Los días pasaban rápidamente, todo era lo mismo, la misma rutina de siempre: despertar, comer, ir a la universidad, dormir en clases, no hacer nada, comer, secuestrar personas y luego llevárselas a una pareja de desquiciados para que se los coman y puedan sobrevivir, comer con asco y por fin volver a dormir.
Tan insignificante como siempre. Quería cambiar, pero ¿cambiar en que sentido? ¿Cómo haría para cambiar su absurda vida.
Fue ahí donde apareció Gill nuevamente para cambiar la vida de su querido JiMIn.
Aquella noche, después de que JiMin terminara su entrega del día, le llegó un mensaje de Gill.
Jimiiiiin, sé q te he pedido muchos favores
esta semana pero este es mucho más
importante que los demás09:55P.M.
no, ya no iré más por tus estúpidas bolas de queso
10:02P.M.
es mucho más importante q eso
10:03P.M.
entonces que es?
10:03P.M.
necesito que mañana vayas en mi lugar a una junta
10:04P.M.
NO
10:04P.M.
del consejo estudiantil
10:05P.M.
escribe todo completo querido amigo. Claro que voy
10:05P.M.
dime que tengo que hacer amigui
10:06P.M.
NO Q NO BARBERO?
10:06P.M.
ya ves q soy bn fácil d convencer
10:07P.M.
ajasí
10:07P.M.
Tienes q ir algo formal, ya sabes
cómo son los prefectos10:09P.M.
Qué más?
10:10P.M.
Tu teléfono tiene grabadora?
10:10P.M.
Sí, pq?
10:11P.M.
graba todo lo q digan, pls10:12P.M.
Ps ya q
[Visto] 10:12P.M.
Los ojos de JiMin comenzaron a cerrarse por el sueño. Pero antes de que eso pasara, pensó que la junta sería aburrida, pero de aburrida no tendría nada.
Al día siguiente se puso el único pantalón negro que tenía, y que, por desgracia o fortuna, le remarcaba su figura. Se puso un suéter tejido negro y una camisa blanca por debajo. Se miró al espejo antes de salir de su habitación y acomodó su cabello. Caminó hasta la cocina y tomó una pera para así volver a caminar pero ahora hacía la puerta principal. En su hombro izquierdo llevaba su mochila colgando, aún se preguntaba si estaba bien vestido para la ocasión pero ya no podía volver a cambiarse o se le haría tarde. Siguió caminando hasta llegar a la parada del autobús para después sacar su teléfono y ponerse a ver cualquier estupidez que se encontrara en sus redes sociales. Después de minutos escuchó como el camión comenzaba a frenar, se levantó y entro al transporte poniendo su teléfono en una pequeña maquina para pagar su pasaje. Se sentó hasta atrás pues sabía que el trayecto sería hasta terminar la terminal. Y después de estar más o menos una hora y media sentado, bajó del autobús para volver a caminar unas cuantas cuadras hasta llegar a su queridísima escuela.