Capítulo 15

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Lily estaba profundamente dormida y le había bajado la fiebre.

Pero Jennie se negaba a marcharse.

Lisa la observó desde la puerta y, bajo la suave luz de la mesilla de noche, estaba... guapísima.

La tensión la hizo agarrar con fuerza el marco de la puerta mientras se permitía el lujo de pasear la mirada por el cuerpo de la chica de mirada felina.

Ahora, Jennie tenía los pantalones y la blusa arrugada y manchada se había pasado las manos tantas veces por el cabello que se había tornado en una revuelta masa de perfección, y sus ojos gatunos se veían cansados y angustiados.

A pesar de ello, el deseo volvió a apoderarse de ella, pero se trataba de algo más que una reacción a la belleza de Jennie.

Se trataba de una reacción a la clase de persona que Jennie era, a cómo había cuidado de Lily, a cómo le había leído cuentos hasta casi aprendérselos de memoria.

Su deseo se debía a haberla visto constantemente durante dos semanas.

Se debía a las flores que había en la casa, a la risa que había alcanzado a todos los rincones de su hogar, a la calidez que se le había agarrado al corazón por mucho que intentara combatirla.

Pero sabía que no podía aliviar ese deseo porque no podía darle a Jennie lo que ella quería.

No podía correr ese riesgo.

De tratarse únicamente de su propia felicidad, quizá se rindiera; Pero tenía que pensar en Lily y protegerla contra otro posible abandono..... aunque ello significara negarse a sí misma a la chica que deseaba con todo su ser.

Como si hubiera sentido su mirada, Jennie alzó los ojos a ella.

Cuando sus ojos se encontraron, Lisa se dio cuenta de que se había metido en un verdadero lío.

Jennie se levantó, se agachó para acariciar la cabeza de Lily, volvió a enderezarse y empezó a avanzar hacia la Tailandesa.

Lisa se apartó de la puerta mientras ella se aproximaba.

Cuando Jennie pasó por su lado, la rozó y el cuerpo entero se le encendió.

Sacudió la cabeza, lanzó una última mirada a su hija y siguió a Jennie hasta el cuarto de estar.

Jennie continuó andando hasta detenerse delante de la ya fría chimenea.

En la pared había unas fotos enmarcadas; la mayoría eran de Lily, pero había otras.

—¿Son estos tus padres? -preguntó Jennie sin volverse.

—Sí -respondió Lisa, parándose a unos cinco pasos de ella.

No estaba de más seguir manteniendo la distancia

—Viven en el Norte, cerca de unas montañas.

—Es una zona muy bonita -dijo Jennie acariciando el marco de roble-. ¿Y esta quién es?

—Mi hermana -respondió Lisa metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón-. Vive con su familia en la Montaña.

—Viven lejos ambas de su familia. ¿Verdad?

—Sí, así es.

Nunca habían sido una familia unida.

Por supuesto, se veían de vez en cuando y se mandaban mensajes electrónicos, pero no eran una familia unida.

—Es una pena -comentó Jennie con voz queda, pensativa-. A veces, mi familia me vuelve loca, pero no puedo imaginar vivir sin tenerlos a todos cerca.

—Yo tengo a Lily.

Flechazo Directo al Corazón (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora