Episodio III: Misión no explorada a Osris 4

62 8 1
                                    

En una de las múltiples bases espaciales que servían como comisaría espacial para las tropas de la nueva república, la única hija de los Solo se abría paso entre los casi interminables y liminales pasillos de la base; aquella base se encontraba al borde de la soledad, puesto que aún mientras orbita a al galacticamente conocido planeta urbe de Coruscant, la capital de la Nueva República. Así como muchos miembros en las tropas del nuevo orden galáctico, Jaina Solo no había sido requerida para la misión a la que todos parecían querer ir, o ser mandados, terminando esto con su temporal vacacionado. Algo más allá de un simple capricho burocrático ocurría aquí y no era la primera vez que, más allá de descansarla a ella y un puñado de neorepublicanos, seguramente ocultarian o excusarian de la razón de la misión y los descansos grupales al senado, o más especifico, a su madre, la Senadora Leia Organa Solo. Esta vez las cosas iban a ser distintas, aquella llamada de su primo Ben era aquel empujón que necesitaba para hacer fluir la carga Skywalker en su sangre, y finalmente infiltrarse en la misión para descubrir de que se trataba esta vez en particular; la petición y sospechas de su primo habían sido compartidas si, pero la intención estaba ahí desde hace al menos un par de años; por los ahora poco concurridos pasillos, Jaina se deslizaba en búsqueda de llegar hasta el hangar y subir a su X-wing, en la cual ya aguardaba Sparky, su fiel droide astromecanico, listo para el despegue. La visión a los pasillos solitarios de la base era casi inquietante, todo el tiempo, hasta el tope de los afines a la Nueva República, o sus droides, pero hoy resultaba un entorno de pesadilla para la piloto, ante la tensión de ser descubierta, y la propia ambientación que daban los blancos y pulcros pasillos.

—Todo es culpa de esa chica, Solo— decía un piloto de uniforme beige, con el casco en la mano y mientras salía por la puerta de los sanitarios

Jaina se oculto al inicio del pasillo únicamente escuchando con rabia el comentario de uno de los múltiples compañeros pilotos qué tenía.

—¿La mejor piloto del escuadrón pícaro?— preguntaba un piloto de uniforme verde, cuya expresión mostraba un intriga que incluso rallaba en un gesto de ofensión

—Si, esa misma— contestó el primer piloto, incluso con un gesto de disgusto —¿No sabes de quien es hija?

—La ex senadora Organa— declaró el piloto verde, sin tomarle importancia o si quiera entender que es lo que lograba molestarle a su compañero

—Exactamente— señaló el piloto de beige, molesto y mientras avanzaba por el pasillo, forzando a Jaina a retroceder —. Lo que significa que es nieta de...?

—Oh— la expresión del piloto verde había cambiado a una de temor y duda; el puño de Jaina se cerró con furia y por unos segundos, incluso el entorno a su alrededor rechino, como si algo muy pesado hiciera crujir las placas a su alrededor —, tal vez solo sea un rumor o algo así pero...— intento decir el piloto de verde, regresando a la platica

—Muchos son descansados y a nosotros nos mandan al borde exterior, es por la chiquilla Vader, ella nunca va— aquellas palabras, aquellas dudas que soltaba como si fueran nada habrian logrado hacer que un usuario de la fuerza sin entrenamiento perdiera el control, pero no una jedi entrenada por Mara Jade, ella podía sobrepasar aquella rabia y guardarla para después —¿Nunca has pensado en donde esta Jaina Solo cuando nos envían al borde exterior?

Escuadrones y pilotos, salida en diez minutos— clamaban las altavoces de la base, a lo que rápidamente ambos se prepararon para empezar la carrera de vuelta al hangar

—Dank Farrik, vamos viejo o nos dejaran— maldijo el piloto de traje beige mientras corría, siendo esto de alivio para la joven Solo —, nunca he ido a Osris 4.

Gracias a su habilidad con la fuerza y su dominio sobre sus propias emociones, Jaina había logrado llegar más lejos que su tío, Luke Skywalker, como piloto, y también en el uso de la misma para fines más exactos; a su paso por cada pasillo, había logrado burlar las cámaras de seguridad y abrirse paso por la base, siendo su única dificultad la gente que se encontrará en el camino, aunque un fiero entrenamiento por parte de su padre y tía, habían sido más que suficientes para este tipo de situaciones, especialmente cuando se trataba cumplir finalmente aquella curiosidad. Al llegar al hangar, una gran sorpresa fue la que se llevó al ver que, en efecto, Sparky estaba en su X-wing esperando por ella, pero esta vez, su X-wing estaba siendo preparada por E'ma, una compañera suya, alistando su nave para abordarla y partir en compañía del resto de escuadrones.

Star Wars: Herederos de guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora