[ Desastre ] ◇

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Messi abrazó a Julián y le dio un besito en la frente.—No te desanimes Juli... ¡Metiste gol que fue lo importante! Sigamos jugando ¿si?—

Julián se limpió el rostro con las muñecas y aceptó el abrazo de Messi.

El partido aún no finalizaba, quedaban aun 10 minutos por jugar por lo que todos se volvieron a colocar en sus sitios.

El ambiente había cambiado, tods esa energía positiva ahora era una negatividad asfixiante.

Nadie entendía porque, inclusive algunos aficionados mexicanos estallaron contra Ochoa arrojandole cervezas o platos.

No.. no como en 2016... no otra vez.

Ochoa se sorprendió y un pedacito de su corazón se rompió.. su gente.. no le podían hacer esto..

Trató de ignorarlos concentrándose en el campo.

Había tanto ruido en el estadio que era indistinguible las palabras de aquellos aficionados pero era obvio que no sería nada bueno...

Ochoa entendía en descontento, estaban perdiendo 2 a 0 pero jamás..  jamás... lo habían lastimado de esa manera.

Messi en cambio no se percató de nada, estaba al centro del campo lo que lo aislaba de la afición.

Nada relevante pasó en los últimos minutos de juego, solo era México dando patadas de ahogado y dejando la poca de alma que les quedaba en aquella cancha.

Hasta que... al 95' el último minuto de juego un pequeño hombrecito se fue adentrando por el área Argentina.

Esquivaba y se movía como si sus pies de nubes se tratasen y el balón un suave roció de aire.

Todos los aficionados se pusieron de pie para distinguir de quién se trataba... era Andrés Guardado.

Varias lagrimas comenzaron a correr en las mejillas mexicanas, era su última oportunidad no para un empate pero si para un resultado digno.

Desde el otro lado de la cancha Guillermo gritó lo más fuerte que pudo generando algo de eco con sus guantes.

—¡DALE PRINCIPITO!—

El ruido en el estadio era demasiado pero por alguna razón esa frase llegó a los oídos de Guardado dándole fuerza en su zurda.

Tres argentinos corrían detrás de Guardado en búsqueda de esa preciada pelota, el Dibu ya estaba posicionado para brincar en el momento adecuado.

Varios jugadores se le barrian pero parecía que alguna extraña fuerza no permitía que tocaran a Guardado.

Aún ni anotaba el gol pero para el esa anotación ya tenía dueño "Guillermo Ochoa".

Llegó el momento de patear.. el estadio se silenció, aquel segundo se sintieron como años.

Cuando su pie estaba apunto de pegar en el balón una gran fuerza lo golpeó en las piernas haciéndolo caer al suelo entre tanto dolor.

Un grito agonizante le salió desde el fondo de sí mismo dejando una sensación de ardor por toda su garganta.

La caída fue lenta y dolorosa, unos tachones se le incrustaron en la pierna derecha.

Al estar en el suelo unas enormes luces lo dejaban ciego, se llevó las manos a el rostro tratando de opacarlas.

¿Quién demonios se le había barrido así? ¿Montiel? ¿Otamendi? ¿Acuña?

Esperaba ver un tono albiceleste a su lado pero lo que vió lo hizo hervir en rabia.

A su lado... Hector Herrera, el responsable de arruinar su gol.

[ Mate Y Atole ] Messi × Ochoa 🧉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora