Capítulo 1

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Ser virgen ya no tenía ninguna gracia en la actualidad.

Pero Jennie Kim estaba dispuesta a cambiar su situación.

La cuestión era....... ¿Quién iba a ayudarla a deshacerse de su cinturón de castidad? No había muchas candidatas de dónde elegir.

A través de los cristales del escaparate de su restaurant, Jennie observó a las personas de la ciudad que paseaban, aquella bonita mañana de primavera.

Con mirada calculadora, se fijó en las chicas que pasaban por la estrecha calle principal.

Primero vio a Seulgi, una gran modelo, de camino a la farmacia en frente de su restaurant.

Se detuvo un momento para saludar a Mina, madre de cinco niños y casada con Chaeyoung

Jennie tembló.
Cuando pasó rápidamente Kai con su patineta. Un vándalo, delincuente de dieciocho años.

Luego paso Irene, una chica joven con determinación. Se presentaba una vez más a la candidatura de alcaldesa.....
¿Quién se fiaba de la política?

Y pasó por la calle Lalisa Manoban.
Jennie suspiró. Continuó mirándola mientras se acercaba a la heladería.

Lisa una chica encantadora alta, con pantalones vaqueros gastados y blusa de manga corta color amarillo, cabellos rubios revueltos y ojos mieles delicados.

Pero la única chica de la que Lisa se fiaba era de una pequeña llamada Lily.

Justo en ese momento, la pequeña niña corrió hacia Lisa y le agarró la mano.

Lisa bajó la mirada y dedicó a la niña pequeña una de esas desacostumbradas, pero increíbles, sonrisas.

Una pena que Lisa no estuviera interesada.

-¡Vaya suerte la mía! -murmuró Jennie para sí-. Ahora que, por fin, estoy dispuesta a dar un gran paso en mi vida, no puedo encontrar a nadie con quién compartir esta etapa.

En el pasado, cuando aún estaba estudiando en el instituto, Jennie tomó la decisión de permanecer virgen hasta el día de su boda; Por aquel entonces, le pareció una buena decisión.

Sin embargo, no había contado con ser la única virgen del país de veintisiete años de edad.

Había imaginado que acabaría sus estudios, encontraría una pareja, se casaría y tendría hijos.

Un sueño muy conservador para esta actualidad, pero ella había nacido y se había criado con principios, en una pequeña ciudad donde la gente aún hacía concursos culinarios con el fin de recaudar fondos para la escuela, donde los vecinos se preocupaban unos de otros y donde se dejaban las puertas de las casas sin cerrar, sin seguro.

Donde las buenas personas eran más fáciles de encontrar que el chocolate bajo en calorías.

Y ahí estaba ella, diez años después de salir del instituto, tan pura como el día en el que nació.

La cuestión de la virginidad había perdido su encanto; Sobre todo, ahora que sus dos hermanas estaban casadas y con un niño cada una.

Se había dicho a sí misma una y mil veces que ya encontraría a la persona indicada apropiada para ella, pero últimamente había empezado a dudar si encontraría a alguien que la amara para toda la vida.

Además, tenía buenos atributos era la clase de mujer que dejaba a todas las personas sin respiración con solo la mirada.

Sus hermanas eran altas y guapas. Ella era bajita, directa y muy obstinada.

Se le daba muy mal coquetear con otras personas, era demasiado honesta al hablar y si algo no le gustaba lo decía sin más y el negocio no le dejaba tiempo para ir a bares ni a discotecas a buscar citas.

Lo que la había hecho reconsiderar su situación fue la aparición de Rebecca Armstrong más conocida como Becky en su pastelería el día anterior.

Becky, la chica a la que Jennie había cuidado cuando sus padres salían por las noches, iba ya a casarse; había ido a la pastelería a encargar su pastel de boda.

A los diecinueve años de edad, Becky ya había encontrado su felicidad junto a otra chica, y se las veía muy felices a las dos.

Fue eso lo que le hizo cuestionarse su virginidad. ¿Para quién la estaba reservando? Al paso que iba, acabarían enterrándola «Intacta». Muy deprimente...

Por eso estaba decidida a abandonar las filas de las personas puras.

Por supuesto, había discutido su decisión con su mejor amiga, Jisoo, el día anterior durante el almuerzo.

-¿Que Becky Armstrong va a casarse? -dijo Jisoo con sorpresa dejando su pollo frito a un lado-. Sabes aún me acuerdo de cuando esa niña aún no sabía abrocharse los pasadores de los zapatos.

-Sí, ya lo sé. es muy joven hace que me sienta vieja.

-Debe de ser humillante para ti -comentó Jisoo, y bebió otro sorbo de su espumosa copa-. Becky va a casarse y tú aún pura como la nieve.

Vaya, gracias Jisoo -contestó Jennie-. Ahora me siento mucho mejor.

-Perdona.
Kim Jisoo, de lindos ojos y cabello negro, parpadeó.

Jisoo era una persona sumamente fiel, divertida, impaciente y lo suficientemente creativa como para haber montado una empresa de tarjetas de felicitación que dirigía desde su casa.

También era madre de una niña de seis meses, la niña más encantadora del país, y estaba casada con una hermosa modelo reconocida de la ciudad, una mujer que la adoraba.

-¿Cuándo es la boda? -preguntó Jisoo.

-La semana que viene -contestó Jennie-. El sábado.

Dos cejas rojas se arquearon.
-Qué rapidez, ¿No?

-Sí -Jennie agitó su bebida que tenía en su mano-. Y déjame contarte que Becky no me parecía tener muy buen aspecto, la he visto un poco pálida.

Jennie sonrió y sacudió la cabeza.
-¿Vas a decirme que la envidia te corroe Kim?

-No -Jennie suspiró y se recostó en el respaldo del asiento-. Es solo que hace nada de tiempo solía quedarme a cuidar de ella por las noches cuando sus padres salían, y ahora ya se va a casar.....

-Bueno, ya sabes que me encanta decirte «Te lo había dicho» -dijo Jisoo-. Pero esta vez no voy a hacerlo. Lo único que voy a decirte es que ha llegado el momento de que hagas algo, Jennie. Sabes perfectamente que la mayoría de las personas evitan a las vírgenes; Las consideran demasiado románticas, y creen que lo único que quieren es cortarles las alas.

-Es verdad.

Por lo tanto, para encontrar a su pareja perfecta, tenía que deshacerse de su virginidad. Una mujer con experiencia tendría más suerte que una novata.

Jennie suspiró.
-Lo que tengo que hacer es dejar de ser virgen.

-¿No llevo años diciéndote precisamente eso?

-Hace cinco minutos que has dicho que no me ibas a decir «Ya te lo había dicho».

-Perdona -Jisoo alzó una mano y juró solemnemente no volver a hacerlo-. Nunca más te diré que te ha llevado demasiado tiempo llegar a la conclusión de que debes vivir la vida pero con responsabilidad. Sin embargo, es mejor que te busques una persona de aquí de tu entorno. Con las personas de las grandes ciudades nunca se sabe.

-Jisoo pero si tú te enamoraste de una chica de una gran Ciudad de Nacionalidad Neozelandesa.

-De mi no estamos hablando Jennie, pero te estoy dando mis consejos mírame yo ya tengo pareja y familia.

Jennie sonrió. Si había algo en la vida de lo que podía estar muy segura era de la honestidad y ocurrencias de su mejor amiga Jisoo. Siempre decía lo que sentía y era muy leal.

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Gracias por leer ✨🥰

Nueva Adaptación, espero les guste esta nueva Historia ✨

Flechazo Directo al Corazón (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora