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Luego de ese primer encuentro habían pasado unos días en los que Nanami comenzó a ser un cliente habitual en Sweet Ovens. Por las mañanas siempre pedía lo mismo: un americano y una baguette recién sacada del horno. Y por las tardes también pedía lo mismo: un pan de ajo o de aceitunas y un café, pero en las tardes siempre estaba [T/N] quien lo recibía muy animada, verla después de su trabajo le daba un aire renovado para llegar a su casa y comer solo...era como si purificara todo lo malo que él había visto durante el día con las maldiciones.

Así que ya como segunda semana atendiéndolo en la mañana, Haruki ya sabía que iba a pedir el rubio ni más puso un pie dentro de la tienda

—Buenos días —saludó Nanami muy serio, había observado a los dos panaderos, pero por más que trataba, no podía comprender bien la naturaleza de su relación...eran muy familiares entre ellos y el tipo era muy sobreprotector con la mujer que o tenía la misma edad que él o unos años menos

—Buenos días—le saludó Haruki un poco de mala gana, la verdad no le gustaba el cliente nuevo, había comenzado a llegar justo cuando en el barrio comenzaron a aparecer carteles de personas desaparecidas de todas las edades y en si le parecía muy sospechoso, sobre todo porque no podía verle los ojos y para él ver a alguien a los ojos era sumamente importante...viendo a alguien a los ojos puedes saber si dice la verdad o si miente...así que para Haruki que el tipo alto, rubio y fornido cubriera sus ojos como sea que estuviera el día con unos lentes de sol muy extraños era muy sospechoso y tampoco le gustaba que se le acercara mucho a [T/N], pero eso era con todo el mundo...con un suspiro lleno de molestia Haruki se volteó hacia la trastienda

— [T/N], ¿cuánto les faltan a las baguettes? —le preguntó Haruki hacia la trastienda...mientras menos se quedara el tipo rubio tanto mejor, en unos minutos él tendría que irse para rendir un examen...dejaría a [T/N] sola en la tienda y no quería que se quedara sola con ese tipo sospechoso

—Ah, ya casi... —le respondió la voz de la mujer seguida de un ruido metálico

—Bueno, ya casi les falta poco a las baguettes... —le dijo Haruki viendo a Nanami quien asintió en silencio mientras el chico de cabello negro le pasaba un americano

—Gracias... —le dijo Nanami mientras le pagaba la tarifa del americano y de la baguette. Haruki observó detenidamente a Nanami, tenía el cabello muy bien peinado, siempre usaba un traje y sus zapatos estaban pulcramente lustrados, para Haruki él perfectamente podía ser el psicópata que desaparecía gente en el barrio...Nanami entonces se sentó en el sillón tranquilamente sin sospechar nada de lo que sea que Haruki pensaba de él y comenzó a beberse el café mientras observaba a su alrededor, ese día estaba muy tranquilo y solo estaba él en la tienda

—Haruuuu —gritó de pronto la chica desde la trastienda, a lo que el aludido dejó el paño con el que estaba repasando el mesón a un lado y corrió hasta la trastienda, a los minutos el chico de cabello negro salió con un canasto con baguettes, en silencio tomó una y la guardó en una bolsa de papel y luego caminó hasta Nanami y se la dejó en frente

—Listo... —le dijo muy serio Haruki—Puedes irte... —agregó volteándose para caminar detrás del mesón y dejando el canasto al lado de los otros canastos con panes, Nanami frunció un poco el ceño y si bien estaba un poco justo de tiempo no le hizo caso, debía juntarse con Yuuji para revisar sobre un caso de unos humanos modificados pero la actitud del tipo de cabello negro que en su delantal decía "Haruki" le molestó un poco...más bien le molestó mucho

Sweet OvensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora