𝗮𝗿𝗮𝗯𝗲𝗹𝗹𝗮 ✧ alejandra villarreal.

III

Amanda no parecía darse cuenta de la presencia de las hermanas Villarreal, así que ellas no le tomaron importancia, parecían disfrutar de su paseo entre hermanas, era agradable.
Alejandra tampoco dió señales de querer acercarse a ella, aunque muy en el fondo lo quisiera, no quería dejar a sus hermanas solas así como si nada, así que se quedó con ellas.

Al terminar sus bebidas, las tres chicas se levantaron de sus asientos y se retiraron tranquilamente del establecimiento, caminaron en silencio hasta topar con una pequeña tienda de discos. Paulina se emocionó notablemente.

—¡Hay que entrar! —exclamó con una sonrisa.

Las Villarreal aceptaron y entraron al local, había una gran variedad de discos y las hermanas se separaron en busca de ver algo que les llamara la atención. Alejandra no tenía muy en claro qué disco quería, estaba indecisa y comenzó a recorrer todas las secciones de discos, observó diferentes géneros, bandas, artistas, pero aún así no encontraba el indicado. Ya había recorrido la mayoría de pasillos de la pequeña tienda, la pelinegra cerró con pesadez sus ojos y volvió al apartado de K-pop, vió algunos discos de 'Twice' y sus manos tomaron uno de sus discos favoritos, 'Feel Special', sonrió para sus adentros y se lo llevó a la caja para pagarlo, encontrándose también con sus hermanas.

—¡Ale! —exclamó Pau—, pensé que te habías perdido —bromeó con una sonrisa.

—¿Yo? si tu eres la que se pierde —replicó con una sonrisa burlona, haciendo reír a Dany.

Paulina abrió su boca con asombro.

—¡Que grosera eres, Alejandra! —contestó.

Alejandra y Daniela rieron al ver la carita de enojo de su hermana. Las tres hermanas pagaron sus discos y dieron comienzo a su recorrido hasta el lindo hotel donde se encontraban hospedadas.

—Tengo hambre... —expresó Paulina.

—¿Por qué no dijiste antes? —se quejó la pelinegra—, ya estamos casi a la mitad de camino.

—Es que apenas me dió hambre —se rió.

Daniela sacó su celular y comenzó a buscar un lugar para comer.

—¡Lo tengo! —exclamó la rubia, ganándose la mirada de sus dos hermanas—, ya encontré un lugar para comer, está cerca de aquí —sonrió.

Paulina festejó brevemente y Alejandra sonrió con gracia al ver a su hermana.
El celular de la pelinegra vibró, ella lo sacó del bolsillo de su pantalón y lo tomó entre sus manos, encendiéndolo. Era un mensaje de Amanda, se quedó mirando la notificación unos segundos, debatiendo si debería contestar o no, hizo una pequeña mueca, y al final optó por guardar su celular de nuevo. No respondió a su mensaje.

[...]

Ya de vuelta en su habitación de hotel, Alejandra se quitó sus tenis y se puso cómoda, posterior a eso, se sentó en su cama, nuevamente estaba pensando en el mensaje de la chica, no estaba segura de responder, por alguna razón no quería, y era raro, normalmente siempre le contestaba sin problemas, pero ¿por qué hoy era diferente entonces? no lo llegaba a comprender y eso la frustraba de cierta manera, siempre trataba de buscar la respuesta  y era frustrante que no la supiera.
Sabía que debía tomar una desición, pero realmente no quería decidir; tiró su cuerpo restante en el colchón y una vez más cerró sus ojos con molestia, tratando de sentir un poco de paz en el momento.

«No quiero responderle, pero tampoco quiero dejarle de hablar y no darle explicaciones, aunque creo que ella lo entendería, sabe que estoy algo ocupada, y tal vez si le doy una excusa... no, eso podría crear un problema si se entera de la verdad, ¿pero entonces que hago?»
Sus pensamientos salían de manera veloz, le era imposible tener una buena razón para dejarle de hablar, porque ella sabía que no había razón para ello.
Respiró profundamente en un intento de alejar su torbellino de pensamientos, volvió a tomar su celular entre sus manos y conectó sus audífonos a éste, colocando algo de música y sintiendo cómo poco a poco la tranquilidad se adueñaba de su cuerpo y mente.

—Hasta qué... —suspiró ligeramente.

Quizás no era precisamente el mejor día de su vida, pero nada que la música no pueda arreglar. Dejó salir una sonrisa diminuta y se acomodó mejor en su cama, ya no tenía nada más que hacer, así que, ¿por qué no dormir un poco? tal vez así no pensaría tanto.

ੈ✩‧₊˚
hi everybody-
ODIÉ CON EL ALMA ESTE CAPÍTULOOOO
lo q más odio de ser escritora es q me llegan ideas pero de q, no siguen el orden cronológico y luego se me olvidan 😾😾
En fin... OTRA VEZ SIENTO Q ESCRIBO DE LA VERGA Y ME ESTÁ DANDO INSEGURIDAAAD
me voy a jubilar de la vida ok