Flechazo Directo al Corazón (Adaptación Jenlisa G!P)

Capítulo 6

—¿De qué demonios estás hablando Jennie?

—Soy virgen.

—¿Que eres virgen?

Ahora, por fin, había logrado toda la atención de Lisa.

Instintivamente, Lisa había dado un paso atrás como si sintiera una absoluta necesidad de mantener las distancias.

—Grita más, que no se escucha, creo que no te han oído ahí dentro Lisa -entonces, Jennie se echó a reír, pero sin humor-. ¡Y deberías haber visto cómo me has mirado! Todas las personas reaccionarian delante de una virgen como los vampiros a la luz.

Jennie se volvió y, dándole la espalda a Lisa, reemprendió el camino hacia el aparcamiento.

—Típico de las personas idiotas. Cuando oyen la palabra «Virgen» dan un salto como si las estuvieran apuntando al pecho con una pistola.

—Yo no he dado un salto.

—¡Ya!

Lisa la siguió y, cuando le dio alcance, la agarró del brazo y la hizo girar de cara para quedar frente a frente.

Entonces, se pasó una mano por el cabello y trató de concentrarse.

Había supuesto que en la actualidad ya no había vírgenes de más de viente años.

—Jennie, me has sorprendido, nada más.

—Sí, claro -dijo Jennie en tono sarcástico, alzando los ojos hacia Lisa-. En fin, la cuestión es que estoy tratando de encontrar a alguien que me ayude... a superar mi problema.

—¿Sehun? -preguntó Lisa perpleja-. ¿Has elegido a Sehun?

En vez de Jennie responder a Lisa la pregunta, ella le hizo otra.
—Tengo buen aspecto, ¿No?

Lisa la miró de arriba abajo.
—Sí, desde luego.

—Soy razonablemente inteligente.

—Eso creía.. hasta hace unos minutos.

Jennie le dedicó una sonrisa a Lisa.
—Así que... superar mi problema no debería ser difícil, ¿Me equivoco?

Lisa no estaba tan segura de eso.
Por lo que a ella se refería, no iba a acercarse a una virgen. Porque para Jennie, el sexo podía tener más importancia de la debida.

Implicaría poner una cerca blanca alrededor del jardín, cenas familiares,
una verdadera familia... No, no quería formar parte de eso.

No iba a caer en esa trampa...
Jennie era una mujer encantadora y, desde luego, llenaba ese vestido negro Chanel a la perfección, Lisa se mira a así misma y recalca que no era la mujer adecuada para Jennie Kim.
Ni para nadie...

—Jennie.....

—Has dicho que ibas a ayudarme.

El pánico se apoderó de Lisa.

—He prometido ayudarte, pero no.....

Sin prestarle atención, Jennie se le acercó y la agarró de las solapas de la chaqueta; después, se puso de puntillas y la miró directamente a los ojos.

—No quiero acabar siendo una vieja solterona. No quiero acabar con un montón de gatos. Quiero sentirme querida. Quiero una familia. Quiero....

A pesar de la oscuridad, Lisa la vio empalidecer.

—¿Te encuentras mal?

—Oh -dijo Jennie con voz queda, soltándola y llevándose una mano a la boca-. No me encuentro muy bien.