[ Mate Y Atole ] Messi × Ochoa 🧉

[ Llegada ]

Una aeromoza golpeó con delicadeza el hombro de Guardado.

—Señor... ya debe de despertar, estamos por llegar—

Andrés abrió los ojos lentamente mientras la luz se asentaba en el fondo de sus pupilas.

—Si señorita... ya voy...—dijo tallandose los ojos

Al intentar subir el brazo izquierdo un peso se lo impidió, estaba atrapado con algo. Giró la mirada de inmediato y se percató que se trataba de Vega.

—Un ratito más...—dijo Alexis suavemente mientras abrazaba el brazo de Guardado

—¡Alexis respetame! ¡Yo no soy un hombre fácil!—alegó sonrojado

—Esque estas bien pachoncito y calientito... un ratito más...—

Guardado se notaba bastante tímido, nunca había tenido una relación con un hombre, en su vida antes de Vega solo había amado a uno y todos sabemos como acabó aquello.

Era bastante nuevo en todo eso, le apenaba aún ser abiertamente homosexual cosa que a Alexis parecía no importarle mucho.

Con renuencia estiró el cuello dándole acceso a Vega de acurrucarse en su hombro.

—¡Yey!—dijo feliz

—Queridos pasajeros, en este momento estamos llegando a el aeropuerto internacional de Roma, favor de permaneces sentados y con el cinturón de seguridad abrochado—

Guardado sonrió y abrazó a Vega.—Lo logramos Nalgón, llegamos a Italia—

El avión aterrizó con delicadeza, la vibración en la cabina no fue mucha sin embargo esto aterró un poco a Andrés quien sujetó con fuerza la mano de Alexis.

Una de las azafatas se dirigió a la pareja con educación.—Señores ustedes tienes desembarque preferencial por la situación de la silla de ruedas, vengan de una vez—

Vega miró con una sonrisa traviesa a su principito.—Mira tu, privilegiados porque eres terreneitor—

Andrés se sonrojó y rió avergonzado.—¡Callate bobo!—dijo seguido de un golpe en el hombro

Toda la tripulación se notó muy servicial con Guardado, lo ayudaron a abrir su silla y los escoltaron hasta la puerta de la cabina.

—¡Que tengan buen viaje caballeros!—Se despidió una de las señoritas con una gran sonrisa

—¡Adiós a todos, muchas gracias!—contestó Andrés agitando la mano

Vega no podía contener su felicidad, su rostro la irradiaba a todo el mundo.

—Ya llegamos, ya eres solo mío principito—dijo empujando la silla por el pasillo hacia el aeropuerto

—Pues ya que, no tenía de otra—dijo riendo

—¡Grosero!—correspondió con otra risa

Caminando un poco a través del estrecho pasillo eventualmente llegaron hasta la terminal donde sus ojos quedaron pasmados. Era enorme, había demasiada luz y todo tipo de personas atravesaban la enorme sala.

—Eh.. ¿Alguna vez has estado en Italia Principe?—

Andrés tomó los reposa brazos de la silla y se giró preocupado.—¡¿NUNCA HAS ESTADO AQUÍ?!—