Búsqueda Parte 6.
—¿Y qué ganó con esto, Wild?
—Fama y pagar el favor que me debías— el menor le reclamo al azabache.
—No es fácil, caballerito— se acercó perdiendo la distancia entre ellos.
—Lo sé Revali, pero te lo pido como amigo.
Después de unos minutos habló—. Bien... desde ahora mi deuda ya no está— miró al rubio y quiso decir más, pero su inevitable orgullo lo opaco.
—Trato, te veré después— estrecho su mano, dando un lindo gesto de despedida. Revali aceptó y luego caminó a su motocicleta. Tomó el casco del manubrio, luego de colocarlo sobre su cabeza, se subió y miró por última vez a Wild—. Deberías irte, tú novio se ve molesto.
—¿Novio?, ¿Cuál novio?
Revali dejó salir una pequeña risa ante la confusión del rubio. Señaló a Twilight sutilmente a través de la ventana—. Te mira de diferente forma. Cuídate caballerito.
Con esto, encendió y aceleró dejando al menor hecho un lío.
—Adiós, Revali.
Iniciando otra semana, su travesía se había extendido demasiado. Debían de darse prisa o el tiempo se les acabaría.
—Esto es vida— musitó el mayor.
—Definitivamente— respondió el rubio sumergiéndose más en las aguas termales—. Vendré después de todo esto.
—Pues te acompaño— Twilight se movió quedando más cerca de Wild—. Oye enano...—Lo miró fijamente y un rojo se hizo presente en sus mejillas, tal vez por el calor o por algo más.
El rubio lo miró confundido—. ¿Ahora qué?—
El castaño se quedó con las palabras porque fue interrumpido por el aterrador grito de una mujer.
Rápidamente se miraron extrañados y salieron del agua a investigar. Puede que sean monstruos, ya que conforme pasa el tiempo su presencia se hace más notoria, al menos, ellos han intervenido en varios casos.
Corrieron en dirección al grito, al parecer, los baños.
—¡Es un pervertido!— una señora golpeaba con su bolso a un hombre físicamente grande, su barba y cabello tenían canas, sin embargo, aunque pareciera alguien rudo se cubría con temor del enojo de la señora.
—¡Ya le dije que no era intencional, esos carteles me confunden!— respondió él.
—¿Qué sucede?— preguntó Twilight acercándose, mientras que Wild tranquilizaba a la señora alejándola del hombre.
—Que este pervertido entro al baño de mujeres, conmigo presente— respondió la señora volviendo a querer golpearlo, el rubio la tomó suavemente, evitando así que el pobre señor quedará hecho puré.
—Y ya le dije que no fue mi intención, no entiendo esos carteles tan confusos— se limito a rascarse la nuca evitando las miradas de la gente alrededor que se acercaron a ver qué sucedía.
—Nosotros nos hacemos cargo, madame—afirmó el castaño, dándole una sonrisa, convenciendola de inmediato.
Las personas se disiparon y regresaron a sus asuntos.
—Oh, bien... pero, controlalo mejor cariño— musitó la señora sonrojándose, se liberó del agarré de Wild para acercarse al moreno con un aura coqueta—. Podría darle mi número, ya sabe, si necesita algo.
Twilight se paralizó, el rojo subió hasta las puntas de sus orejas y sonrió forzosamente, en cambio Wild se atragantó con su propia saliva para luego contener una risa sonora.
—No hace falta, pero gracias.
—Bien, espero verte otra vez por aquí lindo— La señora se alejó moviendo las caderas en un intento de seducir al castaño.
Por fin, Wild pudo reírse, al igual que el hombre.
—Cállate Wild— el rubio hizo un intento de calmarse. Twilight se dirigió al señor a su lado—. ¿Se encuentra bien?
—Claro— respondió el hombre después de que las risas eran nulas—. Lamentó eso, fue un error mío, prometo que no pasará de nuevo, pero a veces no entiendo los símbolos— mencionó con culpa—. Soy Daruk, vengo de la cima del volcán, vine aquí a pasar el rato, no vengo muchas veces. Al parecer ustedes son turistas.
El volcán dejó de estar activo hace mucho tiempo haciéndolo habitable.
—Así es. Soy Wild y él chico que le gustó a la dama, es Twilight.
El mayor se sonrojó por la vergüenza—. Ya déjame, no es mi culpa ser tan guapo.
Daruk rió de nuevo—. Déjenme invitarlos a comer, una compensación por ayudarme a que no me asesinaran.
—No es nece-
—Nos encantaría— respondió Wild con una gran sonrisa, interrumpiendo a Twilight, este solo suspiro, conocía lo suficiente al menor para saber que no se negaría a la comida.
—Muy bien, vamos, hay un restaurante muy bueno más adelante.
Pasaron una linda comida, charlando y se hicieron amigos rápidamente, tan rápido que Daruk los invitó a quedarse en su casa ya que no tenía donde quedarse, además quedaba a una hora de ahí, de todos modos, la pareja tenía que estar en la cima para buscar al campeón Goron, amablemente él los llevaría hasta ahí en su camioneta.
Ya era de noche y el castaño no paraba de dar vueltas en su cama, el insomnio era cada vez más presente, inclusive, pesadillas lo atormentaban de manera que sobrepensaba los acontecimientos que pasarían.
El miedo lo inundaba, los recuerdos lo carcomían.
Cada noche era un sueño distinto, pequeños fragmentos de su vida pasaban como si fuera una película de su vida, aunque solo sabía la batalla y la muerte Wild, también otros pequeños fragmentos distintos. Deseaba saber más, ¿qué tenía que hacer para saberlo?
Se giro mirando al rubio que yacía profundamente dormido.
Otro problema más: Wild.
Tenía una mezcla de sentimientos hacia él que no sabe interpretar; odio, ternura, amistad, enojo, desesperación, ¿amor tal vez?. Agregando que no sabía con certeza su relación con él en el pasado, ¿eran amantes?
Se dió la vuelta, queriendo ya no pensar en eso. Una idea cruzó por su mente: ¿Daruk sería el campeón Goron perfecto?, y ese pensamiento se quedó clavado en su cerebro por el resto de la noche.
Cómo pudo se durmió, ahora se encontraban desayunando en compañía del Goron, el moreno no se resistió en hacer la pregunta sin consultar a Wild, además de que no conocían mucho a Daruk, sin embargo, con solo este poco tiempo podría decir que es una de las personas más amables y carismáticas que conoce, agregando que el tiempo los consumía.
—¿Podemos pedirte un gran favor, Daruk?
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𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼. [𝑾𝒊𝒍𝒅𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕.]
RomanceCielo y mar encontrándose con una sola mirada, acompañándose en la noche estrellada. Dos almas siendo testigos de abrazos, caricias y palabras de amor, compartiendo su calor ante el frío. Dos desconocidos, sintiendo la avaricia de tocar al otro, co...