𖣌֍ MI DEVOCIÓN ࿑

⊲╾───┈┈ CAPÍTULO VII ┈┈───╼⊳

La primavera desapareció junto al hermoso chico de ojos rosas, todo rastro de alegría se había esfumado como el aroma de las flores en un hermoso prado que ahora parecía más un desierto de muerte.

Todo era una contradicción en el mundo de Agares, no es que la colorida estación terminase, es que ni las más hermosas flores tenían color sin Ethan, el mundo se había convertido en un retrato a blanco y negro, ninguna palabra tenía sentido ni alcanzaba a describir la lucha interna de sentimientos.

El manejo del tiempo era un misterio, los días pasaban demasiado lentos y las noches, oh maravillosas noches, solo en el reino de los sueños podía disfrutar del tiempo lento y al mismo tiempo disfrutaba se las tortuosas imágenes maravillosas de Ethan que ese reino ofrecía, todo se quedaba casi inmóvil cuando su chico aparecía nuevamente, con esa sonrisa, bailando alrededor de su piano mientras parecía coquetear con la mirada, revoloteando esas largas pestañas que necesitaban ser besadas por Agares, así como su prohibida anatomia, la cual se sentía tan calida a pesar de estar en un sueño.

Ambos irían al infierno por solo pensarlo, sin embargo más que gustosos bajarían tomados de la mano hasta llegar al círculo de los amantes en el infierno Dantesco.

Tantos días habían pasado, tantas noches en esa oscura celda. Ethan solo podía mirar el cielo por la pequeña ventana a su disposición, contaba las estrellas, admiraba la luna, debatía en su mente buscando respuestas razonables al episodio de conflicto en la plaza. Claro que él no sospechaba ni siquiera mínimamente de los sentimientos de aquel hombre que en apariencia parecía distante a todos, incluso muchas veces ignoraba sus saludos.
No podía negar que la convivencia entre ellos había mejorado gracias a sus prácticas en el teatro, además la escena de baile entre ambos no había abandonado su memoria, como el contrario había sostenido su cintura firmemente, como sus labios estaban tan peligrosamente cerca.

Ambos pensaban en el otro, uno completamente abandonado a su melancolía y sentimientos de culpa, el otro con miles de preguntas, miedo y miserable soledad.

El tiempo no es sirviente de nadie, por consecuencia seguía su curso de manera natural, dejando en evidencia los planes del destino. Agares se recuperó de las heridas físicas, su cabello y barba crecida le hacían parecer un vagabundo que salía del hospital en compañía de la mujer que pronto sería su esposa. Ambos llegaron a casa, ella con tantas preguntas y él con ganas de escapar hacia el calabozo, tomar a Ethan y mucho dinero para irse de ese lugar.

— ¿Entonces me vas a explicar que pretendías con eso? ¿Qué ganabas defendiendo dos pecadores? Yo sé que ese muchacho es amigo tuyo, pero sabes muy bien que ahora por tu estupidez él morirá encerrado. Tu padre lo dijo, él no dejará que salga de ese lugar nunca más —  Elenna era joven, y además de tonta tenía un especial talento para recriminar, declarar culpas, resaltar defectos y ser perennemente insoportable.

Su prometido esposo simplemente se quedó en silencio, sentándose en su cama por fin después de tanto. Estaba completamente perdido en su mundo.

— La obra —  pronunció en voz alta, empezando a buscar entre sus cosas las partituras de sus creaciones, sonriendo por primera vez después de tanto al encontrar aquella composición, la canción con la que había iniciado esa historia, por lo menos tenía ese singular recuerdo plasmado en escrito.

— Dios tenga misericordia de mi. Cada día se te va un pedazo de cordura y es injusto que tenga que casarme así ¡mírate! Estas asqueroso. ¿En que piensas? Despierta ya por favor Agares, llevas días así y tienes que dejarlo, tienes que soltarlo, ese jovencito insignificante va a morir en ese hueco, mejor hazme caso y déjalo. ¿Por qué te interesa mucho? Es un hombre sin futuro, sus padres apenas y lograron heredar algo de fortuna familiar, pero la cara de pobreza no se les irá nunca.
Yo seré tu esposa, yo seré la madre de tus hijos, soy tu honor y prestigio, yo soy la importante, yo soy a quien tienes que mirar, yo soy quien estará contigo por el resto de tu miserable vida. —  decía ella casi gritando, acercándose cada vez más a su esposo con pasos desesperados mientras empezaba a dar vueltas en la habitación en medio de su monólogo pues las serpientes venenosas en algún momento muerden para soltar su veneno y ese había sido él espectacular momento de Elenna para brillar. Cada palabra resonaba en la mente de Agares, en especial aquellas que anunciaban la partida de su musa " él morirá" .

Pocos segundos bastaron para una respuesta, apenas aquella mujer terminó su reclamo Agares la mandó a callar con una bofetada que seguramente le recordaría su lugar como mujer en esa sociedad. — Si vas a ser mi esposa , entonces aprende a callar tu jodida boca  y obedecer —  entonces de un solo empujón la sacó de su habitación, necesitaba calma, y con ella jamás la tendría. — Detestable perra.

Finalmente solo, tomó asiento en su escritorio con unas hojas en blanco entre las manos y un poco de tinta, cerró los ojos para poder acariciar esas suaves manos, imaginando a su amante sentado sobre esa propia mesa, sonriéndole mientras agitaba suavemente su abanico, dejando ver un escote vacío que solamente era un estímulo para la imaginación, solo entonces empezó a escribir. Ethan sonreía, parecía feliz, sin embargo no tenerlo ni sentir su calor en la realidad sería el punto de inspiración.

"Me conoces, sabes que en situaciones normales
jamás estaría aquí. Pero no sé cómo calmar mi
inquietud ¿Será que te perdí? Eso tampoco lo sé,
pero no he podido dejar de pensarte ni por un
segundo, desearía escuchar tu voz, ver tu silueta
corriendo por los pasillos. Sin ti la primavera
parece tan cruel e indiferente porque tú te has
robado los colores, dejándolos reposar celosamente
en tus ojos. No soy capaz de llorar, desearía tenerte
aquí ¿Lo desearás tu también? Terminaré
loco pero en realidad no estaría vivo si no
lo soy, porque en este mundo de locura deseo
vivir si así me sonríes de esa manera, porque
antes de comprender el nuevo significado de
vivir no estaba vivo, vivía muerto como
las flores en primavera sin ti."
A.B