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«Si tus sueños no te asustan, no son lo suficientemente importantes»


Como estaba sola, decidí quedarme un rato en silencio, luego decidí subir las gradas mientras intentaba relajarme para dormir con facilidad, llegando a mi cuarto pude sentir el olor familiar de mi colonia. Me relajó y me dio calma, me quité los zapatos para luego dejarlos en una esquina de la habitación. Me dirigí al baño, me cepillé los dientes y luego tomé una pijama de mi armario para estar más cómoda.

Me adentré en las sabanas y mantuve mi mirada al techo, esperando que el sueño llegara a mí. Unos momentos después estaba dormida profundamente.

(...)

La carretera parecía nunca terminar. El calor ya había extraído toda la energía que tenía y estaba comenzando a sentir náuseas. El paisaje alrededor era árido y no había rastro de alguna persona cerca, no había parado de caminar desde que había llegado en busca de algún lugar poblado.

Ya quería llegar a alguna parte, no me importaba qué lugar fuera, solo quería ver personas aparte de taparme del sol.

Y tomar agua. Tomar mucha, mucha agua. Estaba sedienta.

Entonces por obra milagrosa, vi una tienda de animales en medio de la nada. No había estado unos segundos antes y me pareció extraño. Estaba al lado de la carretera y no había gente a su alrededor. Aún así decidí entrar y ver si había alguien ahí.

Cuando abrí la puerta, una campanilla hizo eco en el espacio desolado. No había nadie ahí. Ni una sola alma. Me adentré en la tienda, viendo las peceras y las jaulas de animales vacías, sintiendo un ligero escalofrío sobre mi espalda. Me acerqué al mostrador, me incliné para ver y me encontré con una mujer mayor.

Me sobresalté al verla y que no me esperaba encontrar con alguien; tenía el cabello completamente gris y unos lentes de tapa de botella que sus ojos se vieran muy gigantes. Su vestido viejo y sus perlas la hacían ver lo mayor que era -además de su olor a viejito-, le calculaba unos 60 años aproximadamente.

¿Qué hacía una anciana a la mitad de la nada?

-Buenas tardes, ¿qué puedo ofrecerle?- dijo con una voz monótona.

Ahora estaba mucho más confundida.

-He caminado por un tiempo y este fue el primer lugar que encontré-le expliqué-¿dónde está el pueblo más cercano?

Ella me miró unos momentos antes de mirar sobre su escritorio una caja, era muy vieja y parecía que la había tenido desde mucho tiempo.

-¿Señora...?

Tenía una marca roja que me dio una rara sensación de peligro, cuando ella comenzó a abrirla saltó una alerta en mi sistema. Provocando que actuara de inmediato, alcé mi mano frente a ella.

-¡Alto!

Ella me miró y me aterrorizó cuando lo hizo. Sentí una extensa oleada de nervios por todo mi cuerpo.

No era una anciana normal.

Su rostro anciano cambió a uno mucho más joven y muy brillante, su cabello canoso ahora era castaño oscuro resplandeciente. Su vestido se tornó blanco y sus perlas en oro, ahora tenía un aura mitológico griego muy diferente.

-¿¡Pero qué...!?

Entonces lo entendí.

La identifiqué rápidamente y la caja también, por eso me aterroricé cuando ella regresó hacia la caja y la comenzó a abrir. Por impulso, me estiré sobre el mostrador para tomarla de las manos y detenerla, pero su piel me quemó. Solté un grito agudo cuando la solté y me vi las manos ensangrentadas por las quemaduras que me provocó.

Estaba aterrada y ello estuve más cuando ella la abrió y una especie de brillo comenzó a salir de ella. Le grite que se detuviera pero estaba demasiado hipnotizada por lo que había adentro que no me hizo caso. Fue entonces cuando todo se oscureció y una ráfaga de viento muy fuerte nos empujó desde afuera. El viento fue tan fuerte que hizo que muchas cosas se cayeran y se rompieran, haciendo un desastre en la tienda.

Entonces me giré para ver de dónde venía el viento y solté un grito ahogado cuando lo vi. Afuera estaba una nube gris sobre el cielo, tapando la luz del sol y provocando grandes relámpagos que caían al suelo, retumbando el lugar. Luego vi más a lo lejos y me encontré con una especie de tornado, que se dirigía a la tienda a una velocidad antinatural.

Me giré para ver que ya era tarde. Mis nervios se pusieron de punta y mis ojos casi se salían de sus cuencas cuando vi que estaba a punto de abrirla por completo. Así que corrí hacia ella pero todo pasó demasiado lento.

-¡¡PANDORA, NO!!

Cuando la abrió el cielo pareció que estaba apunto de caerse por el rayo que cayó y eso me dejó apesadumbrada. El brillo de la caja se expandió por todo el lugar; era una luz cegadora me impidió ver lo que estaba sucediendo. Por reflejo me tape el rostro con mis brazos cuando pasó y solo logré escuchar terribles truenos destructores que hacían retumbar donde estaba parada.

Escuché un grito ensordecedor de la chica y eso me dejó la sangre helada, se sintió como un balde de agua fría cuando escuché muchos más de su parte. Me tocaba a mi. Estaba segura. Era la siguiente. Mi corazón me aporreaba en el pecho cuando todo estaba siendo un caos total.

Fue entonces cuando desperté.

Tenía el cuerpo tembloroso, mi corazón me aporreaba en el pecho y mi respiración estaba agitada. Me había sentado de golpe sin darme cuenta. Analicé mi entorno; percaté de que seguí en mi cuarto, sobre mi cama, en la seguridad de mi casa y seguía siendo de noche. Todo había sido un sueño. Matt y Axel seguían abajo todavía.

Solté un suspiro de alivio y me recosté en la cama de nuevo.

Que cosas

¿Qué fue eso? ¿Porqué esa pesadilla se sintió tan...real? Eso no tenía sentido. Nada de lo que ocurría tenía sentido, en lo absoluto y tampoco la llegada de Matt. Tampoco lo que miré al tocarlo. Eso no era normal. Debía haber una razón ¿pero cuál? Genial, me estaba abrumando otra vez.

Me pase las manos por la cara y sentí de nuevo la boca seca y me dolían los dientes. Sentí la gran necesidad de ir a tomar agua y por ello, me levanté de la cama, directo a las gradas.

La pesadilla me había dejado un extraño sabor en la boca y mi estómago seguía hecho un nudo. Cuando bajé las gradas y me dirigí a la sala, me encontré con un Matt plácidamente dormido sobre el sofá de una plaza, abrazando sus piernas, con cara de no romper ni un plato.

Puse los ojos en blanco, pero entonces me vino una idea. Matt iba a quedarse con nosotros, eso era seguro. Pero no sabíamos como cuidarlo sin que mis padres se enteraran.

Ahora ya sabía cómo.

Me dirigí rápidamente a la sala en la que estaba Axel, viendo una película. Me puse en medio de la pantalla y él, para que me pusiera atención.

-¡Oye! Estaba viendo Terminat...

-Ya sé dónde se quedará Matt.

Esto se puso interesante

Los nobles: ¿Who am I...? © ✔ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora