11.- Aquella luz.

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Ryugi

Mamá, tambien quiero ir, ya tengo edad suficiente...lo prometiste...— un niño de apenas 10 años, hace un pequeño chillido en berrinche.

— Pero si aun eres muy pequeño— dijo la madre en tono sarcastico.

— Cumpli 10 ayer, y el trato era que a esta edad me dejarias acompañarte a tus viajes de fin de temporada— defendio con un puchero.

— ¡Diez!, pero si apenas llegas al metro y treita, ¿no me estaras mintiendo? — en tono burlon, se aguanto la carcajada.

—¡Mamá!, no tengo la culpa de mi estatura, ademas tu misma mandaste hacer el pastel mas sabroso ayer, con iniciales de "feliz diez años, mi enanito"—

Balla que estuvo rico, es un buen chef aquel señor —

— Mamá —

— Es broma jamas, le engañaria a tu padre, aun que nunca este...— la mirada del chico se torno triste, al escuchar las ultimas palabras.
— Pero una promesa es una promesa, yo siempre te eh cumplido —

— ¡¡Encerio!!, pues que esperamos — La mira del pequeño se volvió brillante, por la emocion.

……………………

— ¿Falta mucho? Empiezo a tener sed—

— Te adverti que era largo el camino—

—Pero nunca mencionaste, un grandisimo bosque —

—No es cualquier bosque...— la mujer cabellos plata se arrodillo en la orilla del arroyo, con sus manos tomo un poco de aqueya cristalina agua— Bebé—
El chico trato de imitar a su madre.

— ¡wow!, es muy fresca..y ¡limpía! —

— Te dije que no era cualquier bosque, estas aguas probienen de lo alto de aquellas montañas —

— ¿Y quep tienen de epeciades?—cuestiono con la boca llena de agua.

— jajajaj, aun eres tan despistado, este sagrado lugar, es el Bosque-sama— una serena sonrrisa se dibujo en ella.

(El muchacho escupio el agua de la sorpresa)
— ¡¡¡Dijiste el bosque-sama¡¡¡, el de tus cuentos, ¡los que me has contado siempre! —

— Asi es, pero esos cuentos, fueron historias, mis aventuras en este bello y traicionero lugar —

— ¿Por que jamas me mencionaste que tu eras la mujer del viento? —

— Por que no era la mujer del viento de tus cuentos, sino la bestia guardiana de oeste del bosque-sama, inu no taisho.
Y eras demaciado joven, como para entender algo tan delicado y honrrado.—

— Guardiana...del...oeste — Aun no se creia aquellas palabras, y en un parpadeo, ya tenia a su madre enbuelta en sus delgados brazos.
— Siempre eh admirado aquella heroina de tus cuentos, pero ahora la adoro más, te quiero mamá —

Yo mas, chaparro(sus pensamientos)

— Mamá, por favor un descanso pequeño, me siento perdido de energias.— se dejo caer en el suelo, recargandoce en el tronco, dejando un suspiro de cansancio —

— Balla encontraste un Manzáno dorado —

—¿hum?— subio la mirada hasta ver como la mujer de un salto llego a la rama mas alta de aquel gigantesco árbol.

— Esto te dara las suficientes energías, comela— El pequeño observo curioso aquel peculiar fruto, pero no dudo ni dos segundos, la devoro.

— Balla, con solo una siento aver comido 100 pasteles.— sonrrio satisfecho.

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