Capítulo 27

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Jeno regresó a su habitación de hotel muy tarde después de un largo día de negociaciones, sólo para recibir una llamada de la oficina central. ¡Qué manera perfecta de terminar un día ya de mierda! Hizo su habitual barrido de la habitación, revisando todas las superficies y mirando debajo de la cama, antes de que finalmente respondiera la llamada.

—Jeong Jaehyun tuvo una reunión con Dong Sicheng anoche —le informó Victoria, sin molestarse con detalles sociales. —No pudimos escuchar su conversación, porque parece que Jeong tenía protección, tal vez sospecha de nuestra implicación. Quizás tu cubierta haya fracasado.

—O tal vez es una precaución normal en él —repuso Jeno con su tono tan casual como el de ella. —Las personas como Jeong son demasiado inteligentes para verse expuestos de manera alguna.

—Tal vez —admitió. —Sin embargo, finalmente tenemos un contacto entre Jeong y Dong Sicheng, pero tú no estás disponible porque tienes una reunión de negocios en Japón, de todos los lugares. ¿Aún recuerdas cuál es tu trabajo principal, agente?

Jeno apretó los labios.

—Soy jefe de departamento de la mayor compañía financiera del país, señora, parte del control de mi trabajo no es una opción; a menos que haya estado en mi lecho de muerte, no hubiese habido forma de que haya podido evitar asistir a esta reunión cuando el posible acuerdo vale miles de millones, y eso, precisamente, habría estropeado mi tapadera.

—Entonces no debiste haber aceptado el ascenso a jefe de departamento —alegó Victoria—, se suponía que era una cubierta fácil para ti; en ningún momento era de suponerse que iba a poner en peligro tu disponibilidad para las misiones. Primero eres un agente del MI6 y un hombre de negocios en segundo lugar, y no al revés.

—Lo sé, señora —respondió Jeno con irritación. —¿Eso es todo?

Victoria cortó la llamada, y Jeno resistió el impulso de romper algo.... Maldita sea. Se desabrochó la camisa y se dejó caer en la cama, estirando sus rígidos músculos. No era como si no fuera consciente de que últimamente los malabares entre sus trabajos se habían vuelto cada vez más difíciles; quizás Renjun tenía razón y debía renunciar. Jeno suspiró.

Renjun... Había estado en Japón durante cinco días y el chico siempre había estado en el fondo de su mente, causando una sensación vaga e insatisfecha que no iba a desaparecer sin importar lo que él hiciera, como un picor persistente bajo su piel; se preguntó qué estaría haciendo Renjun en ese momento. Era poco después del mediodía en Londres, debía estar en casa.

Perdiendo la pelea consigo mismo, Jeno tomó su teléfono; Renjun respondió en el segundo timbre.

—Hey —dijo con su voz cálida, brillante y feliz... Feliz de escucharlo. Jeno se encontró sonriendo, sus hombros perdieron la tensión por primera vez ese día.

—Hola.

—Suenas cansado.

—Un poco —admitió Jeno, cerrando los ojos; si ponía a trabajar su imaginación, casi podía engañarse a sí mismo pensando que Renjun estaba lo suficientemente cerca como para tocarlo. —¿Cómo van tus estudios?

—¿De verdad quieres que hable sobre eso? Es aburrido.

—Realmente no me importa de qué hables —reconoció Jeno. —Sólo háblame; puedes recitar la lista de la compra si quieres.

Renjun hizo un ruido comprensivo.

—¿Las negociaciones van tan mal?

—No es nada que no esperase, pero sí, ha sido un día largo y todo lo que quiero ahora es a ti.

【𝖚┃ 𝖕┃ 𝖉 】||ɴᴏʀᴇɴ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora