-¿Qué hacemos? -le pregunté a mi hermana.
-Creo que la mejor opción es quedarnos aquí, y decirles que somos sus espías.
-Pero, ¿De verdad vamos a hacer de espías para esta gente? Que ni siquiera sabemos sus intenciones reales.
-Marco ¿Te acuerdas cuando jugábamos a cazar el tesoro con los primos y yo siempre era la espía?
-Sí, pero eso no tiene nada que ver.
-Claro que tiene que ver, ¿Cuál era mi trabajo?
-Convencer a los dos equipos de que estabas de su parte, pero luego delatabas la posición del tesoro de los otros según te convenía -seguía sin ver la relación.
-Exacto, yo no formaba parte de ningún equipo, creé el mío propio, en el que conseguía información de ambos bandos y al final tenía ambos tesoros, eso es lo que tenemos que hacer, convencer a todos de que estamos de su parte, reunir información de ambos bandos y de sus intenciones, para luego ir por nuestra cuenta y conseguir lo que queremos, que es salvar a nuestra familia.
-Es muy arriesgado.
-Marco, literalmente han secuestrado a casi todo el planeta, los aliens nos han invadido, si no hacemos nada van a borrar la memoria de todo el mundo y a destruir el planeta, y si hacemos algo al menos tenemos posibilidades de conseguir salvar a algunas personas, no vamos a perder nada porque no tenemos nada que perder.
-En realidad podríamos perder nuestras vidas y nuestro planeta, en mi opinión eso es bastante que perder.
-¿Y qué prefieres? ¿Vivir sin tu familia y tus amigos para siempre, con gente que no conoces y que posiblemente sean aliados de los serpos o en caso de morir, al menos saber que intentaste hacer algo para evitarlo?
-No quiero morir.
-No vamos a morir.
-Acabas de decir que hay posibilidades de morir.
-¡Tienes posibilidades de morir hasta si te tropiezas con esa raíz y al caer te golpeas la cabeza contra la pared! -exclamó susurrando para no llamar la atención.
-Acabas de crearme un nuevo trauma.
-Marco, céntrate, ¿Vas a ayudarme con mi plan o prefieres seguirles la corriente a todos?
Pensé en toda mi familia, mis amigos, mi vida en general, y también pensé en que nunca iba a poder recuperar todo eso si no lo intentaba, y si nadie más lo intentaba alguien tenía que hacerlo ¿No? Eso era lo me habían enseñado mis padres, que aunque el resto hagan el mal yo no tengo que ser como el resto, puedo ser mejor que ellos.
-Vale, pero mientes tú, que seguro que yo me pongo nervioso y digo alguna cosa mal.
-¡Genial!
-¿Ya habéis decidido en que bando estáis? -preguntó Laura, que había vuelto y ahora llevaba una bolsa colgada al hombro.
-Sí -dijo Martina -, queremos ser vuestros espías en el complejo que hay arriba.
Laura arqueó una ceja.
-Vale, os voy a dar unos dispositivos para que podáis grabar vídeos y audios que sirvan como prueba, son cosas discretas. Seguidme y os lo doy.
Nos llevó por la red de túneles sin dudar ni una vez en las bifurcaciones, yo iba mirando al suelo, teniendo cuidado de no tropezar con ninguna raíz, porque sí, Martina acababa de desbloquear un nuevo trauma en mi mente.
Laura sacó un llavero de su bolsillo y abrió la puerta ante la cual nos habíamos parado.
Dentro, apilados en estantes, había una gran cantidad de objetos tan cotidianos que el lugar podía ser fácilmente confundida con una oficina de objetos perdidos.
Había chaquetas, gafas de sol, collares, pendientes...
Martina cogió un collar parecido a los que vendían en los chiringuitos de la playa, estaba hecho con un cordel negro y una piedra azul claro.
-¿Esto lleva una cámara dentro de la piedra? -preguntó.
-Sí, es invisible al ojo humano, pero tiene muy buena calidad, ¿Quieres quedártelo?
Martina asintió y se colocó el colgante al cuello.
Yo miré entre todas las cosas que había allí, al final elegí unas gafas de sol, que, según me explicó Laura, tenían la cámara en el puente, de forma que era casi indetectable.
Salimos de la sala con nuestros nuevos objetos de espías.
-Son las ocho de la noche -nos informó Laura mirando su reloj -, la cena en la urbanización de arriba se sirve a las nueve, así que os recomendaría ir subiendo, por si queréis pasar por la habitación antes. Y si necesitais más información siempre podéis bajar aquí, mientras no os siga nadie no hay problema.
-Genial -dije -, entonces nos subimos ya.
Ese sitio me resultaba claustrofóbico y quería salir cuanto antes.
Martina y yo volvimos a la urbanización, estábamos los dos callados hasta que dije:
-Acabo de caer en la cuenta de que Alicia conocía nuestro apellido, dice que los Redmoon han estado hablando de nosotros, pero si ella les odia, ¿Cómo sabe de que hablan esos dos?
-Seguramente estén espiando todas sus cámaras, ya has visto que tienen varios vídeos de grabaciones guardados.
-Sí, tiene sentido -en el fondo no le veía el sentido, ¿Por qué iban a estar los Redmoon hablando de nosotros? -. Y los bastardos de los que hablaban... Tienen que ser un peligro potencial para tenerles preocupados.
-Yo le estoy dando vueltas a lo que significa. Sabes la definición de bastardo ¿No?
-Sí -mentí, tenía una idea de lo que podía significar, pero no estaba seguro.
-En verdad, sí que mientes fatal. Un bastardo es como se considera, sobre todo en la antigüedad, a los hijos ilegítimos, o sea, los que nacían fuera del matrimonio, su padre era alguien desconocido... Esas cosas.
-Pero hay bastante gente así.
-Supongo que sí, pero los que les preocupan deben de ser especiales, de alguna forma.
-¿Crees que pueden ser de aquí? ¿Alguien que conozcamos?
Martina suspiró, como si estuviera muy cansada.
-No lo creo, hay mucha gente en el mundo y aunque sean de España, como han dicho en el vídeo, hay muchos gemelos y mellizos en España, las posibilidades son bastante pequeñas.
-Ya.
Llegamos a la habitación y abrí la puerta, la habitación seguía igual que cuando la habíamos dejado, las mismas fotos familiares de dudosa procedencia, las paredes y alfombras de nuestros colores favoritos, el armario con ropa de nuestro estilo...
-A mí todo esto me sigue pareciendo un poco escalofriante -dijo Martina antes de tirarse en la cama y quedarse profundamente dormida.
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Después De Año Nuevo
General Fiction¿Qué pasaría si después de las campanas todo el mundo desapareciera? Martina y Marco son mellizos, han llevado siempre una vida normal y un poco aburrida, pero cuando dan las campanadas de fin de año toda su vida va a cambiar. Una especie invasora h...