El señor de las tinieblas, cansado de todo lo que su trabajo significaba, salía por las noches al mundo humano, solía visitar aquellos lugares que le llenarán en alma de paz, uno de esos era el orfanato, en el área de bebés.
Un día en el que salió m...
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Sobre una cama enorme, en una lujosa habitación, estaban los dos cuerpos desnudos de dos seres que no pertenecían a este mundo, sobre el cuerpo sensual del emperador del inframundo se encontraba la delicada silueta de la joven ángel, ambos habían cometido injuria contra sus propias leyes y reinos.
─ ¿Qué pasará cuando seamos descubiertos?, no podremos siquiera seguir existiendo, será nuestro fin, el mío más que todo, porque tú señor, eres el monarca y gran líder de tu reino ─preguntó la joven Hanielle.
─También seré castigado al igual que tú, la diferencia es que tu dejarás de existir, pero yo tendré que vivir la eternidad si ti, y eso será peor que la muerte del alma, querida mía ─dijo el gran Lucifer mientras abrazaba a su cuerpo a la hermosa ángel mientras la cubría con sus imponentes alas negras.
Eran los amantes que se ocultaban de la luz del día para no ser descubiertos por aquellos que le eran fieles al gran Yahveh, creador del todo, se amaban a pesar de sus propios miedos, a pesar de amar sus mundos y a los suyos, su amor desde el principio estaba condenado a un trágico.
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