Baki [One Shots]

Kureha Shinogi

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— Aquí tiene Sr. Shinogi — le di el bisturí que me había pedido y me retire sin molestarlo.

Había empezado hace poco a trabajar para Shinogi Kureha cómo su segunda mano como enfermera, según el yo era muy buena para estar en un hospital común, me dio una paga muy superior a la que ya tenía así que acepte sin dudar por la necesidad.

Todo iba normal pero hasta hace poco mucha personas se alejaron de mí repentinamente y no entiendo porque, se que este doctor tiene mala fama pero no era su culpa que no todo funcione, es un doctor que si hace milagros pero no puede cumplir todos.

Mí alarma sonó avisando que era mí descanso de media hora, fui a la cafetería que estaba en frente, tomaron mí orden y espere mientras pasaba el tiempo con mí celular.

Trajeron mí orden y empecé a devorar mí pastel favorito, cuando estaba dándole otro gran bocado a mí pastel una persona se acercó a mí mesa — Disculpe señorita, pero me llamaste mucho la atención y quería saber si estás sola y libre — mire hacia la persona, era un rubio con carita de bebé bastante bajito, era muy adorable, este se sentó a mí lado.

Trague y estuve a punto de contestarle pero — ella no está libre y mucho menos soltera, ahora fuera niño — el pobre chico casi se desmaya al ver al doctor Kureha, se fue corriendo y Kureha se sentó a mí lado donde estaba antes el rubio.

— Gracias por eso , pero no hacía falta hablar por mí, era muy lindo y lo perdí por usted doctor! — dije con el celo fruncido dándole un sorbo a mí batido de frutilla — Te gustan los niños como ese? No preferirías a un hombre mejor? — dijo cruzando los brazos.

— No es que me gusten los niños, pero se veía amable y buena persona, esos hombres si me gustan, pero no hablemos de eso que no le incumbe — le di otro bocado a mí pastel terminándolo.

— Yo si quiero que hablemos de eso, me incumbe porque quiero cortejarte, me atraes demasiado, me arriesgaría a decir que eres para mí — casi me atragantó al escucharlo, voltee a verlo y el estaba pacifico como siempre, una de sus manos se acerco a la comisura de mis labios quitando migas del pastel — Te preguntaría si quisieras ser mí mujer pero no hace falta, desde ahora hasta la muerte eres mía y soy tuyo, así que ni se te ocurra coquetear con otros, porque los mataré — termino de decir y me beso.

Se fue después de pagar mi cuenta y dijo que me veía cuando termine mí descanso para seguir con lo que estábamos anteriormente hablando, y ese tiempo era en menos de 5 Mon.

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