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GRACIAS A LOS ÚTILES CONSEJOS DE LUNA, MILO TENÍA planeado invitar a Harry a algún tipo "cita". No una cita oficial, pues estaba respetando el que Harry aún no desarrollaba sentimientos, pero como el propio chico lo dijo, si estaba tratando de no echar a perder la oportunidad dada.
Claramente la cita sería algo secreta, pues su intención era realizarla en la Sala de Menesteres, la cuál hace no mucho había descubierto. La razón de hacerlo así, era que simplemente no quería mucho escándalo, porque, para cualquiera, sería una noticia de primera en el periódico ver a Harry Potter en una relación y más con un hombre.
Milo solo rezaba que el de anteojos no estuviera en su entrenamiento de Quidditch o, como la última vez, enfadando a Malfoy con los cientos de productos de los gemelos Weasley.
Se dirigió al Gran Comedor, pues la hora de la cena estaba cerca y esperaba ahí estuviera el chico, y si no lo encontraba obviamente lo regañaría por su incumplimiento de saltarse comidas.
Se sentó con sus amigas Luna y Cho a comer, conversando sobre como tenía planeado que fuera la cita.
—Me encanta que tengas el tiempo para una relación, yo gracias a los cargos de último año tuve que dejar prácticamente mi vida atrás —Chang hizó una mueca, moviendo su sopa con desinterés.
—¿Terminaste con Diggory? —preguntó Milo, sorprendido, pues Cho no les comentó nada.
—Le pedí un tiempo, pero, yo sé que no volveremos —expresó algo decaída y Luna le masajeó la espalda, en muestra de apoyo y consuelo.
El equipo de Quidditch de Gryffindor entró al Gran Comedor, todos con un aspecto cansado y sudados, por los que se encontraban cerca cambiaron de lugar.
—Ya vengo —avisó a sus amigas, dirigiéndose a la enorme mesa de los leones.
Milo, cuando vió a Harry, agradeció su boca seca, si no ya estuviera babeando por la imagen frente a él; Potter tenía algunos cabellos pegados a su frente, producto del sudor en su rostro, hacía muecas por el cansancio, a lo cual Milo pensó que era lo más hermoso que había visto nunca.
A pesar de su probable dificultad del habla que padecería al acercarse, llegó con el gryffindor, donde automáticamente este se abrió lugar y Hermione Granger también le dió espacio para sentarse.
—¿Cómo has estado, Milo? —preguntó Harry, poniendo un plato frente al chico.
—He estado muy bien, Harry, gracias, espero que tú igual —Harry asintió, posando su atención en el ravenclaw—. Quería ehm, invitarte a salir mañana —y antes de que Potter pudiera contestar, Clarke se apresuró a hablar—. No creas que lo considero una cita, en verdad estoy respetando el como te sientes, así que no quiero incomodarte.
Harry rió por la actitud nerviosa del chico.
—No te preocupes, Milo. Y sí, acepto —sonrió en grande al chico, provocándole bajar su mirada con nerviosismo—. ¿Comeras aquí?
—Oh no, gracias, ya comí en mi mesa —agradeció—. Nos vemos, chicos —se despidió también de los amigos de Harry, quiénes se despidieron con su mano.
—¡Oye, Milo! —el mencionado volteó con Harry— si es una cita.
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MILO ESPERÓ PACIENTEMENTE A HARRY FUERA DE la torre de gryffindor, durante el desayuno de ese día quedaron de acuerdo en los aspectos a pulir sobre la cita.
Cuando Harry salió, ambos se saludaron con un beso en la mejilla, caminando a la par hasta el lugar que Harry aún no sabía. Sus manos se rozaban, querían tomar la del otro, pero ninguno se atrevía.
—Aquí es Harry —Milo frenó y Harry parecía a punto de preguntar por el lugar, hasta que la gran pared abrió lugar a unas enormes puertas.
El par se adentró, mirando todo con interés; el lugar encontrado era de un cálido color beige, con un sillón en el medio, una televisión muggle frente a este. Se sentaron en el sillón, viendo algo que Milo puso, pues Harry no conocía mucho sobre eso, ya que en la casa de su padrino Sirius todo era muy anticuado y del mundo mágico.
Pasaron un rato agradable viendo la serie elegida por el ravenclaw, pero al aburrirse Harry un poco, se recostó con su cabeza en las piernas de Milo, quién se sobresaltó un poco, pero acarició el cabello azabache.
Harry se dejó hacer por Milo, quién miraba su rostro con dulzura, pues parecía a punto de quedarse dormido.
El gryffindor se reincorporó y abrazó la cintura de Milo, y se recargó en el hombro del chico, planeando dormir hasta la hora de la cena, y Milo no tenía problema con ello.
—Milo —habló Harry, con voz adormilada, debido a que estaba al borde del sueño.
—Dime —Milo pasó su brazo detrás de la cabeza de Harry, acariciando su nuca.
—Lo estás logrando.
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Traté de recrear el gif porq el otro se quedó en mi anterior celular, asi q tal vez x eso se ve raro.
Tmb las edades las modifiqué a +1 año de lo q deberian, debido a que tal vez en algún punto haya algún tipo de escena adulta, por lo que estos ya serían mayores de edad y no choque con las nuevas políticas de la app.
