Maldición Doppelganger.

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Narra t/n.

Desperté gracias a la luz del sol que golpeaba mi rostro gracias a la ventana qué se encontraba abierta, sentía un leve dolor en el brazo y recordé todo lo que habia pasado anoche y también el momento donde sentí como me inyectaron algo así que deduje qué mi dolor era gracias a eso, poco a poco me levante de la cama y salí de mi habitación. Al caminar por el pasillo hacia las escaleras escuche varias voces provinientes de la sala principal.

-¿pero que quiso decir con eso "mi destino esta marcado" y eso que dijo?- pregunto Lila.

-No lo se Lila, te recuerdo que después de eso tuvimos que sedarla- ahora Cinco era quien hablaba.

-por Dios Cinco no pudiste conseguirte una novia menos loca-

-No lo se Diego, eso debí preguntarte cuando te involucraste con Lila- le contesta con sarcasmo a Diego y escucho las leves risas de los demás.

-Bien, pues supongo que a los Hargreeves nos gustan las loquitas- bufo divertido Diego.

-¡Ella no está loca! Supongo que es hora de que sepan la verdad de como la conocí-

Cuando escuche lo que Cinco dijo, baje rápidamente las escaleras y llegue a evitar lo que quería contar.

-Buenos días a todos- salude amable, Allison se levantó del sofá y me abrazo feliz.

-t/n, linda me alegra saber que estés bien, y muchas felicidades ya sabemos la buena nueva- refiriéndose a mi embarazo.

-Gracias, Allison- lentamente me soltó de su abrazo y nuevamente se sentó en el sofá, todos me miraban como si fuera un bicho extraño y no pude evitar preguntarles el motivo de sus miradas.

-¿Por que me ven así? Es muy extraño qué me miren con esa compasión y rareza-

-Lo sentimos t/n, es solo que lo que Cinco nos acaba de contar es algo que aun no logramos digerir- hablo Luther con sensatez.

-Qué te digo Luther, yo qué lo estoy viviendo tampoco logro comprenderlo- suspire cansada y me senté junto a Allison.

Pasamos hablando más de tres horas, y también convivimos en el desayuno, Cinco trato de hablarme de vez en cuando pero lo ignoraba pues aún seguía enojada con él, cuando casi todos se fueron me dedique a distraer mi mente y levante la mesa, mientras caminaba a la cocina a dejar los platos sucios Lila y Cinco hablaban en voz baja como de costumbre.

-Por favor Lila traeme esos libros y archivados, anoche ya no insiste por tu nena pero ya no puedo esperar más-

-Ya, ya, relajate basurita claro que te los traire solo dame una hora-

-más te vale que sea una hora- se sonrieron divertidos y Lila salió de la Academia.

-¿de que hablaban? - pregunte a Cinco por la espalda provocando qué diera un pequeño brinco del susto.

-¡santo Dios! T/n ahora tu eres la que me asusta a mi-

-Lo siento, no era mi intención- contuve mi risa.

-Pensé que Seguirias aplicándome la ley del hielo-

-Creeme que te hablo meramente con fines de cuestión de seguridad-

-Vamos t/n ya no quiero seguir así, dame una última oportunidad para solucionar las cosas-

-No Cinco, no quiero escuchar pretextos vagos y vacíos, debes entender una cosa- me acerque poco a poco a él quedando frente a frente -todo lo que tocas lo echas a perder, todo lo que tiene que ver contigo al parecer sufre o muere y yo quiero ser la excepción-

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