Capítulo 1

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Meredith
La luz del sol se colaba sin permiso por mi ventana, llegándome a molestar de una manera
irracional pero frustrante al mismo tiempo.
Me gire en la cama y cambie de posición. Igual me seguía molestando, era como si esa
claridad me impactara directamente.
Después de colocarme de diversas formas para dormir, me di por vencida porque sabía que
esa luz me iba a seguir fastidiando. Me incorpore en la cama y entonces lo recordé todo... vi
todo pasar en mis ojos. En ese instante todo se congeló de una manera increíble, al darme
cuenta de que estaba en el lugar que siempre quise y al lado de la persona que siempre
necesite.
Me levanté de golpe, un poco somnolienta. Fui en dirección al baño para hacer mis
necesidades. Pero cuando me vi en el espejo no me lo podía creer. Entonces me acordé de
todo.
Esta historia comenzó hace aproximadamente 7 meses, cuando mi vida cambió por
completo al cruzar la esquina de las calles de Los Angeles, encontrándome con el chico que
casi me mata, pero a la vez el que derribó mi corazón.

SIETE MESES ANTES
—Hoy fue un total desastre, casi ni atendí a clases, estoy muy cansada Naty— le comente a
mi amiga con un deje de estropeo, pero a la vez demasiado ansiosa por la fiesta de Emily.
—Tranquila verás que todo sale bien— ¿Cómo van las cosas con Nicklaus?
—Todo bien Nat, ¡Perdona tengo que colgar, mira que hora es y ya Camille va a salir de
sus clases de piano!
—No esperé ni a que me respondiera. Salí del instituto para ir a buscar a mi hermana a tres
cuadras de aquí—
Me coloque mis audífonos de orejeras y me dispuse a caminar por las calles de Los
Ángeles, no tenía coche puesto que mi economía no era de las mejores. Apenas vivíamos
en una casita pequeña pero bien acogedora. Estaba pintada de blanco, con un pequeño
jardín muy hermoso por cierto.
Mi madre lo cuida con mucho esmero, ella siempre nos dice que es como su otra mitad. Por
dentro todo es sencillo. Los muebles son un poco viejos pero aún se conservan así como
todo lo que pertenece a la casa.
Mientras caminaba tarareaba la canción de Beyonce: "Halo" era una de mis preferidas.
Estaba tan sumida en mi mundo, que ni siquiera me percate, en el Camaro SS que venía
doblando la esquina.
Todo fue tan rápido solo vi esas luces en mi cara y el chirriar de las ruedas contra el
pavimento de la carretera.
Entonces lo recordé, lo volví a vivir todo.
—Hola princesa, extrañaste al tío Steve— me sonrió macabramente mientras yo me cagaba
del miedo.
No era la primera vez que me pasaba, pero a medida que pasaba el tiempo sus secciones
conmigo aumentaban.
—Hoy te traigo una sorpresa,¡Ya verás como te gusta!- dijo mientras acariciaba mis
mejillas.
Cada segundo que pasaba en ese lugar, él podía observar en mis ojos el asco y la
repugnancia que sentía. El siempre ha intentado hacerme daño pero nunca había tenido la
oportunidad.
Ese fue el instante en que una pregunta vino a mi mente.
«¿Será este el día que él lo haga?»
De solo pensarlo... lágrimas patinaban por mis mejillas, como si de una pista de hielo se
tratase.
Luego de eso lo sentí. Mi mundo perfecto se hacía más y más íntimo a medida que el
avanzaba. Estábamos en pleno invierno, el frío te calaba los huesos. Imagínate yo, una niña
de apenas ocho años tirada en el suelo con solo un suéter y unos vaqueros. Mi cuerpo
comenzó a temblar mientras él, me acariciaba las piernas con sus manos enfundadas en
unos guantes que maltrataban mi piel.
—¿Estas bien pequeña? —preguntó el chico de cabellos rubio oscuro que estaba frente a
mi.
Yo no podía emitir ningún sonido. Mi cuerpo entró en un colapso total, las glándulas de mi
garganta comenzaban a cerrarse, la respiración se cortó poco a poco.

—¡Todos salgan de su alrededor, necesita aire!- aconsejo una voz a lo lejos.
—¡Pequeña respira estás teniendo un ataque de ansiedad! —Sentí como unas fuertes
manos me zarandeaban en mi sitio.
—No sé, en qué momento reaccione, solo me di cuenta después que le había volteado la
cara con una bofetada al chico que estaba frente a mí —El mismo que casi me atropella y
que en estos momentos me socorria.
—¡No me toques más en tu puta vida alcohólico de mierda! —espetó furiosa.
Estaba aún temblando por los recientes recuerdos que me atormentaban día a día.
—¡Qué te pasa niñata! ¿Estas loca?- susurro a mi oído.
Sentí como sus labios rozaban con delicadeza el lóbulo de mi oreja.
Me aparté de él y entonces observe ese iris azul que te penetraba los ojos con solo mirarlo
fijamente.
En realidad todo fue tan rápido. De mis labios solo salieron dos palabras, lo siento.
Luego de eso me dispuse a correr, me eché a andar sin mirar atrás, quizás porque ese
accidente me había hecho revivir lo que hace 9 años he querido enterrar en lo más profundo
de mi mente, cosa que aún no he podido, porque todas las noches me atormenta en mis
sueños.
Me dolían las piernas, estaba muy cansada. Visualice a los lejos un banco y me tome la
molestia de sentarme hasta regularse mi respiración. Si que estaba un poco alterada por el
acontecimiento. Entonces me percaté de que debía volver a buscar a Camille y eso fue lo
que hice.
Dos horas después de lo ocurrido ya estaba con Camille, bañada, vestida decentemente
para dormir y esperando mi comida. Desde mi cuarto pude descifrar que hoy tocaba filete a
la barbacoa, ese aroma era inconfundible. Hoy Camille cumplía sus 7 añitos. Mamá le había
preparado una torta de chocolate, nuestro sabor favorito. Junto a la familia y los mejores
amigos, le hicimos una pequeña fiestecita. Y desde luego que ese tipo apareció.
«Perdón creó que aún no os enterais de lo ocurrido. Pues les cuento»
Hace aproximadamente 3 años y medio mi padre murió de leucemia, que como todos
conocen se origina en la médula ósea, lugar donde se forman nuevas células sanguíneas.
Los síntomas de la leucemia a menudo son causadas por problemas en la médula ósea. A
medida que las células leucémicas se acumulan en la médula, pueden sobrepasar en
número a las células sanguíneas normales. Existen varios tipos de leucemia, como la
leucemiia linfoblástica aguda, la leucemia mieloide aguda y la leucemia linfocítica crónica.
Pero de todas esas, a mi padre desgraciadamente le tocó la peor, la leucemia mieloide
aguda tipo 4.
Perdí a mi padre un 28 de julio, consumido por esa enfermedad tan agobiante y
desesperada. Desde ese día mi madre y yo hemos tenido que salir adelante juntas, sin
contar que para ese entonces, mi hermanita sólo contaba con 4 años.
Todo iba bien hasta que apareció el.
¡Maldito Andrew Wallace!
Mi madre conoció a Andrew hace un año, en una fiesta benéfica de la empresa Rinaldi.
Tanta insistencia que terminaron casándose el mes pasado, me tuve que quedar una
semana con mi hermana porque los muy lindos se fueron de luna de miel para un hotel de
lujo en Santorini. A ver, no es que me pese quedarme con mi hermana, porque esa rubia
pequeñita me iba cautivando desde el instante en que la vi.
Ahora mismo no tenía deseos de soportarlo, por eso me bañe, me puse mi pijama y le dije a
mamá que hablara con los invitados para que me disculparan por no bajar a cenar, puesto
que me sentía mal. Luego de eso se despidió con un gran abrazo.
—No te preocupes Mera, si te sientes muy mal solo llámame. Ahora te subo la comida
¿vale? asentí cómodamente. Luego de eso se despidió con un gran beso en la frente
A la mañana siguiente me desperté con el pelo pegado a la cara, un espantoso frío que me
recorría la espina dorsal, con los nervios a flor de piel y un grito desgarrador. Había tenido
una pesadilla, una de muchas, ya que casi todas las noches me asechaban como ratas en
el desierto. Me incorporé hecha un zombi, por mi pelo enmarañado y las ojeras debajo de
mis ojos color café.
Estaba dispuesta a comenzar la rutina aburrida, que llevo todos los días del año. La misma
consiste en ir a la escuela, regresar a casa y ver películas en familia. Eso no cambiaba,
pero estaba dispuesta hacerlo porque este era mi último año y lo iba a disfrutar al máximo.
En ese instante pasó por mi cabeza inmediatamente el recuerdo de ese chico que me
ayudó y no le di las gracias de la mejor manera, ojalá y me lo vuelva a cruzar en el camino,
si Dios lo permite.
—¿Mera ya estás vestida? —escuché a mi madre llamándome desde la cocina.
«¡Ayy mamá como tú jodes»
Mi madre y yo siempre hemos tenido una buena relación. Pero en estos momentos, desde
que se casó con ese tal Andrew ya no nos llevamos como antes.
—¡Sí mamá! ¿Deseas algo ahora? —le preguntó con un poco de ironía.
—¡Cuando bajes, necesito contarte algo!— exclamó tan fuerte que perforó mis tímpanos.
«Dicen que la curiosidad mató al gato. Yo no soy un gato pero si que me mata la
curiosidad»
Si mi madre quiere conversar conmigo, es porque algo muy grave debió de haber pasado.
Como ya estaba vestida, comencé a bajar las escaleras en dirección a la cocina para
desayunar.
—¿Dime mamá, pasó algo? —pregunté con una curiosidad inmensa.
—No quiero darle lenguas al asunto, así que iré al grano. ¡Nos mudamos a New York! —soltó de sopetón, con una total emoción.
Yo mientras tanto procesaba esa información. Cuando caí en cuenta, de lo que decía,lo
único que salió de mi boca fue: ¡Ni de coña mamá!
La amplia sonrisa que mamá tenía, desapareció al instante.
—Querida lo siento si no quieres ir pero tú aún eres menor de edad y tu lugar es a donde yo
vaya —manifestó ella dejándome descolocada en mi lugar.
—Mamá eso no es justo, estás jugando muy sucio, este es mi hogar, no me puedes hacer
eso, aquí pertenecemos Camille y yo-
Nací y crecí en Los Ángeles, ahora no me puedes decir que debemos mudarnos —¡eso es
jugar sucio! —expresé furiosa por la situación, tanto que me llevé una mano a la cabeza
para poder entenderlo todo.
«Es algo demasiado irreal»
—Sinceramente yo no comprendo nada de lo que pasa por tu mente pero ya tomé una
decisión y nos mudamos a New York mañana a las 6:00am, así que por favor espero que
hoy te despidas de todos tus amigos ¡porque ya a está escuela no podrás ir!
Eso fue lo único que dijo antes de marcharse mientras yo me quedaba helada como si me
hubieran tirado a un río congelado luego de derretirse el hielo.
No sabía si debería llamar a todos mis amigos y hacer una salida por última vez o si debía
contarle a Nicklaus mi novio, lo que estaba sucediendo que me iba a mudar de un día a otro
para New York sólo porque mi madre quería vivir con su prestigioso marido. Ya sabía yo que
ese abogadito nos iba a traer problemas en un futuro. ¡Mierda ahora si que estaba jodida
hasta el caño!
En el primer timbrazo, cogió la llamada.
—Si, pastelito —Me encanta cuando utiliza ese apelativo para referirse a mi persona.
—Hola Nick, crees que nos podamos ver... te necesito.
—¿Sucedió algo paste? —preguntó con un deje de preocupación.
—Mejor pregunta que no sucedió, porque si es por suceder, entonces solo debo decirte que
mi vida y sueños se acaban de ir por la tubería de mi casa.
—Tranquila, vamos a vernos en la cafetería de Doña Rosita ¡Te quiero pastelito!
—Yo más Nick- Se cortó la llamada y me dispuse a limpiar las dos lágrimas que rodaban
por mis mejillas.
Ya de camino a la cafetería, me entró un mensaje.

Jen : Amiga, preparada para la fiesta de Emily. Espero que vayas y no te apendejes a último
momento.
Tú :Lo siento Jen pero no voy a poder ir me mudo a New York mañana. Espero verte hoy a
ti y Dany para despedirmos.
Jen: ¡Cómo que te mudas a New York! Nos vemos en 1 hora para que nos cuentes todo.

Cuando llegué me encontré a Nick en la mesa donde nos vimos por primera vez, el 4 de
octubre, cuando salía con Jen y su prima Annie.
—Hola nuevamente pastelito —Me dió un leve beso en la comisura de los labios, mientras
nos sentábamos para pedir un café y un chocolate caliente para mi.
—¿Qué pasa, paste? —pregunte con una pequeña sonrisa en esos labios carnosos que
tanto me gusta besar. Los mismos que extrañaré al mudarme.
—¡Voy a mudarme mañana a New York!— solté como un jarro de agua caliente cuando se
te resbala de las manos, pero pareció no quemarle porque se quedó con la misma sonrisa.
—Y eso, que tiene que ver, no será ningún impedimento —lo miré incrédula- ¡Perdón!... no
puedo creer que haya salido eso de tu boca. No podremos vernos dentro de
aproximadamente 3 o 4 meses y eso si puedes ingresar en una universidad allá.
—Paste tranquila, mientras te puedo proponer algo para que no me eches tanto de
menos —dijo con una sonrisa pícara y provocadora—¿Quieres tener una relación abierta?
—¿Que?—Mis ojos se abrieron como platos.— ¿Una relación abierta?—expresé sin
palabras, atónita a lo que él me decía en ese momento.

—Pero ¿te has caído de un
rascacielos y como no te has muerto, eso te ha afectado el poco cerebro que te queda?
Él estaba de lo más relajado, como si eso fuera lo más natural del mundo. Mientras yo lo
miraba como si le hubiera salido cuernos de un momento a otro en la cabeza.
—¡De verdad! —eso no tiene nada de malo. ¡El 65% de las personas que existen mantienen
relaciones abiertas y les va de maravilla!
«¡Oh si claro mientras tú le das de Bamboleo a una sólo porque no puedes conmigo»
Lo dije en mis adentros, muy pero muy adentro.

—Tú si que eres idiota Nicklaus, ¿En serio me has pedido que haga eso?
—Vamos paste, todo va a ser como ahora solo que tú allá y yo aquí. Te prometo que se
acabará cuando esté allá contigo. Mira ninguno de los dos, va a decir con quien se liga.
—¡Eres un gilipollas! Ni en sueño acepto eso —contesté con voz firme y segura
dirigiéndome a la salida.

Escuche como Nick me llamaba, pero no pensaba volver a hablar de ese tema, estaba loco
si pensaba que yo iba a aceptar eso.
Cogí un bus que me dejó en la casa. Estaba muy cansada y más después de hablar con
Nick sobre todo eso de las relaciones abiertas. De solo imaginarmelo con otra ya me salía
humo por los oídos.
Me dispuse a bañarme para encontrarme con Jen, Annie y las demás, espero que esta sea
la mejor despedida del mundo.
Siento como si me quitaran una parte de mi, una muy importante. Aquí fue donde gané mi
primera medalla de oro en nado Sincronizado. En estás playas aprendí a nadar gracias a mi
padre..
Pero a veces hay que dejar las cosas para encontrar un nuevo lugar.
En este mundo he aprendido que la vida te da lo que algùn dìa te quita, muchos lo llaman
destino, otros casualidad, pero yo, yo quiero llamarlo "un nuevo comienzo"

Hola chic@s sólo pase por aquí para decirles lo emocionada que me siento al compartir una historia tan real como está. Para aquellas personas q me han preguntado si la historia es basado en hechos reales, pues me gustaría compartir con ustedes la verdad. Está historia si es real, tal vez no todo pero si es una historia real porque si sucedieron cosas q están presentes en estos escritos. Sólo pase para dejaros un fuerte abrazo y vamos chicos a disfrutar la lectura❤️ Muaaa

Antes de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora