Para Heros la vida no ha sido sencilla pero tampoco difícil, el sabe de los privilegios que goza, debilidades no tiene así que la amenazas en el no funcionan, o eso creía el. Fue una noche volviendo del "trabajo" que se encontró con él, Kyong Kim, u...
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Abrí los ojos con lentitud mientras la luz del sol entraba por la ventana, solté un bostezo y me removi entre las sábanas de mi cama con pereza, la verdad si ayer no tenía ganas de levantarme hoy día tenía menos, mi cuerpo se sintió entumecido, quizá por el frío de la noche.
Parpadee hasta acostumbrar mis ojos a la luz de la habitación, miré mi habitación con aburrimiento antes de levantarme e ir al baño, al entrar miré mi rostro en el espejo, las ojeras remarcadas me hacían parecer un panda, sonreí por aquello, me veía hermoso incluso con ojeras, mi sonrisa se amplio para luego lavar mi rostro y boca para quitar el sueño, apenas terminé salí de la habitación para acercarme a la cocina.
Al ingresar a la cocina saque un vaso para servir café con leche en este, me encantaba tomar café frío y con leche, lo hacía saber mucho mejor que estando amargo.
Mientras dejaba que el agua calentase me dispuse a hacerme un sandwich de queso en crema, el queso normal me sabía asqueroso si no era en pizza. Mientras cocinaba me puse tranquilamente a tararear una canción para hacer mi desayuno cuando escuche un ruido fuerte, parpadee e instantáneamente solté mi pan para acercarme al lugar del cual provenía el ruido.
Me acerque de forma sigilosa llevando una cuchilla por si las dudas, ya se habían intentado meter al departamento antes por lo que debía siempre estar en alerta.
El ruido provenía de la habitación de invitados por lo que decidí entrar, al estar en esta observe como un chico parecía estar intentando levantarse, cuando me vio grito, y, cuando yo lo vi, también grite.
Después de ambos ponernos a gritar por unos terribles segundos parpadee recordando ¡Él era el chico que traje ayer!
El nombrado me miro temeroso mientras que yo soltaba el cuchillo, suspire y me acerque al chico que parecía hacerse chiquito en su lugar.
-Ay no, ¿Sigues aquí?, creí que ya te habías ido.
Este me siguió mirando aterrado por lo que lo mire con mala cara, ¿acaso no sabía de modales?
-Oye, ¿acaso no tienes modales?, cuando te hablan respondes.
El maleducado parpadeo y por fin se digno a contestar aunque de forma bajita y apresurada, como si intentara justificarse, casi como un susurro.
-¡Es que tú me asustaste!
Lo mire ofendido, ¡Me hablaba en ese tono cuando YO lo había ayudado! Le hice mala cara antes de hablar.
-Ni un gracias me has dado, ?tu agradecimiento es solo solo una expresión de miedo? Bien, no pedire más, en fin, ya estas listo, ¿ya te irás?.
El chico parpadeo y retrocedió un poco antes para luego responderme.
