[ Mate Y Atole ] Messi × Ochoa 🧉

[ Chile 7-0 México ]

-Ya llegó por quién lloraban cabrones- Guardado fue el primero en llegar al vestidor aunque no a tiempo para rescatar a Ochoa

- Buenos días Guardado, ¿No quieres ir por unas protes?- Rafa se notaba serio e intentaba sacar a Guardado de los vestidores

- Nah, gracias capi ya me tomé una de vainillita- Guardado tomó una toalla y se dispuso a entrar a las duchas

- ¡Guardado! ¿Qué haces? No te bañes a esta hora, es muy temprano-

- Mi cuarto no tiene agua caliente así que no me e podido bañar desde ayer-

-¡Espera! No entres aquí tampoco hay- Rafa se sentía acorralado, si Guardado entraba a las duchas sería su fin

- Ya así Rafa, no quiero seguir estando marrano- Guardado tomó sus chanclas, su shampoo y entró a las duchas

Guardado solo pudo dejar caer su shampoo que comenzó a irse lentamente por el desagüe.
Estaba horrorizado; Ochoa se encontraba sentado en el suelo de una ducha, solo, lastimado, con la mirada perdida y solamente lo cubrían algunos trozos de ropa.

- ¡OCHOA! Dios mío, ¿Qué te pasó? ¿Te caiste? ¿Estás bien? ¿Estás borracho?- Guardado abrazó a Ochoa y le removió el cabello que tenía en la cara.

- ¡Tranquilo Memo estarás bien!- Guardado cerró la ducha y cubrió a Ochoa con sus toallas

- ¿Qué demonios te pas...- Guardado secaba a Ochoa pero notó mordidas, marcas por todo su cuerpo y un leve sangrado

- ¡HIJO DE PUTA VEN ACÁ AHORA MISMO!- Guardado se paró lo más rápido que pudo para ir tras el agresor de su mejor amigo, sentía unas ganas inmensas te estrangularlo

-n..no Guardado, déjalo- Aunque Ochoa estaba así de grave por Rafa no dejaría que Guardado le hiciera daño

-¿Qué chingados dices Memo? ¡ESE CABRÓN!
te hizo algo horrible, ¿Cómo es que lo quieres perdonar?-

- Vamos a tener un partido en unas horas... Mejor ayúdame a pararme debo entrenar-

-¿QUÉ? No puedes salir a la cancha en este estado-

- No tengo nada Guardado solo me caí- Ochoa se puso en pie con apoyo de Guardado y tratando de cubrir su desnudez con toallas

- Ajá "caí"- Guardado miró atentamente las marcas que Ochoa tenía en el cuello

- Yo aprecio tu ayuda Guardado pero no es tu asunto y si me respetas dejame encargarme de esto yo solo- Ochoa salió a los vestidores, tomó algo de ropa y se fue

Se sentía un objeto, Rafa había abusado horriblemente de él pero aún así lo seguía amando. Sentía que talvez era su culpa que Rafa hubiera abusado de él, después de todo él había iniciado la pelea.

Aún con el extremo dolor que Ochoa sentía en todo el cuerpo decidió jugar aquel partido de Copa América contra Chile. Su rendimiento en la cancha solo podía ser comparable a su estado emocional.

Ochoa acaba de tener la peor goleada de su carrera, el hombre que había amado por 10 años abusó de él y descubrió que su relación había sido completamente falsa desde el primer momento solo porque Rafa lo veía como un objeto y no como a alguien quien amar.

Ochoa salía del estadio mientras todo el mundo lo abucheába, le arrojaban vasos, botellas, comida pero ya nada lo podía lastimar más.

Comprendió que nadie jamás lo amaría por lo mucho que él se esforzara, descubrió que el amor no existía y cerró su corazón para siempre.

Entendió que el mundo giraba al rededor del sexo por lo que comenzó a estar con muchas personas tratando de olvidar y borrar el rastro de las marcas de Rafa.

Si quería atención las personas solo se la darían con el sexo, por lo que entendió que solo lo valorarían por el placer que podía causar. Si no podía tener sexo con alguien sentía que era porque causaba asco, justo como Rafa le dijo.

-¿Guille? Ya llegamos al hotel, ¿Estás despierto?-Messi toco suavemente la pierna de Ochoa para intentar despertarlo

Ochoa se había quedado dormido llorando.

- Ay.. Disculpa Messi supongo que es el vino- Ochoa ya ni siquiera podía llamarlo Lio por la vergüenza que tenía ante él

- Ah... Si no te preocupes- Messi sabía que algo estaba mal pero tenía muy poca experiencia como para averiguar qué

-Guille recuerda que tu pantalón sigue mojado así que tendrás que entrar en ropa interior al hotel- Messi giró su espalda hacia el asiento trasero y le dió a Ochoa su pantalón

- Disculpa por manchar tu pantalón te daría el mío pero no creo que sí quiera te quepa una pierna- Messi sonrió levemente esperando una sonrisa por parte de Ochoa pero nada pasó

-¿No es algo riesgoso que entre en ropa interior?- Ochoa dijo en voz baja y mirando al suelo

- Son las 3 de la mañana no tendría porque haber nadie- Messi salió del auto para abrir la puerta de Ochoa

- Gracias Li... Messi- Ochoa sentía su alma quebrada al sentir que Messi lo rechazaba y decidió marcar distancia

Ochoa y Messi ya no podían usar los pasillos de personal debido a que se encontraban cerrados así que tuvieron que entrar por la entrada regular.

Entraron caminando por el lobby y efectivamente no había nadie pero no sé percataron de las cámaras de seguridad que tenían una vista comprometedora. El portero de México llegando semi desnudo después de haber salido por varias horas con el legendario Lionel Messi.

Messi llevó a Ochoa hasta su respectiva habitación.

- Fue muy especial para mí Guille- Messi se encontraba frente a la puerta de Ochoa apunto de dejarlo pasar
-Pero... Olvidaste algo en la guantera- Messi saco de su espalda como por arte de magia el lirio blanco y se lo volvió a dar a Ochoa

Otra vez estaba esa horrible sensación en el cuerpo de Ochoa que le erizaba la piel.
Ya no quería ser más grosero así que la tomó sin importar sus sentimientos.

- A.. Adiós! Te hablo mañana Guille muchas gracias por todo- Messi dió un besito en la mejilla de Ochoa y espero a que esté entrará a su habitación para irse

-¿Qué tanto pasó Memo? Cuéntame todo- Vega se paró inmediatamente al notar la llegada de Ochoa a la habitación

Ochoa solo pudo entrar a el baño se encerró en el, se tiró al suelo y comenzó a llorar.

- OCHOA! Dios mío, ¿Qué te pasó? ¿Te caiste? ¿Estás bien? ¿Estás borracho?- Vega tocaba y tocaba con más y más fuerza la puerta

Esas eran las mismas palabras que Guardado había usado cuando Rafa abusó de Ochoa, algo que solo lo hizo llorar más y más.

Vega rompió el cerrojo de la puerta y al entrar vió a un Ochoa destrozado sentado en una esquina del baño junto a una flor maltratada.

Pero Ochoa no estaba bien, tenía una pequeña navaja en la mano y estaba apunto de cortarse mientras las lágrimas invadían su rostro.