Capítulo 5

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Las sesiones de entrenamiento para su tapadera con el Agente 11 en la siguiente semana fueron bizarras y educativas. Resultaban fascinantes de una forma en la que las lecciones tradicionales de Renjun no lo eran. El Agente 11 destruyó a fondo la mayoría de las nociones preconcebidas que Renjun tenía acerca de la vida de un espía secreto.

—Antes que nada, olvida todo lo que has visto en las películas de espías —decía el Agente 11, ensamblando el rifle en sus manos con eficiencia calmada y practicada. —La mayoría del tiempo, no participamos en persecuciones llenas de adrenalina, explosiones y tiroteos, mayormente, serás discreto, mezclándote y recolectando información desde dentro de cualquier organización criminal a la que te han ordenado infiltrarte. No es nuestro trabajo usar pistolas, existen otras divisiones para eso.

—¿Realmente estás diciendo que nunca has tenido misiones para asesinar? —cuestionó Renjun, sin molestarse en ocultar su escepticismo.

—No —el Agente puso el rifle en un bipod montado en la parte delantera, viendo a través de la mira telescópica y haciendo pequeños ajustes a los detalles. —Estoy diciendo que cuando me ordenan asesinar, es silencioso y discreto, sin explosiones involucradas. Pero las misiones de eliminación son bastante raras, no es nuestro trabajo principal.

—¿Entonces cuál es nuestra labor principal? —consultó Renjun, confuso. —¿La infiltración?

Cuando el agente no respondió, Renjun se dió cuenta de que tenía que ponerse protectores auditivos porque estaba a punto de disparar. Rápidamente, Renjun se los colocó y miró el rostro concentrado del Agente 11. Finalmente, el otro hombre disparó, y el sonido fue ensordecedor incluso con los protectores. El retroceso del rifle se resistió en su hombro, pero el Agente 11 ni siquiera parpadeó, acertó al blanco en el centro. Apoyó el rifle en su hombro, sus manos acariciaron el cañón mientras se ponía en posición, tras lo cual el Agente 11 disparó varias rondas en una rápida sucesión, esta vez sin ninguna preocupación por la puntería, aún así, acertó en el blanco.

Lamiendo sus labios, Renjun trató de pensar en algo asqueroso. No, no estaba excitándose al ver a un chico atractivo manejar un arma. Nop, nop, nop. Pero podía ser posible un fetiche por esas habilidades.

—¿Qué estabas diciendo? —consultó el Agente 11, quitándole los protectores a Renjun y luego los suyos. Resultó toda una lucha recordar de qué estaban hablando.

—Um —dijo Renjun, muy inteligentemente. —¿Cuál es nuestro trabajo, entonces?

—Nuestro trabajo principal es mirar a alguien a los ojos y mentir. Debes ser capaz de mentir tan bien que puedes engañar incluso a alguien que te conoce para que piense que tú no eres realmente tú.

Renjun miró intencionadamente al rifle que el agente estaba desarmando.

—¿Para qué necesitas esa cosa, entonces?

—Porque las cosas raramente van a la perfección, sin importar cuán bueno seas. Por supuesto, si eres un mentiroso, podrías ser capaz de improvisar y hablar para salirte del problema en vez de recurrir a la fuerza bruta. Es siempre preferible, pero no siempre posible —el Agente 11 alejó el rifle y miró a Renjun atentamente—. ¿Estudiaste tu tapadera para la misión?

—Por supuesto.

—¿Crees que la entiendes?

Renjun asintió después de algo de vacilación; había hecho su investigación y había sido muy concienzudo, pero la mirada evaluadora del Agente 11 lo estaba haciendo cuestionarse.

—Ya veremos —dijo levemente el Agente 11, llevando a Renjun fuera del campo de tiro y entrando a la habitación vacía más cercana. Cuando la puerta se cerró tras él, habló. —Desnúdate.

【𝖚┃ 𝖕┃ 𝖉 】||ɴᴏʀᴇɴ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora