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Ir a terapia era lo más difícil después de que las batallas, los duelos y las rivalidades entre ellos dos, Keigo había pasado por mucho odio de la sociedad al enterarse su romance con un villano, de parte de la liga y de los héroes.

Después de vencer a la liga de villanos los dos se quedaron solos en una habitación y solo soltaron las cosas, con un Touya muy herido físicamente y mentalmente decidieron esperar. Keigo no estaba en las mejores condiciones pero claro que amaba a chico con ojos azules.

Demasiado tenía que admitir.

Era como quemarse y por suerte los apagaron antes de convertirse en cenizas, fue un proceso largo y doloroso, por eso aveces Touya no se creía estar ahí, un apartamento, casado y futuro padre sin olvidar que ahora se llevaba bien con fu familia, otra cosa que la terapia había solucionada aunque tal vez aún faltaban cosas por sanar por ahí.

Aún le costaba creer que cada mañana se despertará al lado del amor de su vida, su piel dorada, sus cabellos suaves y un pequeño bulto en el estómago que les había costado tanto lograr, no creía que ahora tenía un hogar donde llegar.

—Pareces un psicopata cuando me miras así tan temprano en la mañana—Dijo Hawks apenas abriendo sus ojos.

—Solo admiro la belleza de mi esposo.

—Estas muy grandecito como para ponerte caliente con tan solo mirarme

—¿Quien lo dice?—Dijo Touya riendo, el rubio solo soltó un bufido riendo abrazando más el torso desnudo de el.

Los se miraron por unos segundos, esperando que ningún hablara solo viendo a los ojos por que ellos ya tenían una conversación, había si do un martirio, y estaba seguro que si algo le pasara a Keigo, moriría, no solo por el lazo, si no por que estaba seguro que no podría aguantar una mañana sin la luz de sus ojos.

Una mueca de dolor se instalo en su cara.

—Creo que el bebé quiere desayunar—Miro a su esposo por unos segundos hasta que el cedió  levantarse.

Los dos se dirigieron a la cocina, Keigo por fin llegaba a los meses de más seguridad en su embarazo pero aún tenía que seguir cuidándose.

—Sera un bebé muy exigente, como su papá—Hawks fingió estar ofendido por el comentario mientras se sentaba en la silla del comedor.

—¿Hoy iremos por las cosas del bebé?

—Creí que hoy teníamos la consulta.

Los dos se quedaron pasmados y miraron el calendario, hoy tenían una ecografía, y por cierto llegaban tarde, Touya hizo desayuno rápido para los dos mientras se alistaban para salir, iba a ser un día muy cansado el  más para Keigo asi que tenía que ponerse algo cómodo. Algo que amaba ahora era el olor de su esposo, y ahora que la antigua ropa le quedaba muy apretada tenia la excusa de usar la de Touya que aún le quedaba algo floja, pero cumplía su función.

—¡Ponte una chaqueta!—Grito el peli blanco desde el baño, el rubio rodó los ojos.

Touya siempre lo trataba como porcelana, lo entendía en algún punto, el también tenía mucho cuidado con todo, tenía miedo en dañar a su bebé, desde todas las falsas alarmas de aborto estaba siendo muy precavido.

—Ya solo quedas tres meses para que la flamita nazca—Dijo Touya acariciando el gran estómago de su esposo.

—Ni siquiera tenemos cuna ni ropa

—Mi padre y mi hermano seguramente le regalarán cientos de ropa y cosas para bebé.

—¡Touya!

Conducieron hasta  la clínica, cuando llegaron, Touya ayudó a bajar a su Keigo y los dos entraron a la sala de ginecología. Había muchas parejas embarazadas esperando por su cita, la sala estaba pintada por colores pasteles dando un aire maternal, y los omegas se sintieras cómodos en la sala; cuando los llamaron la doctora los esperaba sonrientes y su consultorio, hicieron las preguntas habituales y pasaron a la camilla.

—Tienes la presión algo alta ¿Te has excedido en estos día?

—No, he dejado por completo mi actividad como héroe—Dijo nervioso Keigo al escuchar el tono tan preocupado de la doctora.

—Bueno...Intentaremos monitorearte—Dijo sonriendo para despreocupar a la pareja que se veía algo alterada—No se preocupen, es algo usual.

—¿Tiene que volver a hacer reposo?—Dijo Touya acariciando la espalda del rubio.

—No necesariamente, solo trata de no exaltarte. Bueno, ahora veamos al pequeñín.

Keigo de recostó en la camilla subiendo la camiseta que llevaba puesta, que le empezaba a quedar pequeña, había ganado muchos kilos en el embarazo.

—Ahí está ¿Quieren escuchar sus latidos?—La pareja asintió emocionada.

—Nuestro pequeño...

Los dos sonrieron y se vieron sollozando al escuchar los rápidos latidos de su bebé en el ultrasonido, pronto tendría a su bebé en sus brazos mimandole y dándole caricias, estaba muy emocionados. Salieron de la consulta con una sonrisa en la cara, Touya iba pendiente de cualquier queja de su esposo, con lo de la presión alta había puesto en alerta su cerebro, tenía que cuidar muy bien de su pollito.

—¿Seguro te sientes bien? ¿No estás muy cansado? Podemos ir a casa.

—Ya te dije que si, además, tenemos que elegir una cuna hoy, el bebé no puede esperar.

—¡Bienvenidos a Baby Dream! ¿En que puedo ayudarles?

Los dos se quedaron en silencios ante la mirada atenta de la empleada quien les había recibido con mucha emoción.

—Eh... Queremos ver cunas.—Dijo Touya con miedo, la empleado solo asintió y los llevó a una sala llena de cunas y cambiadores de pañales.

El teléfono de Keigo sonó y el lo saco de su bolso, vio el número desconocido y miró de reojo a Touya quien lo miraba curioso, respondió al número al temeroso.

—¿Hola?

—Keigo...

El héroe se fue para atrás al escuchar su voz, estaba completamente horrorizado y sentía que el aire no entraba a sus pulmones.

Su padre estaba en la línea.










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