-Luna hermosa, ¿cuando tendré mi romance?- dijo Atenea, viendo el hermoso cielo oscuro y estrellado.
Vio el mismo cielo estrellado en su hermoso rostro, ¿Quien diria que aquellos terminarian amandose uno al otro?.
Atenea, una chica huérfana, quien f...
Solo me basto con escuchar la voz de Abril despertandome para abrir los ojos, ¿Era ya la hora de irnos?.
–Beba, levantate y cámbiate, ya casi nos vamos al aeropuerto– me dijo a lo que yo asentí–Yo ya estoy lista, estoy esperando a Juan y a ti, apurate– y dicho esto, salio de mi habitación, ella era muy amable tal vez si hubiera mandado a Juan, me despertaria con una guerra de almohadas para luego terminar llorando con Abril por que nos lastimamos.
Bueno, me levanté y me meti al baño, me bañe, hice mi rutina solo que esta vez, no me maquille.
Sali con la toalla envuelta en mi cuerpo a buscar mi ropa, la tome y me la puse eran unos wide leg beige, con una sudadera blanca, me puse una de las gorras que Juan me habia regalado de color blanco y mis converse blancos tambien.
Claramente no iban a faltar mis lentes de sol, siento que casi no dormi bien, asi que probablemente tenia unas ojeras horribles asi que me servia para taparlas, cuando estaba lista sali con mi maleta y una pequeña mochila en la cual tenía mi cartera y mi computadora.
–Al fin, estaba a punto de ir a buscarte mocosa, vamos para el carro– me dijo Juan cuando apenas me vio, si, asi nos llevamos el y yo– Ari ya se encuentra en el– dijo para tomar su maleta y salir, cerro la puerta y le puso la llave.
Ambos nos subimos al carro, el manejaba y yo iba en la parte de atras. El viaje de la casa no fue largo, tal vez unos 25 minutos, el viaje era a las 8, recien daban las 7 asi que teniamos el tiempo suficiente para documentar todo.
Yo no hice nada de eso, ellos se encargaron de todo. Al fin llego el momento de abordar y subimos, me toco sentarme junto a Sami, pero ambas nos sentiamos con sueño que me puse mis audífonos (ella imito mi accion) puse mi playlist y me dormí.
CDMX (9:30 a.m.)
Recién habiamos aterrizado y me di cuenta por Sami, quien me estaba despertando, al bajar esperamos por las maletas, solamente 10 minutos y salieron.
El aeropuerto no estaba saturado de gente, no sabian que habiamos llegado, era punto a nuestra favor, esperamos al coche que nos pasaría a recoger para llevarnos al hotel.
Antes de bajar, Ari tomo una foto (yo no quise salir) para publicarlo en su historia, diciendo que ya había llegado a la Ciudad de México.
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Cuando bajamos, lo único que podia escuchar eran los gritos de la gente, era una locura, Ari me agarro la mano y empezamos a caminar hacia al hotel.
Cuando entramos, todos se pusieron a saludar a todos, como yo también a algunos que conocia.
