El Precio De Respirar

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Las ventanas estallaron en pedazos cuando una intensa ráfaga de aire las golpeó. La pared se agrietó amenazando con derrumbarse. Todos los que habían estado luchando fueron empujados contra la pared, dejando a dos de ellos inconscientes. Shōta logró salvarse del impacto y se apresuró a detener al último hombre en pie.

Izuku, por su parte, había sido empujado detrás del extraño de forma protectora, lo que evitó que saliera disparado por la fuerte brisa.

En medio del caos, Izuku lamentaría haber dicho que All Might tenía cerebro de pez. La idea de reducir la fuerza de sus ataques parecía lógica, pero Dios... Izuku pensó que el hombre haría lo de Superman y destruiría todo el lugar. Menos mal que no fue así.

Yagi, en su forma de All Might, se dio la vuelta para mirar a los jóvenes detrás de él.

—Aunque agradezco la ayuda, también me gustaría saber tu identidad, jovencito.

El chico soltó una risa tranquila y se aseguró de agachar la cabeza para ocultar su rostro.

—Me temo que eso sería contraproducente, señor Yagi. Aunque, le juro que no tengo intenciones de hacer daño —se defendió el castaño.

—Pues estoy bastante seguro de que él te llamó por el nombre de uno de sus amigos —gruñó Aizawa, obviamente comparándolo con los otros mocosos.

El extraño lo miró por unos segundos y respondió:

—Mantengo que no vine a causar problemas. Para ser sincero, los estaba siguiendo a ellos desde hace rato.

—¡Shota! —el grito los sobresaltó a todos.

En la puerta estaban Hizashi y detrás suyo, Tsukauchi, quien no parecía nada contento con la escena frente a sus ojos.

—Parece que todos aquí tienen mucho que explicar —sentenció secamente el detective.

Y Aizawa no pasó por alto las desaprobadoras miradas que Tsukauchi le lanzaba al misterioso castaño cada vez que podía. Y encima la policía había llegado demasiado rápido al lugar, casi como si ya hubieran estado preparados y listos para actuar.

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—¡Yo enserio no puedo creer que seas tan imprudente!

Bien, el "desaparecido" Tsukauchi los trajo a la comisaría, ignoro el comentario de todos quienes lo saludaban y solo dirigió a Aizawa y a Izuku a una sala de interrogatorios. Oh, y al encapuchado prácticamente lo arrastró agarrado con firmeza del antebrazo izquierdo.

Y apenas cerro la puerta de la sala empezó a gritarle.

—¿Discúlpame...? —Se arrasco la nuca avergonzado el que claramente era otro niño más.

—¿¡Disculpa!? —Alzó la voz mirándolo enojado— ¡Me adviertes de cosas que no puedo hacer pero vas y te contradices solo!

—Tsukauchi, creo que deberías calmarte —Interrumpió Aizawa, quien nunca ha sido un amante de los malos tratos.

El detective se llevo una mano a la entreceja y suspiro pesadamente.

—Bien, lo siento, es solo que este mocoso me estresa.

—¿Lo conoces?

El detective asintió lentamente.

—Es Takeshi ¿Verdad? —Los tres voltearon a ver al peliverde quien estaba mirando al suelo—. La voz, es la misma voz

El encapuchado silbó impresionado antes de levantar la vista, dejando ver parte de su rostro entre las sombras. Tenía una pequeña sonrisa.

—No creí que me reconocerías solo por mi voz Izu-kun.

Atrapado en el FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora