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Al día siguiente [T/N] le pidió a Gojo que se llevara a Nanami a casa para que descansara y se diera un baño

—¿Segura que puedes estar sola? — le preguntó Gojo en un susurro, Nanami se había dormido en la silla al lado de la cama. Si bien había dormido las últimas dos noches con [T/N] en la misma cama de la clínica, ya en el tercer día se notaba que Nanami estaba cansado, tenía ojeras, barba crecida y se dormía cada que se sentaba en el sillón de la habitación

—Si...me preocupa que no está durmiendo bien— le dijo [T/N] y Gojo asintió

—Volveré con un Nanamin más descansado y limpio—le dijo sonriendo Gojo y [T/N] se sonrío

—Gracias— le dijo [T/N] a la par que veía que Gojo tocaba el hombro de Nanami y ambos desaparecían, en la mañana la única visita que habían tenido era Gojo. Haruki y Ryo estaban en clases por lo que la casa estaría sola, [T/N] suspiró...realmente esperaba que Nanami pudiera descansar un poco. De pronto tocaron la puerta y [T/N] se sentó en la camilla

—Pase...—dijo [T/N] y la puerta se abrió, era la enfermera con la comida del medio día, luego de dejar la comida en la mesa la enfermera se fue y dejó a [T/N] sola con Toya. [T/N] en silencio comenzó a comer su comida. Después, Toya se despertó y [T/N] se puso de pie y lo tomó en brazos, el médico le había dicho que podía caminar con Toya y si quería podía ir a dar una vuelta al parque que había dentro de la misma clínica, de esa forma ambos tomaban un poco de luz solar...así que como hacía un lindo día [T/N] decidió que sería buena idea ir al parque con Toya. Se puso la bata que le daban en la clínica, se calzó sus zapatillas, tomó con cuidado a Toya y salió de la habitación. Avisó a la enfermera que iría al parque y luego de bajar al primer piso comenzó a caminar debajo de los árboles, sintiendo el viento en su rostro y los rayos de sol sobre su piel. Toya al sentir que estaban en otro lugar, abrió sus ojos y comenzó a mirar todo lo que podía en los brazos de [T/N], ésta le sonrió y con cuidado se sentó en una banca, Toya le sonreía feliz y ella también. Comenzó a observar a su alrededor y notó que por aquí y por allá había uno que otro paciente todos con batas de la clínica, unos con bastones, otros con una bolsa de suero en la vena y uno en particular le llamó la atención: estaba en silla de ruedas, pero como estaba un poco lejos no le presto mucha atención. Volvió su atención a Toya y éste estaba atento a todo lo que los rodeaba. De pronto una mano en su hombro la sorprende

—[T/N], fui a la habitación y no estabas...—le dijo Sukuna a modo de saludo

—Si, vine a tomar un poco de sol—le sonrió [T/N] y Sukuna se sentó a su lado—¿Lo quieres cargar?—le preguntó [T/N] y Sukuna asintió con una sonrisa, entonces [T/N] le paso con cuidado a Toya

—Hola pequeño...—le dijo Sukuna con una sonrisa mostrando todos sus dientes a la par que [T/N] apoyaba su cabeza en el hombro de Sukuna y Toya se reía

—No puede ser...—una voz conocida hizo que [T/N] se tensara y Sukuna lo notó de inmediato—¿Tuviste un hijo?— pregunta nuevamente la voz, Sukuna se dio cuenta de que el dueño de la voz era alguien que estaba en silla de ruedas y que estaba en frente de [T/N], pero no podía identificar quien era porque tenía vendas en su rostro y además las dos piernas y un brazo con yeso. [T/N] se pone de pie entre el de la silla de ruedas y Sukuna, con una actitud que para Sukuna era nueva...podía notar que [T/N] estaba molesta pero no entendía el motivo

—Shiro...—le dijo [T/N] viéndolo hacia abajo, al escuchar el nombre Sukuna se puso de pie, pero [T/N] le hizo una señal con la mano para que no se metiera

—Claro que ibas a tener un hijo, siempre arrastrándote...de seguro fue la única opción para amarrar a ese tipo...eres una zorra desagradable—comenzó Shiro—Y engordaste aun más...que asco—agregó burlonamente, Sukuna miró por la espalda a [T/N] ésta tenía sus manos en puño y temblaba

Sweet OvensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora