Solo reía por su gesto. David tenía una manera tan peculiar de tranquilizarme y hacerme sentir segura. Me tomó de la mano y me atrajo hacia él, colocó sus manos en mi espalda y rozó el broche del bra.
-Mm... Ya lo arreglaste tú. -dijo torciendo ligeramente los labios- Sí quieres lo desabrocho de nuevo para arreglarlo yo. -dijo riendo-
Me reí.
-Volvamos a bailar. -dije tomando su mano-
Nos dirigimos de nuevo a la pista, ya no me importaba ver a Terry. Luego comenzó una canción muy armoniosa y lenta. David me tomó desprevenida y me acercó a él mientras sonreía, yo me sonrojé ligeramente, coloqué mí mano en su nuca. Nos mirábamos mutuamente, podía sentir el calor de su cuerpo junto al mío, el roce de su mejilla contra mi cabello, el dulce aroma de su cuello. Me separé un poco para ver de nuevo a sus ojos, sus labios estaban entre abiertos, involuntariamente los entre abrí yo también. Comencé a acercarme a él y él a mi rostro. Nuestros alientos se mezclaban, compartíamos el mismo aire, él veía con dulzura hacia mis labios, estaba segura de lo que haría en ese momento. De la nada mi vista comenzó a nublarse, ligeras pulsaciones se apropiaron de mi cabeza, comencé a marearme, perdí el equilibrio.
-¿Que tienes Leah?
-Na-Nada... -dije tartamudeando-
-Déjame ayudarte.
-No, no me toques. -retrocedí-
En ningún momento medí los pasos que dí y sentí que alguien me tomó de la cintura.
-Suéltame imbécil.
Me giró, me encontré con los fríos y oscuros ojos de Terry.
-Bailemos, preciosa.
Me tomó de la cintura fuertemente y me haló hacia él de manera violenta. Comenzamos a bailar pero mi aturdimiento continuaba. Terry no me guiaba en el baile, hacía que bailara sin necesidad de él me dijera cómo. Durante el baile, me alejó violentamente igual que siempre. Miró a mis labios con lujuria. Esa era la diferencia entre David y Terry, Terry tiene pasión en todos los sentidos sabe exactamente qué hacer para volverme loca, él no me guía en él baile pero yo hacía todo bien cuando estaba con él, por otro lado estaba David que era sincero y amoroso en todo pero jamás con la pasión de Terry, con él no necesitaba pensar simplemente actuar y estaría bien porque él me ayudaría a hacerlo todo bien. Pero Terry es un lujo que no me puedo dar, es algo prohibido y mas por ser hijo del Rey Demonio, eso no podia existir. Ademas es un imbecil pero... no no puedo.
-Querida por no me besas y ya? -dijo Terry apunto de acerca su cara a la mía-
-Eres imbecil, todos lo verán, ademas porque no buscas mejor a tu putita de quinta -dije mientras miraba a otro lado buscando a Julie-
-No la quiero a ella, te quiero a ti -dijo Terry mordiendose el labio inferior-
Me suelto de Terry, al fin soy libre salgo corriendo hacia el jardin, ya casi era hora para que empezara los desafios para demostrar mi valor, valentía, etc. Decido dar un paseo por todo el jardín, estoy muy nerviosa y ¿si todo sale mal? No puedo soportar la idea de que no me den el trono seria todos mis esfuerzos en vano, mi padre me desterraria del reino, luego miro una sombra sobre el suelo, subo la mirada y veo a un dulce y tierno David sentado frente a la fuente, reí al ver que tenía su cara muy adormecida, al verme quito esa cara al instante. Se paró para abrazarme, luego hizo me que sentara con él recostada en su hombro, me tenia rodeada la cintura con sus brazos.
-¿Nerviosa pequeña?
-Si bastante David
-Relajate, todo saldra bien