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Zhanghao hizo algo que se prometió no hacer nunca; buscó a Hanbin, él mismo.

No lo negaba, su anterior actitud también le pareció insoportable y Hanbin, sabiendo que era un poco sensible, no merecía un trato de mierda como ese que Zhang aplicó.

Entre sus opciones, la cafetería y la biblioteca eran uno de los lugares más acertados donde creía que podía estar el menor, pero a juzgar por la situación sabía que Hanbin se fue a la biblioteca a esconder su sensibilidad en páginas de libros aleatorios.

Al entrar, llenándose de un silencio prácticamente perfecto, buscó a Bin con la mirada por todo el alrededor.

Esperaba verlo entre las pocas estanterías de libros o probablemente en alguna de las mesas de lectura, apoyada sobre su mano leyendo el libro que fuese.

Al encontrarlo en el pasillo entre las estanterías tres y cuatro, Zhanghao esbozó una sonrisa encaminándose hacia el menor, el cual acercó el libro hasta su nariz para oler las páginas. Un gesto curiosamente adorable.

— Hanbin. —llamó.

Éste alzó su mirada en dirección al mayor, forzando su mejor sonrisa que sin duda alguna era fingida. Se estaba presionando a no verse dolida.

— ¿Qué lees? —susurró por el ambiente.

Se acercó y Hanbin cerró el libro para poder mostrarle la portada al castaño.

— "Nosotros en la luna". —leyó Hao. — Es bonito el nombre.

— No lo he leído. —respondió. — Tampoco pensaba hacerlo.

En el instante en que dejó el libro en su lugar, con intenciones de irse de allí cuando la presencia de Hao le provocó un nudo en la garganta, el mencionado detuvo sus pasos agarrándolo de la muñeca.

Hanbin volteó.

— Perdón. —se lamentó, acercándose un poco al menor. — No debí de hablarte así, tampoco sé por qué lo hice.

— No te disculpes, está bien. Yo no debí de interrumpir.

— No te culpes de cosas que yo mismo he hecho. Aún así estuviese hablando con Jiwoong, no me daba derecho hablarte tan mal como lo hice. —acarició sus nudillos. — Perdón.

— Está bien, Hao hyung. —Hanbin se forzó a sonreír. — No te preocupes.

— No quiero que te sientas mal por mi.

Esas palabras quedaron atoradas en los oídos de Hanbin, analizando esa frase completa buscándole la mentira o siquiera intentando justificar el mal trato que Zhang podía tener a veces hacia el.

Aún no entendía como seguía siendo un idiota a sus pies diciéndole cosas demasiado lindas y el no lo apreciaba.

— Hao, ¿te molesta mi presencia? —interrogó.

— Bastante.

El decirlo jugando con una sonrisa no fue con el mismo significado para Hanbin, al cual le brillaron los ojos dolorosamente y Zhang se percató de ello.

El de cabello negro se sintió culpable. Quería muchísimo Zhanghao y lo que menos deseaba era incomodarlo.

— Bromeo, en realidad no me molesta. —contradijo.

— ¿Qué no te gusta de mi? —preguntó nuevamente.

— No me hagas decirlo otra vez. —suspiró.

— Dímelo, por favor.

— Ya sabes, Bin. No me gusta lo cursi y tú lo eres demasiado.

"Mentira, me gusta lo cursi viniendo de ti".

— ¿Sólo eso te molesta?

— Umm, podría decir que si.

— ¿Y qué harías si dejo de ser tan cursi?

Hanbin perdería esa sensación tierna en su interior por los comentarios de Zhanghao.

En el instante en que Hanbin dejase su cursilería, Zhanghao no lo agradecería, pero fingiría que si porque hasta eso quiso llegar.

— No puedes dejar de ser cursi, Hanbin.

— ¿Y si fuese como el grupo de Jiwoong? —eso lo tomó como sorpresa. — ¿Lograrías soportarme un poco más?

— No vas a cambiar por mi. —acarició su mejilla. — Hagas lo que hagas, seguirás siendo el mismo chico cursi que conocí desde el jardín infantil.

Hanbin tragó dolorosamente. — Q-Quiero enamorarte.

— ¿Uh?

— Pero no quieres a alguien cursi, y yo lo soy. —murmuró. — Y con eso sé que aunque me desvanezca buscando el halago más bonito para ti o buscando mil maneras para cambiar y ganarme tu corazón, seguiré siendo un perdedor en este juego.































Lloré

빈늘 "cursi" - haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora