C7. Amoeba

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Desde las seis y media que estaba despierto, tal y como lo pensaba; Solo. Se desenterró de las cobijas y firme como álamo espero que el reloj diese las siete y punto. Es que tardaba tanto ¿Bebía? Había ido al baño hace quince minutos y su madre yacía borracha como trapo encima de la alfombra. «Mami soy gay» Dijo sin indagar mucho en el asunto, un pulgar y un símbolo "Ok" «Gracias Ma'»

El incisivo golpe a su pobre colchón esfumo toda nube de pensamientos. —Este viejo de mierda. —Pensó. —¿Qué pasa? —Dijo, ahora sí.

Las trompetas dieron inicio a la despejada mañana, sin nubes grises, solo aire fresco, pero con el corazón partido en dos, ni siquiera un mensaje o una carta diciéndole que se iría en medio de la noche o siquiera si había llegado sano a salvo. —¿Y si le escribo? —Dah...Conociéndolo, no contestaria. Se excusaría en que sus padres confiscaron su teléfono o una estupidez así. —¿Por qué no escapa conmigo? Dejar a todos estos incompetentes atrás, ¿Querrá una chica? Pensé que yo le gustaba como era. ¿No me veo linda también con vestido? —No, seguramente esa no era la razón y tampoco convenia hablar eso en medio del aire helado que le pegaba detrás de la camioneta de su padre.

El balanceo de un lado para otro de los tornillos esparcidos por el viejo metal. El huequito que dejaba ver la carretera y el hormigón desarmado que sostenía con vigor.

Golpeo la camioneta, llamando la atención del encapuchado. —Llegamos, baja tu culo de ahí y ayúdame a cargar esto. —Cinco bolsas de cemento, una remodelación a una casa de un acomodado vecindario. ¿Cuánto podría valer esa casa? ¡Mas de un millón! Entonces trabajaría el doble y ahorraría exhaustivamente bajo llave, hasta poder comprarle una casa.

—Viejo, tengo un problema. —Soltó sin mediar que caería encima de los pies del Sr. McCormick

—¡Put..! ¡¿Qué putas quieres?! —Sostenía su pie y daba pequeños saltitos para no caerse.

—Tengo problemas con las mujeres de nuevo.

—¿Y a mí que putas me importa? ¿Me viste cara de sexólogo?

—¿Qué haces, cuando luego de haber tomado toda tu vida cerveza, de pronto deja de gustarte y empiezas a preferir el Vodka?

—Uff...Difícil pregunta, Quizás tenga normalizado el sabor de la cerveza y solo quiera explorar otros sabores, ¿Necesariamente debe dejar de gustarte? No creo que haya nada malo en ello. —Tomo otra bolsa y de nuevo a cargarla, aun si tenía el Lumbar protegido, el dolor se hacía levemente presente y era indiscutiblemente; Punzante.

—¿No sientes inalcanzable él refrigerador? —De nuevo soltó, pero rápido se movió, rio triunfador de que su otro pie no saliese lastimado.

—Mira, te diré algo que me enseño mi padre. Siempre hay que trabajar duro, lo inalcanzable se volverá nuestro cuando hayamos dado gran parte de nuestro tiempo y sudor para conseguirlo. Luego de decir eso le quitaron el trabajo por holgazanear. Así que mejor guarda este mensaje en tu estúpida cabeza de niñato: A nadie le interesa tu dolor más que a ti, deja de llorar todo el puto día en cama porque esa cerveza fría terminara de reventar esperando que la alcances. Ahora, ¿Se puede saber porque estas martillando mi zapato? Siento el clavo rozar mis dedos

—Uh, perdón.

—El día en que yo no este...

Gorgoteaba la máquina de café acompañado del pan untado en manteca, azúcar encima y adentro. Cargando en su espalda a un bebe de un metro ochenta. —Podrías decirme ¿Qué te anda pasando últimamente?

—Los chicos. Andan desanimados. ¿Por qué duele tanto amar, porque es capaz de separar, justamente, a quienes amamos? —La camiseta del club de Futbol le tapaba hasta las piernas, era tan linda cuando le confiscaba toda su ropa. Su ladrona, sus calcetines, su ropa interior y ahora la segunda camiseta del club.

[CANCELADA]- Plan, Acto Y ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora