Martina tiene la palabra

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Desperté un rato después, con las insensibles sacudidas de mi hermano para espabilarme.

-Despierta ya, tenemos que ir a la cena.

-Ya voooy -dije alargando la o y levantándome de la cama.

Salimos de la habitación y fuimos al ascensor, dónde aproveché el espejo para peinarme un poco.

-¿Acaso sabes dónde está el comedor? -pregunté.

-¿Sí? -dijo con un tono de duda.

-¿A que botón le has dado?

-Al de comedor y cocina, pero este sitio parece enorme.

El ascensor paró y las puertas se abrieron.

-Pues ya lo buscamos sobre la marcha.

Spoiler: al final nos perdimos y llegamos tarde a cenar.

Pero al menos llegamos, aunque ya estaban recogiendo y, como no, allí estaban los gemelos Redmoon.

-Vaya, llegáis un poco tarde para la cena. ¿Os habéis perdido? -preguntó Hugo con una sonrisa.

-Sí -contesté mirando de reojo a Marco.

-Tenéis una base bastante grande, es fácil perderse -se justificó.

-No os preocupéis, si entráis en la cocina seguro que pueden daros algo de cena -contestó Eric, tenía la misma sonrisa que Hugo en la cara, sinceramente me estaban empezando a dar un poco de mala espina, quizá afectaba lo que nos había enseñado Alicia, pero también suelo tener buen ojo para juzgar a la gente.

Un rato después estábamos cenando nuggets y croquetas que sabían casi igual que los del restaurante que había al lado de nuestra casa.

-Entonces -empezó Hugo sentándose a mi lado, bastante más cerca de lo necesario -, ¿de momento estáis bien aquí? Quiero decir, es un shock muy grande todo lo que ha pasado.

-Supongo que podremos acostumbrarnos a vivir aquí -empezó a decir Marco -, es decir, esto parece un hotel de lujo y es gratis, no puede ser tan difícil llevar una vida tranquila aquí.

-Sobre eso... -empezó a decir Eric -, es posible que los serpos patrullen las calles aún después de haberse llevado a todos los humanos de la tierra. Estamos organizando grupos de rescate que quieran y puedan ayudar a conseguir víveres, personas extraviadas e incluso mascotas, creemos que la mayoría de animales se han debido refugiar, pero no tardaran mucho en salir a las calles, y el problema no son los perros o gatos, si no más bien los animales que puedan escapar del zoo. Si os apetece uniros a alguna no tenéis más que decírnoslo.

-Y esas excursiones -dije interesada -, ¿Cuándo se van a empezar a hacer?

-Mañana por la mañana hay una, pero de todas formas si tenéis dudas podéis mirar el tablón de anuncios que hay en el patio.

-Yo, si no os importa, prefiero quedarme aquí -dijo mi hermano.

-Pues a mí sí me apetece ir, al menos a una, para ver como es -comenté, intentando que no se notará que mis verdaderas intenciones eran acercarme más a los Redmoon y ver si conseguía sacarles algo.

Sobre todo a Hugo, en el vídeo, parecía el menos convencido de los dos gemelos, así que, podía resultarme fácil sacarle información.

-Entonces solo tienes que ir a apuntarte en el tablón de anuncios -me dijo Eric, con un tono un poco borde, parecía que se le había gastado la batería social en cuestión de segundos. Tuve la sensación de que él sabía algo que nosotros no, y, desde luego no le caíamos bien, así que, le dirigí una sonrisa angelical, que le hizo enfadar bastante, porque cogió su bandeja y murmuró una especie de excusa para irse corriendo hacia los ascensores.

-Perdonadle, es muy gruñón y últimamente está estresado por unos temas un poco personales -dijo Hugo -, pero no es vuestra culpa que este así. Es solo que le cuesta llevar los mandos de este sitio.

-Entonces, ¿vosotros sois los que llevan este sitio? -intenté sacarle información sutilmente.

-Sí, bueno, él siempre se encarga de más cosas, dice que si no lo hace todo él no está bien hecho, es Eric quien lleva la mayoría de cosas, yo suelo ayudarle cuando lo necesita.

-¿Y por qué no le pides a tu hermano que te deje hacer más cosas? A fin, de cuentas, los dos tenéis la misma edad y deberíais llevar ambos este sitio juntos -comentó Marco.

-Sí, bueno, a él se le da mejor liderar. Y es un poco maniático con el orden de las cosas -dijo, en un tono confidencial.

-¿Y a ti no te importa no llevar el mando? -pregunté de forma desinteresada.

-Yo quiero lo mejor para este lugar, y creo que lo mejor es que lo lleve mi hermano.

Me pareció algo sospechoso, pero una parte de mí quería pensar que realmente solo buscaba lo mejor para la gente que estaba a su cargo, aún sabiendo la opinión de Alicia y Laura.

-Y... una pregunta -empezó Marco -¿Qué edad tenéis? Parece que tenéis prácticamente nuestra edad, pero aún así lleváis el mando de este lugar.

-Ah, tenemos diecisiete, casi dieciocho. Ya nos han dicho alguna vez lo de que somos muy jóvenes, pero bueno, como dice la gente, la edad es solo un número.

Quise decirle que la edad no era solo un número y que no era lo mismo la experiencia de alguien de nuestra edad (más o menos Marco, solo hay una diferencia de un año y pico... casi dos, da igual) que la de alguien de treinta y tantos o cincuenta o más, pero decidí que era mejor seguirle la corriente.

Estuvimos un rato charlando agradablemente y descubrimos que los Redmoon habían estado viviendo en varios países antes de llegar a España, que Eric era siete días más pequeño que Hugo (aparentemente, en los embarazos gemelares, si uno es prematuro, los médicos intentan evitar que el segundo nazca prematuro también y se han logrado casos en los que los gemelos se llevan días de diferencia), que sus padres también habían sido atrapados por los serpos y que tenían un hermano pequeño que se llamaba Lucas y tenía catorce años.

A las once menos diez Hugo se despidió de nosotros, con al excusa de que tenía que ir a buscar a su hermano para que no se quedase trabajando hasta las tantas, y nosotros nos fuimos a nuestra habitación.

 Antes de irme a dormir pasamos por el tablón de anuncios para poder apuntarme en al excursión que había dicho Eric y también intenté convencer a Marco, pero prefirió quedarse en el edificio, a salvo y sin realizar ningún esfuerzo más allá del necesario, como bajar a desayunar, ir al baño y levantarse para coger el mando de la televisión.

Diario de los mellizos Núñez, 3 de enero de 2023. 

Sí, llevamos menos de un día en este sitio y sí, acabo de titular a estos audios con el nombre de "diario de los mellizos Núñez" ¿tienes alguna idea mejor, Marco? Entonces, no juzgues.


Después De Año NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora