Nascha estuvo molestando casi una semana entera a Andrew para que se apresurara con los preparativos para regresar a la ciudad.
—Vamos Andrew no creo que hayas acumulado tantas cosas.
—Lo siento Nascha, realmente no fui yo el que se demoró sino Red buscándome ropa.
—¿Para qué? Si harás un viaje solo de ida.
—Precisamente, hace un par de noches me acorraló y me dijo que no podía ir así vestido a la ciudad, yo le dije que no se preocupara, pero no le importó y fue a buscar ropa de mi talla al pueblo.
—¿Es en serio? —Nascha le dio una mirada acusadora.
—Lo juro, es más, le puedes preguntar.
Al mismo tiempo Red entraba a la habitación con unos pantalones color marrón y una camisa que combinaba bastante bien.
—tú, ¿Por qué traes eso? —Le preguntó Nascha.
—Andrew, debe verse bien.
Nascha solo le regresó la mirada a Andrew, mientras que este solo elevaba sus hombros en señal de inocencia.
—Bueno, apúrate —Respondió Nascha algo fastidiado —Revisa que no dejes nada.
Nascha seguía regañando a Andrew por lo lento que era para empacar pero se debía a su pierna, aún no estaba completamente sana lo que le dificultaba hacer algunos movimientos. Después de terminar de empacar se sentaron a planificar a donde irían antes de dejar a Andrew con sus padres. Red solo los observa sentado desde las escaleras, nunca le había llamado la atención la ciudad solamente le interesaban las chucherías y artículos de librería para sus diarios de campo, además sabía que su aspecto no sería agradable para las personas y andar sin la máscara sería un crimen.
Ver a Nascha tan estresado intentando organizar le parecía gracioso, ya era algo normal, siempre que necesitaba ir a la ciudad le gustaba prepararse en su casa, además, ahí pasaba el camión que los llevaría al pueblo. Sin embargo, en esta ocasión Red se sentía diferente, un poco triste a decir verdad, Andrew no iba a regresar lo que lo hacía sentir un poco solo. Camila se encontraba igual, estaba bastante desanimada que se subió al regazo de Red y se acomodó para que este le frotara sus plumitas.
—Camila está triste —Nascha y Andrew voltearon al mismo tiempo; el doctor solo hizo una expresión de "no es para tanto" mientras que Andrew se acercó a los dos y se sentó en las escaleras para poder tomar a Camila.
—No estés triste Camila, intentaré visitarte en algún momento —Está le respondió picándole la mano para que la soltara y salió huyendo de la casa —Camila... ¿está molesta?
—No, está triste... —Andrew pudo notar el desanimo de Red que sin pensarlo tanto lo abrazó provocando que este se tensara de la impresión.
—Sé que no te gusta el contacto físico pero este no es un abrazo de despedida sino de "Hasta pronto" —Estas palabras hicieron que Red se fuera relajando poco a poco, Nascha solo los observaba un poco inquieto.
Andrew no dijo más y terminó de empacar las cosas, eran más de las seis de la tarde por lo que decidieron quedarse e irse al siguiente día por la mañana, Nascha tendría que regresar al pueblo por unas recetas médicas que había olvidado.
—¿Irás por esas recetas?
—Si, sino, no me darán el medicamento y es para unos ancianos del pueblo. No te preocupes, estaré aquí temprano para recogerte, procura irte a la cama pronto para que puedas llegar con bastante energía que tendrás que ayudarme a hacer varías compras antes de dejarte en tu casa.
—Esta bien, yo estaré listo —Andrew parecía tranquilo pero se hallaba bastante nervioso, desde que Nascha le mostró el artículo del periódico le había estado costando conciliar el sueño lo que había comenzado a hacer mella en su salud, se sentía más agotado y hambriento de lo normal, incluso bajó un par de ocasiones por la madrugada a la cocina en busca de alguna fruta siendo descubierto por Red que había bajado por lo mismo.
Esta era la última noche de Andrew en la cabaña, por lo que también lo hacía sentirse algo deprimido, se había enamorado de esta vida tranquila, sin los gritos de sus padres ni el estrés de ser alguien que no quería, aquí todo era bastante calmado y la gente vivía día a día.
Red le entregó a Andrew unas bolsas que contenían algunos objetos, días antes los niños le habían llevado regalitos como despedida, incluso Alondra y su madre habían enviado dos cajas llenas de bollos y alfajores para él.
—¿Para mi? —Red solo asintió mientras servía un poco de comida; esta noche había preparado unas hamburguesas caceras, como Andrew no podía comer carne compró unos champiñones gigantes como sustituto, las acompañó de unas papas cocinadas con mantequilla y especias y una ensalada, se había dedicado tanto que incluso las zanahorias tenían forma de estrellitas. Andrew pensaba en como extrañaría la comida de Red, desde que llegó adaptó su cocina para él, nunca lo obligó a comer nada y cada que podía sacaba su libro de recetas para que Andrew escogiera un postre y lo preparan juntos
—Oye Red... creo que te voy a extrañar mucho, nunca me habían consentido tanto, y tampoco había aprendido tanto.
—Bueno... ven cuando quieras —Respondió en un tono melancólico—Eres un buen amigo, gracias por quedarte aquí aunque te haya puesto a doblar mucha ropa...
—Yo estoy agradecido por todo, prometo que te recompensaré —Sonrió
—No es necesario, con tu compañía era más que suficiente... —Andrew no sabía como sentirse al respecto, despedirse era muy difícil, se sentía muy cómodo con él, no estaba acostumbrado a tantas atenciones pero de algún modo le encantaba que Red lo hiciera, lo hacía sentir querido y necesitado.
Ya había llegado la noche, Nascha ya se había ido y las maletas estaban listas. Andrew estaba sentado en el sillón perdido en sus vagas ideas, reaccionó cuando Camila saltó a su regazo, ya no estaba tan molesta y ahora quería que le diera cariñitos, este solo sonrió y comenzó a peinar sus plumitas. Red solo los observaba mientras regaba las plantas que tenía en la sala.
—¿Quieres ver televisión antes de irte a dormir?
—¡Claro, claro! —Red asintió y se apresuró a regar plantas para luego acomodarse junto a Andrew con un par de tazas de café.
Ahora Andrew era el nervioso, ya había notado con anterioridad que Red se tensaba cuando alguien lo abrazaba sin peguntarle antes, pero cuando él se acercaba por voluntad propia era capaz de quedarse junto a la persona por mucho tiempo.
Su calor corporal era bastante agradable, tenía el cabello bastante despeinado a causa de la máscara, por inercia Andrew comenzó a entrelazar sus dedos con los finos cabellos blancos, este no se inmutó más bien se acomodó para que Andrew no se cansara tan pronto de jugar con su cabello, esto provocó que él comenzará a sentirse un poco más ansioso, provocando que su respiración se tornaba un poco pesada, Red notando esto tomó su mano y entrelazó sus dedos en señal de calma.
—Te voy a extrañar —La voz de Red era muy suave que casi no se podía alcanzar a escuchar a causa de la televisión
—Yo también —Red solo suspiró y se acomodó de nuevo para que Andrew siguiera jugando con su cabello.
Sin querer los dos se fueron quedando dormidos, Red no lo había mencionado pero había estado teniendo migraña y que Andrew frotara su cabeza lo hacía sentir mejor. Los dos estaban bastante cansados por los preparativos del día que ni siquiera se molestaron en levantarse solo se acomodaron en el sillón, este al ser bastante ancho cupieron sin problema y Camila se quedó al medio de ellos dos.
—¿Te puedo abrazar?
—¿Uh?
—que... si, ¿te puedo abrazar?
—Ah si, si, hazlo —Respondió Red mientras terminaba de acomodarse.
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Los Cuervos del Campo [BL]
FantasyUn joven corre desesperado por el bosque huyendo de su abrumadora vida en la ciudad, sin embargo en su ignorancia cae en una trampa y es herido... arrastrándose en busca de ayuda se encuentra con una figura peculiar que al principio le inflige un te...