Atrapado en el Futuro

Un Empujón

—¡Y todo explotó! Esa escena, si me disculpan, ¡Fue increíble! —Exclamó emocionado un chico de cabello castaño.

—¡Los efectos especiales fueron asombrosos! —Agregó un joven de cabello negro.

—¡Totalmente! Hace años que las películas ya no las hacían con calidad —Coincidió su otro amigo.

El grupo seguía emocionado, compartiendo sus opiniones sobre la película. A pesar de la hora avanzada, 11:25 de la noche, se sentían seguros en esta parte de la ciudad, nunca ocurría nada. Había pasado mucho tiempo desde que habían visto una película de DC tan emocionante. Estaban ansiosos por la segunda parte, sin darse cuenta de que nunca tendrían la oportunidad de verla juntos de nuevo.

—Debo señalar que alejarse de los cómics y arriesgarse con una reinterpretación de Wonder Woman podría haber salido mal. Pero debo rendirme ante los directores por convertirlo en algo tan glorioso —Menciono el peliverde.

El joven de cabello negro se llevó la mano a la boca y retrocedió, fingiendo horror mientras negaba con la cabeza.

—¡Eso es! Izuku ahora es oficialmente parte del Team DC —Dijo el castaño con una sonrisa.

—Oh, vamos chicos, no puedo hablar de ninguna película sin que comiencen a debatir sobre esto.

—¡Ni siquiera lo menciones, traidor! —El chico de cabello castaño negó con la cabeza, retrocediendo y obligando a sus amigos a voltear por completo—. La semana pasada decias maravillas de Spiderman. Ahora te has dejado arrastrar al lado oscuro.

—Cállate Hori, nuestro amigo de seguro solo estuvo delirando para decir semejante barbari-

El pecoso se desconectó de la conversación de sus amigos cuando sintió dos manos empujándolo con fuerza hacia el suelo. Habría sido un susto momentáneo si no hubiera sentido esa extraña sensación en el estómago, instintivamente protegió su rostro con las manos para no lastimarse con el pavimento. Justo luego vio rojo de la ira. ¿Quién está tan loco para empujar a un adolescente de la nada?

Apoyando las rodillas en el suelo, comenzó a levantarse con determinación. —¿¡Que rayos te pasa!?— No se le ocurre levantar la mirada hasta que termina de sacudirse la cabeza. ¿¡Te es tan difícil pedir permiso-

Una mujer con un traje violeta lo mira con tanta intensidad que lo hizó retroceder, es justo allí cuando su cerebro capta todo a su alrededor antes de que entre en pánico. Sus amigos no están, estas no son las calles de Musutafu con las que están tan arraigadas y definitivamente no recuerda que hoy hubiera luna llena como puede ver un poco más arriba. Las calles están desoladas, a pesar del bullicio que había momentos antes.

—Vaya, pareces aún más lamentable que otros Pre-kosei —murmuró la mujer en tono sarcástico.

—¿¡Quién eres!?

Un escalofrío de terror comenzó a recorrer lentamente su espalda, y por pura paranoia, se volteó cuando la mirada de la mujer se desviaba justo detrás de él. Entonces, lo vio. Un ser humanoide, monstruoso, una aberración que parecía una extraña mezcla entre un caimán y un ser humano, se encontraba al otro lado de la calle... corriendo hacia él. El menor soltó un chillido antes de intentar huir, pero la mujer lo sujetó del brazo con firmeza.

—¡¡Suéltame!!

—¿Estás asustado? —Ella se burló, sus dedos apretando con más fuerza su brazo, y con la otra lo tomo por la mandíbula para forzarlo a mirarla—. Pequeña mierda discriminadora.

Izuku apenas logró procesar eso ultimo mientras intenta con todas sus fuerzas zafarse del agarre y cuando sólo logra alejar su cabeza se las arregla para morder a la mujer del brazo y correr con todas sus fuerzas en busca de algún lugar seguro.

No registró realmente lo que ocurría durante su frenética carrera. Estaba demasiado ocupado gritando, buscando algo familiar, esquivando al monstruo que lo perseguía. Se negaba a mirar atrás, temiendo que ver atrás en esa situación fuera la peor decisión que podía tomar, ¡En las películas es lo peor que puedes hacer! Aún sin quitar la mirada no se percata de la persona que dobla una calle y choca con ella, aparentemente el sujeto estaba preparado y no se cayo a comparación de él.

—¿Chico, estás bien?

Izuku niega antes de volver a mirarlo con un destello de esperanza.

Sin embargo, se quedó sin aliento cuando lo que vio fue una pata de gato humanoide acercándose peligrosamente hacia él.

'Va a matarme'.

Sin pensarlo, retrocedió arrastrándose hasta que su mano tocó una lata, que arrojó rápidamente para alejar al gato antes de ponerse de pie y correr en otra dirección. Su única meta era regresar a casa, con sus padres. Cada respiración se volvía más difícil, no solo por el miedo y el esfuerzo físico, sino también porque estaba empezando a sufrir un ataque de pánico.

Alguien lo estaba llamando, pero su paranoia era tal que no pudo escucharlo por encima de su propio temor a lo que podría aparecer a continuación. Gritó cuando alguien cayó justo frente a él. Su corazón pareció detenerse por un momento antes de que su cerebro finalmente registrara al otro.

No era un monstruo.

Era un adulto.

Un humano.

Izuku no lo piensa dos veces y corre hacia él, abrazándolo mientras solloza y trata de explicar lo sucedido de manera atropellada, con la esperanza de que lo lleve a una estación de policía y le diga que está volviéndose loco. El hombre parece tenso, evidentemente sin saber cómo reaccionar ante la situación que se le presenta.

—Niño, necesitas respirar —le dice con firmeza.

Izuku obedece de inmediato, deteniéndose para inhalar temblorosamente, aunque las lágrimas siguen fluyendo.

Es en ese momento que el último monstruo que vio hace su aparición, y todo se desmorona. Intenta retroceder, pero es detenido. El simple hecho de no poder escapar es suficiente para que el pánico finalmente tome control de él, y por fin ceder a la inconciencia.

ㅤㅤㅤㅤ

━━━━━━✧❃✧━━━━━━

Ha pasado un tiempo desde que inicie a escribir esto en Ao3, no ha tenido mucho apoyo así que veré si pruebo suerte aquí en Wattpad.

La clave del éxito es no rendirse, recuerden lo.

Si les ha gustado el capitulo dejen sus votos y comenten ¡cuídense amores!