercaba a su amigo — Tienes el aroma de Jungkook sobre ti.

— N-no, no es eso — Trató de negar para no ser descubierto, pero no serviría de nada porque Jimin conocía perfectamente el aroma del alfa.

— Taehyung, si Jeon te está molestando, solo tienes que decírmelo y Bogum, Hoseok y yo le daremos una paliza para que no se te vuelva a acercar.

— No es necesario, mejor vámonos que se nos hace tarde.

El camino a la casa de Taehyung fue silencioso y un poco incómodo. Jimin parecía estar concentrado en sus propios pensamientos y Taehyung no quería molestarlo. Bajó en silencio del auto sin poder despedirse, ya que su amigo arrancó ni bien bajó. Jimin estaba un poco extraño y eso le preocupaba.

Al entrar en su casa, la encontró vacía y una nota de su tía avisándole que lo dejaría solo durante algunos días. No era la primera vez que pasaba, y tampoco es como si estuviera tan pequeño como para necesitarla, pero a veces deseaba que su tía lo amara. La casa no era tan pequeña ni tan grande y, aun así, se sentía tan sola y deprimente. Esa misma casa que años atrás había estado llena de amor por parte de sus padres y él, ahora se sentía muy fría y solitaria.

Deseaba que sus padres aún estuvieran con vida para seguir compartiendo con ellos sus alegrías y tristezas. Desde pequeño deseaba esmerarse para darles a sus padres la vida que él creía que se merecían, y de la noche a la mañana, todos sus sueños se vinieron abajo. Quería ser fuerte, pero en momentos así, en los que se sentía solo, no podía evitar llorar extrañando a sus padres.

Todos alguna vez en nuestras vidas hemos llorado en nuestras camas hasta quedarnos dormidos, y para Taehyung eso sería más frecuente de lo que él pudiera haberse imaginado porque el destino era muy cruel con las personas vulnerables como él.




















Seokjin lo había llamado para que lo ayudara con su preciado jardín, y como era un tonto, había atendido a su llamado. Gracias a eso, ahora estaba encerrado en uno de los cobertizos del inmenso jardín de Seokjin con un idiota más grande. Supuestamente, el cobertizo se cerró, dejándolos a Yoongi y a él encerrados adentro y sin poder llamar a nadie, ya que sus celulares se quedaron afuera.

— ¿Qué acaso no piensas ayudarme? — Preguntó Jimin molesto.

— Llevas mucho tiempo gritando y pateando la puerta para que nos abran, y nadie parece escucharte — Contestó despreocupado — Mejor quedémonos aquí hasta que noten nuestra ausencia y vengan a buscarnos.

— Pensé que ya te habías rendido conmigo — Se cruzó de brazos — Pero veo que lo sigues intentando. Ya dile a Seokjin que me deje salir.

— No sé de qué hablas — Dijo recostando su espalda en la pared del lugar. Cerró los ojos pensando en descansar un momento — Yo no pienso estar detrás de nadie y mucho menos rogar por atención como tú — Bajó con cuidado hasta el suelo para recostarse — A diferencia de ti, yo sí tengo dignidad y orgullo — Ante las palabras, el omega soltó una pequeña risa sarcástica.

— Dices eso cuando le pediste a Seokjin que se metiera en mi habitación para robarme una de mis chaquetas favoritas — Yoongi abrió los ojos y lo miró fijamente — Supe que recientemente fue tu celo. Debiste disfrutar masturbarte oliendo mi aroma en mi chaqueta.

Castillo de naipes [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora