-Yo soy la reina! La Sultana Hürrem y nadie puede desafiarme, pagarás caro está traición!
«Lloraras lágrimas de sangre y vas a Rogar para que me detenga».
Por fin llegué a mi lugar seguro, mis aposentos, sentí unas grandes ganas de vomitar, y rabia hatun se acerca y coloca el embase de hierro frente a ami.
Lágrimas, las que estuve aguantado toda la noche por fin, fueron libres, Genial lloraba mientras vomitaba.
- Tranquila...- rabia pasa su mano por mi espalda
Haciendo que libre mucha presión. Otra mujer...Otra mujer.
- Esa mujer está embarazada..- dije entre Gimoteos
- Lo lamento..- susurra rabia
Yo, cómo la gran sultana que era, decidí que no era momento para llorar, tome una servilleta y limpie mis labios.
Sin poder evitarlo otra lágrima recorrió mi mejilla, la seque rápidamente...Y me acerque al espejo.
Las puertas de mi habitación fueron abiertas, por el reflejo del espejo pude ver quién era. El Sąh.
- Su majestad. - me reverencio
- Mi sol sonriente. - se acercó a mi y beso mi mejilla.
Y nos abrazamos, mi corazón estaba tan enamorado, que sin querer...Lo he perdonado.
- Estuviste increíble está noche. - Susurro..- Reaccionaste de la mejor manera.
Yo solo sonreí.
- por ello, Se que no me he equivocado al entregarte mi corazón. - dijo para luego besar mis labios.
No podía negar que me dolía, también era un ser humano. Una lágrima cayó, el se apresuró a no dejarla caer, la seco y Susurró.
- "Tus lágrimas son preciadas para mí pues son la prueba de que sientes, de que tu corazón late fuerte y que el amor nunca se va de ti.
No llores en soledad, mi bella flor, deja que tus lágrimas caigan en mis manos y juntos busquemos la luz del sol, que disipe la oscuridad de tus sueños profanos.
Sí el dolor te hace llorar, no te avergüences de mostrarlo, yo estaré aquí para secar cada lágrima que en ti caiga como un charco.
No te escondas tras la máscara falsa, de alguien que no siente dolor muestra tu fragilidad ante mi, no hay impaso que no podamos saltar juntos, en nuestros amor.
Cada lágrima que cae de tus ojos es una gota más de nuestra conexión, mis dedos son esponjas de tus enojos y tus penas, Calderín de mi inspiración.
Juntos caminemos en este sendero donde las lágrimas sean sal de nuestra piel yo estaré siempre aquí, tu guardian sincero cuidando de tu corazón, haciendo que sea fiel.
Tus lágrimas son mi tesoro, cada una tiene su valor no dejes que el dolor te consuma, pues siempre estaré aquí, al lado de tu amor"
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